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El Papa a detenidas argentinas: no deben dejarse “cosificar”

“Ustedes están privadas de la libertad pero no de la dignidad y de la esperanza”: lo asegura el Papa respondiendo a cartas de un grupo de detenidas argentinas del centro penitenciario femenino de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires

María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano

El Pontífice quiso responder así a las recluidas que le habían escrito para contarle historias de dolor, manifestando temores e interrogativos acerca de su condición de mujeres y madres que viven detrás de las rejas.

En la misiva, con fecha 3 de febrero, Francisco explica que la cárcel no puede ser reducida a un mero castigo, porque “la sociedad tiene la obligación de favorecer la reintegración, no el descarte”. Y el penitenciario argentino ofrece una posibilidad en este sentido – se lee en L’Osservatore Romano – puesto que ha creado un laboratorio artesanal donde las detenidas aprenden un trabajo. Porque, hace notar el Papa Bergoglio, la reintegración “comienza creando un sistema que podríamos llamar de salud social, es decir, que una sociedad garantice que las relaciones no se enfermen en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en las casas, en cada ámbito de la vida común. Y sobre todo, una sociedad sin excluidos ni emarginados”.

Además, prosigue el Pontífice, “Jesús nos invita a abandonar la lógica simplicista de dividir entre buenos y malos, para entrar en otra dinámica capaz de asumir la fragilidad, nuestros límites y nuestros pecados, para poder seguir adelante. Y podemos hacerlo porque la misericordia del Señor nos abraza a todos”.

No son números sino personas que generan esperanza

En particular Francisco recuerda que muchas de las detenidas son madres que piden ayuda por sus hijos. Ellas, explica el Papa, saben qué quiere decir generar vida y ahora se encuentran afrontando el desafío de generar el futuro y tienen la capacidad de hacerlo, no obstante tengan que luchar contra tantos determinismos”. De aquí la invitación a la esperanza: “No deben dejarse cosificar, - escribe el Pontífice – no son un número, son personas que generan esperanza porque quieren crear esperanza”.

Finalmente después de haber especificado que ningún conflicto se resuelve aislando, alejando o descartando a las personas, el Papa también constata que muchas veces se pierde de vista lo que debe estar al centro de las preocupaciones relativas a las detenidas: su vida, aquella de sus familias y también aquella de quienes han sido víctimas de la violencia.

 

 

 

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08 febrero 2019, 09:40