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El Papa: “El Santuario, lugar privilegiado para experimentar la misericordia”

“El Santuario como lugar de culto, de oración, del silencio del corazón, de la celebración de los sacramentos, casa para los peregrinos y lugar de la misericordia”, son algunas de las consideraciones que resaltó el Papa Francisco en su discurso a los participantes en el I Congreso Internacional de Rectores y Operadores en los Santuarios.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Son muchos los que vienen al Santuario porque necesitan recibir una gracia, y luego vuelven para agradecer por haberla experimentado, a menudo por haber recibido fortaleza y paz en la prueba. Esta oración hace que los Santuarios sean lugares fecundos, para que la piedad del pueblo sea siempre alimentada y crezca en el conocimiento del amor de Dios”, lo dijo el Papa Francisco a los participantes en el I Congreso Internacional de Rectores y Operadores en los Santuarios, a quienes recibió la mañana de este jueves, 29 de noviembre, en la Sala Regia del Vaticano.

El Santuario, lugar para expresar la fe

En su discurso, el Santo Padre resaltó la importancia de los Santuarios como lugares de culto en todo el mundo. “Cuanta necesidad tenemos de los Santuarios en el camino cotidiano que la Iglesia realiza – señaló el Papa – son el lugar donde nuestro pueblo se congrega para expresar su propia fe en la simplicidad, y según las varias tradiciones que se han transmitido desde la infancia. Por muchos motivos, nuestros Santuarios son insustituibles porque mantienen viva la piedad popular, enriqueciéndola con una formación catequética que sostiene y fortalece la fe y al mismo tiempo, alimentando el testimonio de la caridad”.

La importancia de acoger a los Peregrinos

Al encontrar a los Rectores y Operadores de diversos Santuarios del Mundo, el Papa Francisco les dirigió algunas consideraciones sobre estos lugares sagrados. En primer lugar, el Pontífice subrayó la importancia de la acogida a los peregrinos. “Sabemos que con mayor frecuencia nuestros Santuarios son meta no sólo de grupos organizados – precisó el Papa – sino de peregrinos individuales o de grupos autónomos que se ponen en camino a estos lugares sagrados. Es triste cuando sucede que, a su llegada, no hay nadie que les dé la bienvenida y los acoja como peregrinos que han realizado un viaje, muchas veces largo, para llegar al Santuario. No puede suceder que se dé mayor atención a las exigencias materiales y financieras, olvidando que la realidad más importante son los peregrinos”.

El Santo Padre también recordó que, hay que tener en cuenta que muchas personas visitan el Santuario porque pertenece a la tradición local, a veces porque sus obras de arte son un atractivo, o porque está situado en un ambiente natural de gran belleza y encanto. “Cuando estas personas, son acogidas, se vuelven más disponibles a abrir sus corazones y dejar que sean moldeados por la Gracia. Un clima de amistad – precisó el Papa – es una semilla fecunda que nuestros Santuarios pueden sembrar en la tierra de los peregrinos, permitiéndoles recuperar esa confianza en la Iglesia que a veces puede haber sido decepcionada por la indiferencia recibida”.

El Santuario, lugar de oración

La segunda consideración que presentó el Papa Francisco, fue la de los Santuarios como lugares de oración. “La mayor parte de nuestros Santuarios – precisó el Pontífice – están dedicados a la piedad mariana. Aquí la Virgen María abre los brazos de su amor maternal para escuchar la oración de cada uno y escucharla. Los sentimientos que todo peregrino siente en lo más profundo de su corazón son los que también encuentra en la Madre de Dios. Aquí Ella sonríe dando consuelo. Aquí Ella derrama lágrimas con los que lloran. Aquí nos presenta a cada uno de nosotros – señaló el Papa – al Hijo de Dios en sus brazos como el bien más precioso que toda madre posee. Aquí María se convierte en la compañera de camino de toda persona que eleva sus ojos a Ella pidiendo una gracia, segura de ser escuchada. La Virgen responde a todos con la intensidad de su mirada, que los artistas han sabido pintar a menudo guiados a su vez desde arriba en la contemplación”.

La importancia de la oración y los sacramentos

En cuanto a la oración en los Santuarios, el Papa Francisco subrayó dos exigencias. “En primer lugar, fomentar la oración de la Iglesia que, mediante la celebración de los sacramentos, hace presente y eficaz la salvación. Esto permite que todos los presentes en el Santuario – señaló el Pontífice – se sientan parte de una comunidad más amplia que desde todas partes del mundo profesa la única fe, da testimonio del mismo amor y vive la misma esperanza. Muchos santuarios han surgido precisamente por la petición de orar de la Virgen María a la vidente, para que la Iglesia no olvide nunca las palabras del Señor Jesús de orar ininterrumpidamente y de permanecer siempre vigilantes a la espera de su regreso”.

El Santuario, lugar para el silencio

Otra consideración que realizó el Papa Francisco sobre estos lugares sagrados fue que, los Santuarios están llamados a alimentar la oración del peregrino en el silencio de su corazón. “Con las palabras del corazón, con el silencio, con sus fórmulas aprendidas de memoria de niño, con sus gestos de piedad – precisó el Santo Padre – todos deben poder ser ayudados a expresar su oración personal. Son muchos los que vienen al Santuario porque necesitan recibir una gracia, y luego vuelven para agradecer por haberla experimentado, a menudo por haber recibido fortaleza y paz en la prueba. Esta oración – recordó el Papa – hace que los Santuarios sean lugares fecundos, para que la piedad del pueblo sea siempre alimentada y crezca en el conocimiento del amor de Dios”.

El Santuario, lugar privilegiado de la misericordia

Finalmente, el Papa Francisco recordó que, nadie en nuestros Santuarios debe sentirse como un extraño, especialmente cuando viene a ellos con el peso de su pecado, por ello, el Santuario es un lugar privilegiado para experimentar la misericordia que no conoce límites. “De hecho, cuando la misericordia es vivida, se convierte en una forma de evangelización real, porque transforma a los que reciben la misericordia, en testigos de la misericordia. En primer lugar – agregó el Papa – el sacramento de la Reconciliación, que tantas veces se celebra en los Santuarios, necesita sacerdotes bien formados, santos, misericordiosos, capaces de hacer gustar el verdadero encuentro con el Señor que perdona. Espero que nunca falte la figura del Misionero de la Misericordia – precisó – especialmente en los Santuarios, como testigo fiel del amor del Padre que se acerca a todos y sale al encuentro feliz de haber encontrado a los que se habían perdido. Finalmente – concluyó el Pontífice – las obras de misericordia piden ser vividas de manera especial en nuestros Santuarios, porque en ellos la generosidad y la caridad se realizan de manera natural y espontánea como actos de obediencia y amor al Señor Jesús y a la Virgen María”.

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29 noviembre 2018, 11:50