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Papa a la Gendarmería Vaticana: trabajen por la dignidad de las personas

El Santo Padre celebró la Santa Misa junto al cuerpo de la policía que protege la Ciudad del Vaticano. En su homilía, Francisco les agredeció por la labor que realizan y los animó "a seguir trabajando para proteger la dignidad de las personas", a través de la labor de control que realizan cada día con el fin de llevar adelante su vocación de servicio.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

La tarde del sábado 28 de septiembre, el Papa Francisco celebró una misa ante el cuerpo de la Gendarmería del Vaticano, es decir, la policía y fuerza de seguridad que protege la Ciudad del Vaticano y las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede.

En su homilía el Santo Padre profundizó sobre la lectura del Evangelio que narra como un hombre rico, vivía gozando de los placeres de "la buena vida", mientras permanecía indiferente ante el sufrimiento del pobre que mendigaba en la puerta de su casa, llamado Lázaro, «cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico» (Lc 16,20-21).

No ser indiferentes ante el sufrimiento de los demás

Demasiado ocupado en comprarse vestidos elegantes y organizar banquetes espléndidos, el rico de la parábola no advierte el sufrimiento de Lázaro, hasta que ambos mueren: el espíritu del hombre pobre va a descansar junto a Abrahán, mientras que el del hombre rico, "se encuentra en medio de tormentos".

Sólo en ese momento, cuando es capaz de sentir en su propia experiencia el auténtico sufrimiento, el hombre rico pide piedad a Abrahán. 

Saber llevar nuestro "propio nombre"

En este contexto, el Santo Padre recordó a los presentes en la misa, "que todos corremos el riesgo de vivir como aquel hombre rico", demasiado concentrados en preservar nuestro bienestar, y de esa manera no vemos el dolor de los hermanos en dificultad.

"Esta es la historia de este Evangelio -dijo Francisco- la historia de dos caminos de vida: uno que ha sabido llevar su propio nombre; el otro que, preocupado por sí mismo, por el egoísmo, es incapaz de hacer crecer su persona, su dignidad. No tiene nombre. Toda nuestra vida es un camino de consolidación, de fortalecer nuestro nombre con la honestidad de la vida, con el camino que el Señor nos indica, y para ello debemos ayudarnos unos a otros".

Proteger la dignidad de cada persona

Alguien podría decirme... "padre, el Evangelio está bien, pero ¿qué tiene que ver esto con la gendarmería hoy?", añadió el Pontífice.

"También ustedes deben proteger a todas las personas que están aquí, que tienen la posibilidad de crecer, de tener un nombre. Ustedes son hombres que trabajan por la dignidad de cada uno de nosotros... para que cada uno de nosotros pueda tener un nombre y llevar su propio nombre. El nombre que el Señor quiere que llevemos. Por eso se me ocurre que se puede decir que la Gendarmería es la custodia de los nombres, de todos nuestros nombres, a través de la seguridad que proporciona aplicando las medidas de control, determinando lo que se puede hacer y lo que no".

"Les agradezco mucho por el trabajo que hacen. Sigan así, trabajen por la dignidad de las personas, de cada una de ellas, y así llevarán adelante su vocación", concluyó Francisco.

 

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29 septiembre 2019, 13:56