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Venezolanos en Colombia, Obispo: Papa señala problema que requiere atención

Entrevista a mons. Víctor Manuel Ochoa, Obispo de Cúcuta, en Colombia, en la frontera con Venezuela. El prelado reflexiona sobre el discurso del Papa al Cuerpo Diplomático, en el cual el Pontífice ha recordado a los migrantes venezolanos acogidos también en Colombia, exhortando a la comunidad internacional al “pleno respeto de su dignidad y de sus derechos humanos”

Giada Aquilino – Ciudad del Vaticano

Gratitud por los esfuerzos de tantos “gobiernos e instituciones” que  impulsados por un “generoso espíritu de solidaridad y de caridad cristiana”, colaboran en favor de los migrantes, expresó el Papa Francisco en el reciente discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, exhortando a la comunidad internacional al “pleno respeto de su dignidad y de sus derechos humanos” y esperando en un “horizonte de esperanza y de paz”. El Santo Padre ha recordado en particular a Colombia, que junto a otros países latinoamericanos, acogió en los últimos meses a un ingente número de personas procedentes de Venezuela.

La experiencia de Cúcuta

Una acogida que en Cúcuta, en el departamento colombiano de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, se ha transformado en un empeño cotidiano. En Vatican News, da su testimonio mons. Víctor Manuel Ochoa, Obispo de Cúcuta, que refiere cómo a esta ciudad de frontera entre Colombia y Venezuela, larga más de 2 mil km llegan diariamente por lo menos entre 45 y 60 mil personas en búsqueda de alimentos, medicinas, incluso también aquellos considerados normalmente entre los más comunes, o también vacunas para niños, en medio de dificultades sanitarias importantes.

Un gran problema de reflexión para el mundo de hoy

P.- El Papa ha llamado la atención de los gobiernos para que se ayude a los migrantes que escapan de la pobreza, la violencia y las persecuciones. ¿Cómo han sido acogidas, en una tierra como Cúcuta que es atravesada por tantos migrantes, las palabras del Pontífice al Cuerpo Diplomático?

R.- El Santo Padre nos ha hecho un regalo señalando el gran problema que estamos viviendo en la frontera colombo-venezolana. Son 2219 km. de frontera que unen a estos dos países hermanos y nos hace experimentar, ya desde hace al menos 1 año y medio, una crisis migratoria inmensa debida a los problemas que los venezolanos tienen: les faltan alimentos, les faltan medicinas, les falta atención médica. Muchos venezolanos quieren emigrar a Colombia, a Ecuador, a Perú, a Chile, a Argentina, al Brasil por medio de las vías que unen a estos dos países. Las palabras del Papa han señalado ante al Cuerpo Diplomático presente en la Sala Regia en el Vaticano, un gran problema, una situación que pues tenemos que mirar con cuidado y atención. Que no toca solamente América Latina sino que toca también a Europa y los Estados Unidos con el tema de los inmigrantes. Concretamente el Papa ha agradecido el servicio de Colombia, como gobierno, o el trabajo que las instituciones unidas en Colombia, han tratado hacer ante este gran fenómeno y esta gran crisis social. Unas palabras que ponen un gran problema sobre la mesa y ponen un gran problema para la reflexión de muchos en el mundo hoy.

La ausencia total de provisiones en Venezuela

P.- El Papa ha manifestado gratitud  por los esfuerzos de acogida de tantos países y ha citado justamente Colombia que junto con otros países en los últimos meses ha acogido un gran número de personas procedentes de Venezuela. ¿Qué relatan estas personas, de qué escapan?

R.- Hay grandes problemas de aprovisionamiento, no hay alimentos, no hay medicinas, no hay atención médica. Decirlo así puede resultar algo normal, pero cuando se tiene una familia con niños, cuando se tienen ancianos en casa, tener la ausencia total de provisiones, crea un gran problema. Cuando hay personas que tienen enfermedades catastróficas: diabetes, presión arterial, enfermedades de la piel normales y no tener medicinas, se vuelve un gran problema. Tenemos hoy en Cúcuta la presencia de enfermedades que habían desaparecido prácticamente. Recordemos que Venezuela era un país del primer mundo. Es una de las economías del petróleo tal vez más importantes del mundo, la producción de Venezuela era casi la quinta parte del petróleo mundial y tiene la primera cantidad absoluta de reservas de petróleo del mundo. Eso ha hecho que veamos un drama humano, un drama inmenso en esas personas que sufren. La Iglesia no se ha quedado quieta. Esta palabra de agradecimiento que el Papa da, creo que toca a muchas instituciones de Iglesias, no sólo en la Diócesis de Cúcuta, en la diócesis de Riohacha, Valledupar, Tibú, Nueva Pamplona, Arauca, y el vicariato apostólico de Vichada se han puesto al servicio de estos hermanos. También en otras zonas de Colombia, porque muchos de sus hermanos caminan buscando alguna ciudad, buscando alguna familia que les acoja para poder llevar lo necesario a Venezuela.

El drama humano de Venezuela

P.- A propósito de esto, los obispos de Venezuela están reunidos en estos días en Asamblea y han hablado del presidente Maduro que inicia el segundo mandato. El Presidente de los Obispos venezolanos ha dicho que desafortunadamente quien ha guiado el gobierno en los últimos años, produciendo un deterioro humano y social de la población y de la riqueza de la nación tiene intención de continuar por este camino. ¿Esto refleja lo que relatan los venezolanos que arriban a Cúcuta?

R.- Sí, realmente sí. Creo que es un drama humano que llena de terror a veces la condición humana de quien escucha. Hay unos dramas inmensos, el drama de las madres que no tienen alimentos para los niños, de niños desnutridos, de situaciones muy complejas. La Iglesia ha tratado, desde hace tres años de atender en Colombia este drama, ha tratado de atender con la caridad de Cristo y sacando lo mejor de nuestra fe y de nuestro amor a los hermanos. Respetamos la situación y la lectura política que se hace en Colombia, a nosotros no nos corresponde hacer la lectura política de esta situación, pero cuanto dicen los obispos venezolanos, cuanto ellos están expresando creo que representa realmente una lectura de un problema bien grave y bien difícil, hoy en Venezuela.

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10 enero 2019, 14:00