La ciudad de Lutero recibe a Athletica Vaticana: “Esperamos al Papa”

Ciudad del Vaticano

La primera presentación internacional de Athletica Vaticana, comenzó en el signo de la amistad, en el ayuntamiento de Lutherstadt Wittenberg, la ciudad que recuerda en el nombre de su ciudadano más famoso, el iniciador de la Reforma Protestante Martín Lutero. Aquí para participar en la carrera nocturna en el corazón de la ciudad la noche de este 11 de mayo, por invitación del equipo local de atletismo, la primera asociación deportiva nacida en el Vaticano estaba también en el nuevo papel de cartero. Al final de la ceremonia de recepción informal, el Pastor Evangélico Johannes Block presentó al Presidente de Athletica Vaticana, Mons. Melchor Sánchez de Toca, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura y responsable del departamento "deporte y cultura", una carta dirigida al Papa Francisco con la invitación de la ciudad y de los representantes de las Iglesias Evangélica y Católica a visitar Wittenberg.

El regalo de la “oración del maratonista”

Esta es una manera de fomentar una amistad que comenzó con la recepción en Roma y el Vaticano de los corredores de Wittenberg, del 9 al 12 de marzo de 2018, con motivo de la media maratón Roma-Ostia. Durante la fiesta de bienvenida en el histórico ayuntamiento de Piazza del Mercato, Athletica Vaticana comenzó a distribuir algunos de los 5.000 ejemplares en alemán de "la oración del maratonista" que se dará a todos los participantes de la "carrera nocturna de Wittenberg", esta noche a las 18.00,  un circuito de 2,5 km en el corazón de la ciudad vieja, repetido cuatro veces. La oración es el resultado de la experiencia deportiva de los corredores de AV y la imagen es la del atleta cristiano (un boxeador o la representación de Hércules) en la Cripta de los Atletas de las Catacumbas de los Santos Marcelino y Pedro.

Mons. Sánchez: nuestra presencia aquí es un mensaje de reconciliación

En su saludo, Mons. Melchor Sánchez de Toca recordó que el 9 de mayo era el Día de Europa, y que hace 80 años la Segunda Guerra Mundial destruyó la cultura europea y millones de vidas inocentes. Como europeos de hoy, continuó, "debemos transmitir el legado de paz que se ha conocido aquí en los últimos 70 años. Las recientes masacres llevadas a cabo en nombre de Dios en lugares de culto, tanto cristiano como islámico, son una blasfemia. "Nuestra presencia aquí -concluyó- es un mensaje de reconciliación".