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Frenesí en Kinsasa: Bálsamo del Papa para las heridas de la gente

Carteles, recuerdos y banderas de "Bienvenue Pape François" por las calles de Kinsasa para celebrar la llegada del Papa Francisco dentro de pocas horas a la tierra congoleñas. Mujeres y hombres trabajan sin descanso en los preparativos para acoger al Pontífice, 37 años después de Juan Pablo II. En la Nunciatura el encuentro con las víctimas de Oriente: "Que el río del odio – dice el Nuncio Ettore Balestrero – desemboque en un mar de justicia y reconciliación"

Salvatore Cernuzio – Enviado a Kinsasa

“Pape François engumba Kinshasa eyambi yo na esengo”. Entre las polvorientas calles de Kinsasa, colapsadas por el tráfico de camionetas amarillas que impiden el paso de mujeres con cestas de fruta en la cabeza y de los moto-taxis con cuatro pasajeros a bordo, el rostro de Francisco aparece por doquier, acompañado de las palabras "Bienvenue. Bienvenido”.

 

Banderas, carteles, paneles (muchos con el rostro del Papa junto a los de políticos locales), pero también puestos de venta con banderas, camisetas y otros objetos de recuerdo celebran la llegada del Papa, esta tarde a las 15.00 horas, a la República Democrática del Congo, treinta y siete años después de San Juan Pablo II. Un viaje – el primero del 2023 – que continuará en Sudán del Sur, y que fue largamente deseado por el Santo Padre, fijado para julio y luego pospuesto por motivos de salud.

Las heridas en el Este del país

Jorge Mario Bergoglio ha cumplido su promesa de visitar esta población de unos 100 millones de habitantes, de los que el 49% son católicos, azotada por una pobreza endémica que se traduce en comercios y mercados de abastos desmoronados y casas sumergidas en el barro, y por una contaminación que se hace visible por la capa que, al caer la noche, roba los colores de esta gran periferia africana.

 

Sin embargo, es en el Este donde más sangran las heridas del país, donde los intereses de las potencias mundiales y las guerras con los países vecinos por los minerales y los odios étnicos desgarran la vida de la gente.

“Gente masacrada”

“Gente masacrada”, dice un conductor congoleño que, sorteando coches más llenos que su capacidad y vendedores ambulantes que ofrecen plátanos, botellas de agua, pañuelos, bastones para selfis y cigarrillos, conduce desde el aeropuerto de Ndolo (lugar donde el Papa celebrará mañana la misa, con una asistencia prevista de casi dos millones de personas) hasta la comuna de Gomba.

En esta zona de Kinsasa, considerada el barrio "in" de la capital, se encuentran las sedes de las instituciones, incluida la Nunciatura apostólica. "Una de las Nunciaturas más grandes de África", explican, un llamativo edificio colonial, rodeado de varias hectáreas de jardín, que será la residencia del Pontífice durante su estancia en el Congo hasta el 3 de febrero.

El encuentro con las víctimas, "dispuestas a perdonar”

Uno de los acontecimientos más significativos del viaje tendrá lugar en la Nunciatura: el encuentro con las víctimas del Este de la República Democrática del Congo, seguido del diálogo con los voluntarios y los asistidos por las obras de caridad.

“Son representantes de las diócesis más azotadas por la violencia. Escucharemos testimonios de vida que dan la medida de la realidad del país y veremos a personas que han interiorizado todo esto, pero que sin embargo están dispuestas a perdonar”

Lo dice el nuncio Ettore Balestrero, quien estará al lado del Papa durante toda la escala en Kinsasa. Y afirma:

“Es muy necesario que este río de odio y violencia que hay entre en un mar más grande, como hace el río Congo. Es decir, el mar de la justicia, que debe hacerse, pero también el mar de la reconciliación”

La experiencia de la caridad

El arzobispo se reúne con Vatican News en la sala donde tendrá lugar la cita, ambientada con paneles y banderas, mientras la "familia" de la Nunciatura dispone las sillas para los distintos invitados.

Tras las víctimas, en el mismo lugar Francisco se reunirá con los representantes de las obras de caridad existentes en este país, lo que es una demostración viva "de que la Iglesia está presente en todos los ámbitos de la vida social y educativa", tal como señala el nuncio Balestrero.

“El 40% de las obras sanitarias están dirigidas por personal católico. Casi siete millones de alumnos asisten a escuelas públicas dirigidas por personal religioso católico”

Bajo el abrazo del Papa habrá minusválidos, leprosos, enfermos de sida, sordomudos, niños abandonados e incluso monjas contemplativas, "porque la oración es una forma muy elevada de caridad", explica Balestrero. Y añade:

“Habrá niños ciegos que cantarán y otros que asisten a una escuela aquí en Kinsasa y traerán su propia experiencia, es decir, lo que han vivido de las organizaciones caritativas católicas a las que se han dirigido”

 

La caridad no sólo se proclama, se vive

“Descubriremos entonces cómo la caridad no sólo se proclama, sino que se vive, y cómo la carne de Cristo, que, como nos enseña el Papa, son todas estas personas, se ve verdaderamente tocada, cuidada y acogida por tantas personas – congoleñas o de fuera – que vienen a entregarse y gastarse por los que sufren en este país”.

Una mujer en las calles de Kinsasa
Una mujer en las calles de Kinsasa

Jóvenes implicados en los preparativos

El nuncio Balestrero comenta también la expectación de estas horas por la llegada del Pontífice, con preparativos en plena ebullición desde hace semanas que han dado trabajo a jóvenes, incluso muy jóvenes, deambulando, por lo demás, por discotecas y casinos o por las calles en busca de trabajillos y ocupaciones cotidianas.

“A estas alturas ya no se trata de esperar, sino de un frenesí. La gente canta por las calles la canción compuesta especialmente para el Papa, se multiplican los carteles, llegan muchos fieles de otras partes del Congo y de los países vecinos”

Consolación

El hecho es que la presencia del Papa es "un gran consuelo" para el Congo, "porque es un país que sufre, es víctima de tanta violencia y ahora, durante al menos 3-4 días, siente que el Santo Padre vierte un ungüento, un bálsamo sobre sus heridas que, desgraciadamente, son muy profundas".

"Hay también – y esto me llena de alegría – una comunidad católica que quiere realmente dar espacio a Dios en su vida, pero que necesita recibir del Papa un acicate para evitar una dicotomía entre la fe proclamada y la vida vivida", dice el nuncio. La visita del Pontífice "puede ser, de hecho será, un hito para recibir orientaciones para evangelizar mejor y más profundamente".

Preparativos para la llegada del Papa
Preparativos para la llegada del Papa

Reconciliación

El Papa Francisco dirigirá una inspiración similar a los sacerdotes, consagrados y religiosos con los que se reunirá el 2 de febrero, en la catedral de Notre Dame du Congo, a pocos metros de la Nunciatura. Se llega en coche, y desde la carretera destaca la enorme pancarta vertical con el logotipo y el lema del viaje papal, que cubre todo el campanario.

Dos jóvenes suben al andamio para los últimos retoques, desafiando el viento de la tarde. Abajo, en el patio de la iglesia, hombres con soldadoras arreglan el gran arco blanco que se adornará con flores, mientras grupos de mujeres montan puestos con recuerdos de la visita: principalmente camisetas y banderas. Al ver las cámaras corean en swahili  una estrofa de la canción compuesta para el viaje:

“¡Karibu kweno Pape! ¡Eres bienvenido entre nosotros!”

Entre las personas se encuentra el rector, el padre Camille Esika: "En la difícil situación que viven zonas enteras debido a la inseguridad, el Papa puede aportar un mensaje de consuelo y esperanza de que la situación puede cambiar", comenta. "La Iglesia católica desempeña un papel importante en la sociedad congoleña. Y en el encuentro con los sacerdotes, el Santo Padre podrá animarlos a ser buenos servidores y dar ejemplo de reconciliación en Cristo y entre los pueblos".

El papamóvil que utilizará Francisco durante su estancia en Kinsasa
El papamóvil que utilizará Francisco durante su estancia en Kinsasa

 

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31 enero 2023, 11:39