Buscar

Gambetti: El Papa Francisco, peregrino de esperanza que no defrauda

En la Plaza de San Pedro, el Rosario vespertino en memoria del Pontífice, fallecido esta mañana. Al dirigir la oración mariana, el arcipreste de la Basílica Vaticana y vicario general para la Ciudad del Vaticano: "La muerte no es una puerta que se cierra". Gran emoción y recogimiento entre los fieles.

Isabella Piro – Ciudad del Vaticano

«Creo que todos tenemos todavía en el corazón las palabras que tantas veces nos ha dirigido el Papa Francisco, su invitación: “No os olvidéis de rezar por mí”. «Queremos hacerlo con claridad esta tarde para acompañarlo en su Pascua». Con estas palabras el cardenal Mauro Gambetti introdujo esta tarde, 21 de abril, Lunes de Pascua, en la Plaza de San Pedro, el Rosario en sufragio por el Papa Francisco, que regresó a los brazos del Padre a las 19.35 de esta mañana, en su apartamento de la Casa Santa Marta.  

El ministerio apostólico de Francisco: un don del Señor

«En la fe en Cristo resucitado, a quien celebramos en este santo día de Pascua», subrayó el cardenal, «sabemos que la muerte no es una puerta que se cierra, sino la entrada a la Jerusalén celestial, donde el luto se transforma en danza y el cilicio en manto de alegría». De ahí la invitación del Cardenal Vicario a “dar gracias al Señor por los dones que ha donado a toda la Iglesia con el ministerio apostólico del Papa Francisco, peregrino de esperanza que no defrauda”.

La emoción de los doce mil fieles presentes 

Como sucedió entre febrero y marzo, durante la larga hospitalización del Papa en el Policlínico “Gemelli” de Roma a causa de una neumonía bilateral, esta tarde también muchos fieles se reunieron en oración en el espacio abrazado por la columnata de Bernini. Doce mil personas estuvieron presentes, pero muchas otras se conectaron a través de los medios de comunicación: «Hermanos y hermanas dispersos por todo el mundo», destacó el cardenal, quienes no dejaron de ofrecer sus oraciones, formando «todo el rebaño de Cristo, el Buen Pastor, que reza por el Papa Francisco, contemplando los gloriosos misterios de nuestro Salvador». A continuación, el arcipreste de la Basílica Vaticana encomendó al difunto Pontífice «al Padre Misericordioso, en comunión con María, Madre de la Iglesia, Reina del Cielo, y por intercesión del Apóstol Pedro».

Fieles rezando en la Plaza de San Pedro (Vatican Media)
Fieles rezando en la Plaza de San Pedro (Vatican Media)   (Vatican Media)

La imagen de María Mater Ecclesiae

Ante la imagen de  María Mater Ecclesiae  colocada en la plaza exterior de la Basílica de San Pedro y adornada con un ramo de flores blancas y rosas, el cardenal Gambetti dirigió la oración mariana para encomendar al difunto 266º Sucesor de Pedro a la intercesión de la Virgen. Gran emoción hubo en la plaza, después de una intensa jornada que vio a fieles de diversas partes del mundo peregrinar a la Basílica Vaticana y quedar atónitos, consternados por la noticia de la muerte del obispo de Roma. La brisa de la tarde mecía suavemente las cuentas del rosario y las llamas de las antorchas que portaban los fieles. Entre los lectores que se turnaron al micrófono estaban sor Raffaella Petrini, presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, y sor Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

La imagen de Maria Mater Ecclesiae colocada en la escalinata de la Basílica Vaticana (Vatican Media)
La imagen de Maria Mater Ecclesiae colocada en la escalinata de la Basílica Vaticana (Vatican Media)   (Vatican Media)

Después de meditar los Misterios Gloriosos, el celebrante invocó a Dios “grande en el amor”, dándole gracias “por los dones concedidos a la Iglesia a través del ministerio apostólico del Papa Francisco”; y al mismo Pontífice difunto, testigo del Señor y de su «ternura por los pequeños y los pobres, misericordia por los pecadores y benevolencia hacia todos». Finalmente, cuando el cielo de Roma se oscurecía poco a poco con el crepúsculo, la asamblea entonó la  Salve Regina  y fue despedida por el cardenal Gambetti con una bendición, seguida de un aplauso sereno. 

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

21 abril 2025, 22:51