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El Papa y un grupo de jesuitas de los Países Bálticos El Papa y un grupo de jesuitas de los Países Bálticos 

El Papa Francisco en diálogo con los jesuitas de los Países Bálticos

En su reciente Viaje Apostólico a los Países Bálticos, el Papa Francisco encontró en forma privada en Vilna, Lituania, a un grupo de jesuitas de esta región, el 23 de septiembre pasado. Diálogo que “La Civiltà Cattolica”, la revista de los jesuitas italianos, publicó en su cuaderno número 4040.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Los jesuitas tienen que trabajar sin perder la paz, sin perder el encuentro con el Señor y sin perder el descanso. Esto es importante. La primera ley del trabajo para un jesuita es ante todo hacer aquello que otros no hacen o no pueden hacer. La segunda es que el trabajo no lo aleje de la familiaridad con el Señor. La tercera es que no me quite la paz. La cuarta es no hacer aquello que puedo delegar en otros”, lo dijo el Papa Francisco respondiendo a una de las preocupaciones presentadas por uno de sus compañeros, durante el encuentro con un grupo de jesuitas de los Países Bálticos, el pasado 23 de septiembre, en su reciente Viaje Apostólico Internacional.

Encuentro fraterno

En el texto del diálogo publicado por “La Civiltà Cattolica”, la revista de los jesuitas italianos, en su cuaderno número 4040 (disponible este 20 de octubre), se precisa que el Santo Padre encontró a 28 jesuitas en la Nunciatura de Vilna, Lituania. El encuentro tuvo lugar inmediatamente después de su visita al Museo de la Ocupación y Lucha por la Libertad, “El Gólgota lituano”, un doloroso recuerdo de la dominación soviética. Fuertes resonancias espirituales y sobre la actualidad de esta visita en el breve intercambio con Mons. Sigitas Tamkevičius, quien experimentó el encarcelamiento por parte de la KGB.

Bajar al infierno hoy

De hecho, el Papa acababa de regresar de una visita al Museo de las Ocupación y de la Lucha por la Libertad, “el Gólgota lituano”, en aquel entonces sede de prisiones en las que se detenía y torturaba a los opositores al régimen soviético. Uno de los momentos más intensos del viaje. “Jesús descendió al infierno y te aconsejo – dijo el Papa Francisco – que no tengas miedo de descender al inframundo de las personas [....] Tienes que bajar allí. Tocar las heridas [...] Y estas heridas no sólo se han abierto en Vilna y en el pasado. Y refiriéndose a la “situación de algunas cárceles en el norte de África”, el Papa dijo: “Hoy nos desnudamos por lo que los comunistas, los nazis y los fascistas han hecho.... ¿pero hoy? ¿No es ese el caso hoy? Por supuesto, ¡lo hacen con guantes blancos y seda!”.

El Concilio y el cambio en la Iglesia

El Papa Francisco recordó la importancia del “encuentro entre jóvenes y ancianos”. A un joven jesuita que le preguntó al Pontífice cómo podía ayudarle, el Papa le respondió: “Lo que se necesita hoy es acompañar a la Iglesia en una profunda renovación espiritual. Creo que el Señor pide un cambio en la Iglesia”. Y después de referirse al número 12 de la Lumen gentium y a la Iglesia como pueblo de Dios, añadió: Si queréis ayudarme, haced lo necesario para que el Concilio continúe en la Iglesia”.

Entra en el caos

A otro joven jesuita que le preguntó al Papa cómo vivir, sin miedo, en un mundo que parece estar en caos, el Santo Padre le respondió antes que nada que no entrara solo en el caos, “porque vas a terminar mal”. Y añadió: “Pero si entras con la gracia del coloquio espiritual con tu Provincial, con tu comunidad, si lo haces como misión y con el Señor [...] no hay que tener miedo. ¡Con el Señor, pero, no con sus propios caprichos! Dios es fuerte, Dios es más fuerte [...] ¡No tengan miedo!”.

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17 octubre 2018, 18:00