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El Papa Francisco asomado desde el balcón del Palacio Apostólico. El Papa Francisco asomado desde el balcón del Palacio Apostólico.  

Regina Coeli. Papa: “Jesús no es un fantasma, es una Persona viva”

En el tercer domingo de Pascua el Papa Francisco habla de tres verbos que expresan amor: mirar, tocar y comer, y recuerda que ser cristianos “no es una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con el Señor Resucitado” porque lo miramos, lo tocamos y nos alimentamos de Él.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Después de varias semanas, el Pontífice se ha vuelto a asomar este mediodía desde el balcón del Palacio Apostólico para rezar el Regina Coeli junto a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y no desde la Biblioteca Vaticana como lo estaba haciendo, con motivo de las restricciones por la pandemia.

Desde el balcón, en este tercer domingo de Pascua, el Papa Francisco ha reflexionado acerca del evangelio del día según Lucas, donde desde el Cenáculo, en Jerusalén, Cristo resucitado se presenta en medio del grupo de discípulos y los saluda diciendo: «¡La paz con vosotros!», pero “estaban asustados y creían «ver un fantasma»” dice el Papa. Entonces Jesús les muestra las llagas de su cuerpo y dice: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme» y para convencerlos, les pide comida y la come ante su mirada atónita.

Francisco asegura que hay dos detalles en esta descripción: el primero es que “dice el evangelio que los apóstoles por la gran alegría aun no creían, era tal la alegría que tenían que no podían creer que fuera verdad”. El otro detalle que señala el Papa es que “estaban atónitos, sorprendidos, porque el encuentro con Dios siempre te lleva al estupor, va mas allá del entusiasmo y la alegría y estos estaban felices, pero era una felicidad que les hacia pensar: esto no puede ser”.  “Es el estupor de la presencia de Dios – dice el Papa – no se olviden de este estado de ánimo”.

El Pontífice asegura que este pasaje evangélico se caracteriza por tres verbos muy concretos “que en cierto sentido reflejan nuestra vida personal y comunitaria: mirar, tocar y comer”. “Tres acciones – dice – que pueden dar la alegría de un verdadero encuentro con Jesús vivo”. De hecho – subraya – “este pasaje del Evangelio nos dice que Jesús no es un “fantasma”, sino una Persona viva” y nos recuerda que ser cristianos “no es ante todo una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con él, con el Señor Resucitado: lo miramos, lo tocamos, nos alimentamos de él y, transformados por su amor, miramos, tocamos y nutrimos a los demás como hermanos y hermanas”.

Mirar: uno de los verbos del amor

“Mirad mis manos y mis pies” —dice Jesús. El Santo Padre ha explicado que “mirar” no es solo ver, sino que también implica “intención y voluntad”. Por eso – dice el Papa – es uno de los verbos del amor: “La madre y el padre miran a su hijo, los enamorados se miran recíprocamente; el buen médico mira atentamente al paciente... Mirar es un primer paso contra la indiferencia, contra la tentación de volver la cara ante las dificultades y sufrimientos ajenos”.

Tocar: el amor pide cercanía y contacto

El segundo verbo que señala el Papa es “tocar” y retoma el evangelio de hoy para explicar que, Jesús, al invitar a los discípulos a palparle, para que constaten que no es un fantasma, “les indica a ellos y a nosotros que la relación con él y con nuestros hermanos no puede ser “a distancia”. “No existe un cristianismo a distancia – subraya el Papa – no existe solamente un cristianismo solo en el ámbito de la mirada”. Es más, el Papa asegura que el amor “pide cercanía, contacto, compartir la vida”. De hecho – puntualiza – “el buen samaritano no solo miró al hombre que encontró medio muerto en el camino: se inclinó, curó sus heridas, lo subió a su montura y lo llevó a la posada. Y lo mismo ocurre con Jesús: amarlo significa entrar en una comunión vital y concreta con él”.

Comer en familia y amigos es una expresión de amor

Por último, Francisco habla del verbo “comer” y asegura que “expresa bien nuestra humanidad en su indigencia más natural, es decir, nuestra necesidad de nutrirnos para vivir”. “Pero comer – insiste – cuando lo hacemos juntos, en familia o con amigos, también se convierte en expresión de amor, de comunión, de fiesta”. “¡Cuántas veces los Evangelios nos muestran a Jesús que vive esta dimensión convival! –  exclama el Papa – hasta el punto de que el banquete eucarístico se ha convertido en el signo emblemático de la comunidad cristiana”. Por eso, para el Papa, “comer juntos” es “el centro de la vida cristiana”.

El Papa en el Regina Coeli del 18 de abril de 2021

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18 abril 2021, 12:17

¿Qué cosa es el Regina Coeli?

La antífona del Regina Coeli (o Regina Caeli) es una de las cuatro antífonas marianas (las otras son el Alma Redentoris Mater, el Ave Regina Coelorum y el Salve Regina).

Fue el Papa Benedicto XIV, en 1742, en prescribir que fuera recitada en vez del Ángelus y estando de pie, como signo de victoria sobre la muerte, durante el Tiempo Pascual, es decir, del domingo de Pascua hasta el día de Pentecostés.

Es recitada, como el Ángelus, tres veces al día: al alba, a mediodía y al ocaso, para consagrar la jornada a Dios y a María.

Esta antigua antífona se remonta, según una pía tradición, al VI o al X siglo, mientras su difusión está documentada desde la primera mitad del XIII siglo, cuando es introducida en el Breviario franciscano. Está compuesto por cuatro breves versos cada uno de los cuales se concluye con el Aleluya, y es la oración que los fieles dirigen a María, Reina del Cielo, para gozar con ella de la resurrección de Cristo.

El Papa Francisco, el 6 de abril de 2015, justamente durante la oración del Regina Coeli el día después de Pascua, ha aconsejado cual debe ser la disposición del corazón cuando se recita esta oración:

“… nos dirigimos a María invitándola a alegrarse, porque Aquel que ha llevado en su vientre ha resucitado como había prometido, y nos encomendamos a su intercesión. En realidad, nuestra alegría es un reflejo de la alegría de María, porque es Ella que ha custodiado y custodia con fe los eventos de Jesús. Recitemos pues esta oración con la emoción de los hijos que son felices porque su Madre es feliz”.

Últimos Ángelus / Regina Coeli

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