Una vista de la cúpula de la Basílica Vaticana. (Foto: ANSA) Una vista de la cúpula de la Basílica Vaticana. (Foto: ANSA)

Francisco: Bienes culturales, importante contribución para la fe

El Santo Padre envió un mensaje a los participantes en el congreso “Carisma y creatividad. Catalogación, gestión y proyectos innovadores para el patrimonio cultural de las comunidades de vida consagrada”, realizado en el Antonianum el 4 y 5 de mayo.

Vatican News

“Los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, en efecto, han sido y continúan siendo promotores del arte y de la cultura al servicio de la fe, custodios de una parte muy relevante del patrimonio cultural de la Iglesia y de la humanidad: archivos, libros, obras artísticas y litúrgicas, los mismos inmuebles”. Lo subraya el Romano Pontífice en el mensaje a los asistentes al Congreso sobre los bienes culturales de los Institutos de Vida Consagrada, promovido por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y por el Pontificio Consejo de la Cultura, con la colaboración de la Conferencia Episcopal Italiana, la Pontificia Universidad Gregoriana y la Universidad de Bolonia.

El congreso internacional, que es organizado en el Antonianum del 4 al 5 de mayo, cuenta con la participación de la Unión Internacional de Superioras Generales, de la Unión de los Superiores Generales y del Secretariado asistencia monacal. Está enfocado en el tema “Carisma y creatividad”. El evento tiene como objeto de estudio el patrimonio cultural de las comunidades de vida consagrada en todas sus expresiones y pretende consolidar y volver eficaces las acciones de cuidado y valorización compartidas con todos los actores que se ocupan de este patrimonio cultural.

Desde el inicio del Pontificado -escribe Francisco- he llamado la atención sobre la gestión de los bienes temporales eclesiásticos, en la convicción de que el administrador fiel y prudente tiene el deber de cuidar atentamente cuanto le es confiado. El Santo Padre indica que la exigencia y, a veces, el honor de la conservación puede convertirse en una oportunidad para renovar, repensar el propio carisma, incluirlo en el actual contexto socio-cultural y proyectarlo para el futuro.

Francisco insiste en lo que afirmó en el primer congreso promovido por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica: “La fidelidad al carisma fundacional y al consiguiente patrimonio espiritual, junto a las finalidades propias de cada Instituto, permanecen como el primer criterio de evaluación de la administración, gestión y de todas las intervenciones cumplidas en los Institutos, en cualquier nivel”.

Bienes a catalogar y gestionar

Señalando la necesidad de identificar, en primer lugar, "los elementos específicos de comprensión de estos bienes, para definir sus características históricas, espirituales, teológicas, eclesiológicas y jurídicas", el Papa afirma que es necesario "promover la catalogación de los bienes en su totalidad y variedad (archivísticos, libres, artísticos muebles e inmuebles)". La catalogación es necesaria "por razones de servicio a la cultura, transparencia en la gestión y prudencia, teniendo en cuenta los miles de peligros naturales y humanos a los que están expuestos estos frágiles tesoros". También es importante "abordar las cuestiones relativas a la gestión de los bienes culturales, tanto en términos de su sostenibilidad económica como de la contribución que pueden hacer a la evangelización y a la profundización de la fe".

La desinversión del patrimonio

En el mensaje, Francisco subraya la necesidad de centrarse en "la reutilización de los bienes inmuebles abandonados, una necesidad que hoy es aún más urgente debido no sólo a la contracción numérica de las comunidades de vida consagrada y a la necesidad de encontrar los recursos necesarios para atender a las hermanas y hermanos ancianos y enfermos, sino también, en particular, a los efectos de la aceleración de los cambios legislativos y a las necesarias exigencias de adaptación". El desmantelamiento también se debe a "la carga económica de mantenimiento y conservación ordinaria y extraordinaria que soportan las comunidades mencionadas, especialmente en Europa". El problema debe abordarse "no con decisiones repentinas o precipitadas, sino con una visión de conjunto y una planificación con visión de futuro, y posiblemente también mediante el uso de una experiencia profesional probada". La enajenación del patrimonio es una cuestión "especialmente delicada y compleja, que puede suscitar intereses equívocos por parte de personas sin escrúpulos y ser ocasión de escándalo para los fieles". De ahí -concluye el mensaje- la necesidad de actuar con gran prudencia y cautela y también de crear estructuras institucionales para acompañar a las comunidades menos dotadas".

 

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

04 mayo 2022, 11:37