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El mural del artista Maupal recuerda que si es posible vivir la fraternidad El mural del artista Maupal recuerda que si es posible vivir la fraternidad

La fraternidad posible según Francisco, la experiencia de los franciscanos de Jericó

La "Fratelli tutti", considerada uno de los frutos más significativos de los diez años de pontificado del Papa, como profecía, guía y meta para un camino de diálogo entre las religiones y de amistad. La encíclica se convierte en experiencia concreta gracias al camino educativo con los musulmanes llevado a cabo por la Escuela Terra Sancta de la Custodia de Tierra Santa: nuestro hábito es garantía de respeto.

por Mario Hadchity

San Francisco nos ha dejado la enseñanza de mirar a nuestro alrededor y considerar a todos hermanos, independientemente de su origen; Fratelli tutti, como ha reiterado el Papa de quien ha tomado el nombre. En el capítulo octavo, "Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo", en el párrafo 281 la encíclica dice que entre ellas "es posible un camino de paz... Porque Dios no mira con los ojos", sino "con el corazón". Es la misma comunión de intenciones que como franciscanos de la Custodia vivimos en Tierra Santa, aquí donde comenzó la historia de la salvación. Así como el poverello de Asís se acercó al sultán en Egipto hace ochocientos años, con determinación y respeto, del mismo modo hoy en los lugares donde estamos presentes los frailes menores, nos relacionamos con nuestros hermanos de otras confesiones movidos por el precepto evangélico de "ama a tu prójimo como a ti mismo".

Soy libanés y llevo a cabo mi misión en Jericó: después de todo, ¿no fue aquí donde Jesús curó a dos ciegos?  Personas que, con los ojos de la fe, más que otros, le reconocieron como el mesías. Cerrar los ojos para abrir el corazón: por eso hoy nuestro diálogo con los hermanos y hermanas que nos rodean es continuo, fructífero y respetuoso. En esta ciudad musulmana, la pequeña minoría cristiana representa un minúsculo pero poderoso faro de esperanza: la iglesia del Buen Pastor, de la que soy párroco, y la escuela anexa Terra Sancta, que dirijo, constituyen el corazón de esta pequeña comunidad de fe.

La escuela acoge, en sus diferentes órdenes y grados, desde el kindergarten hasta el bachillerato, a un millar de alumnos -entre ellos varias chicas-, casi todos creyentes en el Islam. Aquí, el vecino, incluso más banalmente el compañero de pupitre, el profesor, el director, es casi siempre de otra religión. Pero no por esto es otro.

Hemos iniciado un proceso educativo junto con nuestros hermanos musulmanes, sin distinción alguna, porque, aunque hay menos alumnos cristianos, la igualdad sigue siendo el primer principio evangélico. Nuestro hábito es garantía de respeto; el crucifijo en todas las aulas es la señal que nos indica el camino y el Evangelio el faro que lo ilumina.

Inaugurado en 1950 con el objetivo de estar al servicio de los habitantes, especialmente en el ámbito de la educación, porque el conocimiento es una luz tanto en la Biblia como en el Corán, el instituto estuvo alojado hasta 2013 en una estructura que ya no resultaba suficiente para el creciente número de matriculaciones. Hoy, el nuevo edificio, de piedra blanca, continúa con la misión de ser un puente de paz, orden, belleza y diálogo, a través del cual puedan crecer las nuevas generaciones de "riyhaouïs", como se llaman a sí mismos los habitantes de Jericó.

La organización didáctica, la colaboración entre profesores cristianos y musulmanes, la enseñanza de las lenguas italiana, inglesa y sobre todo hebrea, que educan al diálogo y a la paz, la inclusión de trabajadores sociales, que ha contribuido a reducir los conflictos, y de materias como la informática y el arte, a través de diversos talleres, han hecho de la escuela un punto de referencia en la región.

Coloridos cuadros pintados por los propios alumnos decoran las paredes, y estamos orgullosos de la red de cooperación que se ha creado entre padres y profesores. Para cada alumno, es nuestra preocupación pensar responsablemente en su futuro, independientemente de su religión.

Los frailes llevamos el hábito cuando recorremos las aulas o jugamos y nos reunimos con los niños. No para imponer algo, sino para recordarnos quiénes somos. Una identidad fuerte y reconocible que nos permite ser apreciados y vistos no como invasores, sino como hermanos respetuosos, porque creemos firmemente que todos somos hijos de Dios.

Nuestra forma de relacionarnos con nuestros hermanos musulmanes que nos envían a sus niños y jóvenes es con el ejemplo. La gente de estas zonas es buena por naturaleza: acostumbrada a las cosas sencillas, hay que motivarla y animarla a emanciparse. El progreso pedagógico nunca tiene fin y los que estudian en la Escuela Terra Sancta son prueba de ello.

Al principio de mi mandato, hace seis años, no me daba cuenta de lo mucho que la gente nos observaba a los religiosos, hasta que un administrador local me señaló expresamente que la autoridad hacia nosotros se debe a que no nos avergonzamos de nuestra fe, a que no nos intimida hacer la señal de la cruz delante de quienes profesan otro credo. Así que empecé a aplicar este método también en la escuela, poniendo el crucifijo incluso en secciones donde sólo hay alumnos musulmanes, con absoluta libertad y sin imposición. A este respecto, me viene a la memoria una anécdota: una profesora de geografía quitó un día en clase la cruz para colgar un mapa; los alumnos protestaron inmediatamente, señalándole que ¡ese signo tenía un gran significado! A la consternada profesora le dije que el valor del hombre va más allá de todas las diferencias. Lo que me sorprendió, sin embargo, fue que los alumnos, mayoritariamente musulmanes, se posicionaran ante el símbolo que representa a un Dios al que hay que amar y que dio su vida por nosotros. En una Europa en la que no perdemos tiempo en retirar objetos sagrados, creo que esta actitud debería hacernos reflexionar.

Cada vez estoy más convencido de que la educación es el arma más poderosa y esta escuela -donde, a diferencia de otras, las clases no están separadas- es un excelente gimnasio en el que practicar.

* Fraile franciscano menor de la Custodia de Tierra Santa

Director de la Escuela Terra Sancta en Jericó

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13 marzo 2023, 08:00