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Monseñor Fülöp Kocsis, metropolita de Hajdudorog, en el estudio de Radio Vaticano - Vatican News en Budapest Monseñor Fülöp Kocsis, metropolita de Hajdudorog, en el estudio de Radio Vaticano - Vatican News en Budapest  

Un don de Dios la visita del Papa a los greco-católicos húngaros

El metropolita de Hajdudorog ha seguido el viaje apostólico del Papa Francisco a Hungría. En la entrevista en el estudio de Budapest de Radio Vaticano - Vatican News, expresa su alegría por el encuentro del obispo de Roma con su comunidad

Delphine Allaire y Andrea De Angelis – Budapest

Durante su 41º viaje apostólico, el Papa Francisco visitó la Iglesia greco-católica de Budapest, Protección de la Madre de Dios. Un encuentro con la comunidad que el metropolita de Hajdudorog, monseñor Fülöp Kocsis, describió a los medios vaticanos como "un regalo de Dios".

 

En la entrevista, habla también de la guerra en Ucrania, de la secularización y describe la belleza de la liturgia y la oración de su iglesia.

Monseñor, ¿por qué fue tan importante la visita del Papa a la comunidad greco-católica húngara?

El Papa siempre busca el contacto con "los orientales", también con los católicos y con los ortodoxos. Hace dos años visitó, en Eslovaquia, a la comunidad greco-católica. Puedo decir que su visita durante este viaje apostólico no estaba prevista en el programa provisional, luego en el oficial sí.

“Lo sentí como un don de la providencia, nuestra iglesia está junto a Santa Isabel, donde Francisco se reunió con los pobres y los refugiados”

La visita del Papa fue a Budapest, en realidad los húngaros vivimos, sobre todo, en la frontera con Eslovaquia, Ucrania y Rumanía. Por supuesto, también hay greco-católicos aquí en la capital y fue posible realizar esta visita que, repito, sentimos como un don de Dios.

¿Cuáles son los retos para la Iglesia greco-católica húngara teniendo en cuenta la guerra que asola las fronteras orientales de Europa?

La guerra es brutal, causa un enorme sufrimiento en las familias. No sólo en las familias ucranianas, sino también en las rusas. Pienso también en los países que están en contacto con ellos, pienso en los húngaros tan cercanos a los ucranianos.

“Cientos de miles de personas llegan a Ucrania, la mayoría son greco-católicos ortodoxos, y tenemos el deber de ayudarlos no sólo socialmente, sino también espiritualmente. Ya se ha organizado la atención pastoral a los ucranianos que han llegado aquí, a Hungría. Repito, los greco-católicos tenemos este deber: ayudar a estas personas”

A continuación, quisiera hablar de otro peligro procedente de Occidente: la secularización.

El Santo Padre habla a menudo de ello. Nuestra Iglesia, muy fiel a la tradición, puede dar un cierto sentido de defensa contra la mundanidad. No quiero decir que la secularización no nos afecte, pero podemos presentar una forma de vida, una fe, una relación con Dios que nos permita decir que el hombre no cambia.

“El hombre es el mismo de siempre. El ser humano es imagen de Dios, el mensaje de la Iglesia nos recuerda que el hombre necesita a Dios, incluso aquellos que sufren los efectos de la secularización. La Iglesia greco-católica puede desempeñar un papel importante para el hombre del siglo XXI”

¿Cuáles son las características especiales de su iglesia?

Me agrada responder hablando de nuestra oración, que es peculiar, al menos, por dos razones. Las ceremonias son ricas, con muchas melodías. Esto puede tocar la sensibilidad de los jóvenes. Además, nuestra espiritualidad es tan profunda que presenta una oración a Jesús que se parece en algunos aspectos al Rosario, muy íntimo por cierto. También puede llegar al corazón de quienes buscan el contacto con Dios. Para nosotros, se trata de dos tesoros que debemos presentar a las personas para que acepten nuestra espiritualidad.

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01 mayo 2023, 12:58