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B. María virgen de Guadalupe

B. María virgen de Guadalupe B. María virgen de Guadalupe  (© Vatican Media)

El encuentro con Juan Diego

En 1531 la Bienaventurada María Virgen de Guadalupe apareció a Juan Diego, un azteca convertido al cristianismo. En aquel periodo México estaba envuelto por violencias y, sobre todo, por continuas violaciones de la dignidad humana. Quienes sufrían graves discriminaciones eran, en particular, las poblaciones indígenas.

Las apariciones marianas sellan el encuentro entre los nativos y Cristo. María se presenta como la “Madre del verdadero Dios”. La Bienaventurada Virgen elige a Juan Diego como su mensajero. El hombre refiere que la Señora le ha dicho de construir, en aquel lugar, un santuario. El obispo no cree en sus palabras. El 12 de diciembre de 1531 la Señora deja crecer sobre el terreno, en pleno inverno, perfumadas rosas. Juan Diego las recoge en su manto. Cuando lo abre ante el obispo para mostrar las flores, sobre el tejido aparece la imagen de María. Está retratada como una joven india. Por esto, es llamada por los fieles “Virgen morenita”.

La tilma

La tilma es un tejido de fibras de agave, usado en México por los indios para realizar vestidos. La Virgen, de piel oscura, viste una túnica roja. Está rodeada por rayos de sol y bajo la luna, a sus pies, aparece un ángel.

La mirada de María

En la imagen impresa sobre el manto, los ojos de María presentan ramificaciones venosas del ojo humano. En los párpados aparecen particulares de extraordinaria precisión. Son imágenes tan pequeñas que solo con las técnicas de agrandamiento hasta dos mil veces, ha sido posible localizar. En el ojo derecho aparece un grupo familiar indígena. Son una mujer con un niño en su espalda y un hombre con algo similar a un sombrero que la mira. En el ojo izquierdo aparece un hombre anciano con barba, identificado como el obispo. Esta última es la escena de cuando Juan Diego abre su manto delante del obispo y, por primera vez, se desvela la imagen mariana.

El Santuario

La mirada de María se dirige en particular hacia los oprimidos y los sufrientes. Cada año millones de peregrinos visitan el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, donde es conservado el manto (tilmàtli). Juan Diego ha sido proclamado santo el 31 de julio de 2002 por el Papa Juan Pablo II. La Basílica actual ha sido construída en 1976.