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El Tribunal australiano rechaza la apelación del Cardenal Pell

La Corte Suprema de Victoria, en Australia, ha confirmado la condena emitida en febrero en el juicio en primera instancia por abusos sexuales contra menores. Los abogados del Purpurado disponen de 28 días para presentar la última apelación posible. La Oficina de Prensa del Vaticano señala, en un comunicado, que la Santa Sede confirma su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso de perseguir a los miembros del clero que son responsables de ello.

Poco después de las 9.30 a.m. en Melbourne, a la 1.30 a.m. de Italia, de este miércoles 21 de agosto, se anunció la decisión de los jueces después de la audiencia de apelación celebrada a principios de junio. La decisión llega después de que un primer juicio por "delitos históricos" de abuso sexual finalizara sin veredicto, lo que dio lugar a un nuevo juicio en el que el jurado aprobó por unanimidad un veredicto de culpabilidad. En cambio un segundo cargo fue rechazado por el tribunal por falta de pruebas admisibles.

El comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede

Reafirmando su respeto por las autoridades judiciales australianas, como se declaró el 26 de febrero con ocasión de la sentencia en primera instancia, la Santa Sede – informa el Director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni – toma nota de la decisión de rechazar la apelación del Cardenal George Pell. A la espera de conocer la evolución del proceso judicial, recuerda que el Cardenal siempre ha confirmado su inocencia. Y que tiene derecho a apelar ante el Tribunal Supremo. En esta ocasión, junto con la Iglesia de Australia, la Santa Sede confirma su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso, a través de las autoridades eclesiásticas competentes, de perseguir a los miembros del clero responsables de los mismos.

Los hechos durante el juicio

Pell había sido nombrado Obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Melbourne en 1987, convirtiéndose en Arzobispo Metropolitano de la ciudad en 1996. En abril de 2013, el Papa Francisco lo había nombrado miembro del Consejo de Cardenales y, en febrero de 2014, Prefecto de la recién creada Secretaría para la Economía.

A finales de junio de 2017, después de dos años de investigaciones en Australia, había sido acusado formalmente de varios cargos por "crímenes históricos de violencia sexual" en dos casos separados.

En una declaración hecha entonces, el Cardenal Pell se había declarado "inocente de estas acusaciones", calificándolas de "falsas" y añadiendo que "la idea de abusos sexuales es aberrante para mí". Y había anunciado que regresaría a Australia para "limpiar su nombre". El mismo día, la Santa Sede había emitido una declaración mediante la que anunciaba que el Papa Francisco había concedido al Purpurado un período de permiso para permitirle "defenderse" en Australia.

Según otra declaración emitida el 26 de febrero de 2019 por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco ha confirmado las medidas cautelares ya adoptadas contra el Cardenal Pell por el Ordinario local a su regreso a Australia, que le prohíben "el ejercicio público de su ministerio" y "el contacto de cualquier manera y en cualquier forma con menores de edad".

Las pruebas en su contra

El 1° de mayo de 2018, el Cardenal Pell presentó una solicitud de "no culpabilidad" ante la Corte de Magistrados de Melbourne, que le ordenó comparecer para el juicio. Los cargos dieron lugar a dos procedimientos llamados "Juicio de la catedral" y "Juicio de los nadadores". En el primer caso, el Cardenal Pell fue acusado de actos obscenos y de agresión sexual contra dos chicos del coro en la sacristía de la catedral de Melbourne después de la Misa del mediodía, a finales de 1996 y de nuevo a principios de 1997. En el segundo caso, los cargos fueron de agresión sexual a dos chicos que lo habían acusado de haberlos palpado mientras estaban en la piscina a finales de los setenta.

Las deliberaciones del jurado sobre el "Juicio de la catedral", que comenzó en agosto de 2018, no tuvieron éxito porque los jurados no lograron llegar a un veredicto unánime o mayoritario. Un nuevo juicio comenzó en noviembre con un nuevo jurado que en diciembre llegó a la conclusión de que, sobre la base de las pruebas presentadas en el tribunal, Pell es culpable.

Debido a una “Suppression order” (una orden que, según la ley australiana, impide a los medios de comunicación divulgar los hechos de un juicio en curso) para proteger el derecho del Purpurado en un juicio ecuánime en relación con el "Juicio de los nadadores" que aún no se había celebrado, el veredicto de condena sólo se anunció el 26 de febrero de 2019. Al mismo tiempo, se hizo de dominio público que el segundo juicio, previsto para abril, no se celebraría por falta de pruebas admisibles.

Los hechos después del juicio

En un Briefing del 12 de diciembre de 2018, el entonces Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, explicó que a finales de octubre el Papa Francisco había despedido al Cardenal Pell del Consejo de Cardenales debido a su "avanzada edad".

Posteriormente, a finales de febrero, el Director "ad interim" de la Oficina de Prensa, Alessandro Gisotti, confirmó que el mandato de cinco años del Cardenal Pell como Prefecto de la Secretaría para la Economía, comenzado en febrero de 2014, había concluido y que, por tanto, su servicio en el Vaticano había terminado.

La audiencia para establecer la sentencia se celebró el 13 de marzo de 2019. Pell fue condenado a seis años de prisión, de los cuales debe cumplir al menos tres años y ocho meses. Inmediatamente después de la condena, el Purpurado apeló. Luego lo llevaron a la cárcel, donde comenzó a cumplir su condena. La audiencia de apelación se celebró los días 5 y 6 de junio.

El miércoles, el mundo sabrá si la Corte Suprema de Victoria confirmará o revocará el veredicto. El resultado es incierto. Dependiendo de los argumentos de la defensa y de la acusación que tengan en cuenta los jueces, existen tres posibilidades diferentes. La Corte puede anular completamente el veredicto del jurado, porque no está respaldado por las pruebas presentadas; puede declarar el juicio nulo y ordenar uno nuevo; o puede confirmar el veredicto del jurado. En cualquier caso, la decisión podría no ser la última, ya que tanto Pell como la fiscalía pueden apelar ante la Alta Corte australiana.

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20 agosto 2019, 13:18