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El Papa hace un año en Irak: Mensajero de una paz aún por construir

En su peregrinación a Bagdad, Ur, Mosul y otros lugares simbólicos en la encrucijada de Oriente Medio, Francisco animó a una población todavía sacudida por la guerra y el terrorismo. El cardenal Sako: "La voz del Santo Padre presente entre nosotros".

Benedetta Capelli y Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

“أهلا بك في الموصل يا قداسة البابا فرنسيس ، Bienvenido Papa Francisco”

Los carteles que parecían vendas el 7 de marzo de hace un año en Mosul, ciudad de Irak proclamada bastión del Estado Islámico en agosto de 2014, saludaron la llegada del Papa Francisco. Vendas puestas por la población para vendar heridas que aún son evidentes: edificios destruidos, paredes con manchas de sangre, puertas acribilladas, montones de escombros, lugares de culto que llevan las marcas de un uso poco propicio como cárceles o tribunales. En este centro del Kurdistán iraquí, Francisco llegó en un coche blindado, contemplando el panorama de devastación total, pero también los rostros sonrientes de niños, ancianos, hombres y mujeres -cristianos y musulmanes- que salían de sus casas sin máscaras para mostrar al Papa que, tras años de dolor y terror, por fin podían sonreír.

Una paloma de la paz

"Alalà, alalà", gritaban las mujeres que se echaban a la calle desde las primeras luces del amanecer. Gritos de júbilo que acompañaron al Papa durante su histórico viaje a esta encrucijada de Oriente Medio, asolada por el conflicto y el terror yihadista. Después de un año, el cardenal Raphael Sako, Patriarca de Bagdad de los Caldeos, recuerda aquellos momentos. Estuvo con el Obispo de Roma todo el tiempo, viviendo con él esta peregrinación que hasta ahora sigue siendo única en la historia de los pontificados. Desde el encuentro con el ayatolá de los chiíes, al-Sistani, hasta el viaje en helicóptero a la llanura de Nínive, una de las más castigadas por el terrorismo; desde la visita a los lugares de persecución en Qaraqosh, hasta la oración en las ruinas de Mosul entre regalos y francotiradores, o el encuentro interreligioso en el desierto de Ur de los Caldeos. Cuando llegó al aeropuerto, vestido de blanco", dijo el cardenal a Vatican News, "parecía una paloma que descendía en nuestra tierra para decir: 'La paz esté con vosotros, vivid en paz'".

El Papa en Mosul para rezar en sufragio de las víctimas de la guerra
El Papa en Mosul para rezar en sufragio de las víctimas de la guerra

Dolor por todas las guerras

Paz... Una palabra que apareció en todos los discursos durante la visita de Francisco a Irak. Una palabra que se hace urgente en estos días en los que desde Ucrania llegan los fragmentos de guerra que causan destrucción y muerte en el corazón de Europa. Imágenes y noticias que no dejan indiferente al pueblo de Irak, herido desde hace años por asaltos, bombardeos, exterminio de inocentes. "Cuánto dolor, cuánta pena", dice Sako, "ya hemos vivido este escenario. Es terrible, es una situación que ha creado miseria, pobreza, migración, tantas catástrofes".

La visita del Papa, sus gestos "paternales", fueron "un mensaje muy fuerte para decir 'no más guerras', que debemos reconocernos como hermanos, dialogar como personas maduras, construir la sociedad de una manera mejor y evitar todo choque que siempre es catastrófico". Este mensaje, a la luz de los dramas actuales en Ucrania, parece no haber sido escuchado, señaló el cardenal: "La gente no ha escuchado esta voz profética... Se necesita un diálogo constructivo para buscar la paz. Todo debe basarse en los valores de dignidad, libertad, justicia y soberanía de los países".

El Patriarca caldeo,  cardenal  Louis Raphaël I Sako: "La voz del Papa sigue siendo fuerte aquí en Irak"
El Patriarca caldeo, cardenal Louis Raphaël I Sako: "La voz del Papa sigue siendo fuerte aquí en Irak"

Un mensaje para cristianos y musulmanes

En Irak, donde se están llevando a cabo iniciativas para conmemorar la efeméride de 2021, el mensaje del Papa no ha caído en el vacío, sino que ha quedado grabado en la mente de los cristianos y de los musulmanes, a los que el Papa Francisco ha mostrado "el rostro de un padre: no de un príncipe o de un jefe de Estado, sino de un hombre de Dios". "La voz del Papa está muy presente entre nosotros", asegura Sako.

Es difícil, en cambio, olvidar palabras como las que susurró el Papa desde un escenario en medio de la arena roja de Ur de los Caldeos, mientras el polvo levantado por el viento oscurecía el horizonte en el que sobresalía el zigurat de Ur-Nammu. Acompañado por los líderes de las distintas religiones, el Papa recordó la profecía de Isaías: "romperán sus espadas y harán de ellas arados, harán de sus lanzas guadañas", para observar que en su lugar "las espadas y las lanzas se han convertido en misiles y bombas". Un año después, esta reflexión se ve confirmada por la devastación de Kiev y otras ciudades ucranianas, por las amenazas nucleares, por la carrera armamentística en lugar del diálogo.

Francisco visita la Comunidad de Qaraqosh en la Iglesia de la Inmaculada Concepción
Francisco visita la Comunidad de Qaraqosh en la Iglesia de la Inmaculada Concepción

"No más armas

"¡No más fabricación de armas!", exclama el cardenal Sako. "Las armas son una amenaza para toda la humanidad. Y ni siquiera estamos hablando de armas normales, sino de armas nucleares que pueden acabar con la humanidad. Qué responsabilidad..." "El mundo, Occidente sobre todo, ha perdido los valores religiosos y humanos: hay tanta indiferencia, tanto egoísmo, todo se basa en el consumo, en los intereses creados. ¿Hacia dónde va el mundo? ¿Quién paga el precio de todo esto? La pobre gente que no tiene nada en Ucrania, así como en Siria, Irak, Yemen, Libia, toda África... Los que producen armas, que se apresuran a vender armas y a crear otras nuevas, ¿qué conciencia tienen?".

El perdón contra la tentación de la venganza

La reflexión del Patriarca de Bagdad está impregnada de amargura. Una amargura que, sin embargo, no invalida la esperanza en un futuro de paz. La misma amargura de la que habló Francisco en la última y muy concurrida misa del 8 de marzo de 2021, en el estadio Franso Hariri de Erbil, donde desde el palco en el que destacaba la estatua de la Virgen María mutilada por el Daesh, agradeció a la Iglesia iraquí el "perdón" mostrado que fortalece "la tentación de buscar la venganza, que hunde a uno en una espiral interminable de represalias". Cristo, "Buen Samaritano de la humanidad, quiere ungir toda herida, curar todo recuerdo doloroso e inspirar un futuro de paz y fraternidad en esta tierra", dijo el Pontífice. Un verdadero legado para Irak que el cardenal Sako quiere compartir con "sus hermanos y hermanas ucranianos".

Un futuro más allá de la guerra

"La gente está muy preocupada por la guerra, hay mucha solidaridad porque la hemos vivido. Es un país lejano a nosotros, pero la cercanía humana es fuerte. En Irak, las guerras han terminado, "aunque siga habiendo luchas de poder y corrupción", y ha nacido una certeza: que de la ruina y la destrucción se vuelve a levantar, que es el Señor y no los hombres quien tiene en sus manos el destino del mundo y que, dice Sako, "hay un futuro más allá de cualquier guerra".

La misa del Papa en Erbil. En el palco una estatua de la Virgen mutilada por los hombres de Daesh
La misa del Papa en Erbil. En el palco una estatua de la Virgen mutilada por los hombres de Daesh

 

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05 marzo 2022, 15:31