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Don Gentili: las familias italianas en Dublín con la alegría del amor

El encargado de la Oficina de la CEI para el Cuidado Pastoral de las Familias cuenta a Vatican News cómo se han preparado las familias italianas para el Encuentro Mundial de Dublín

Alessandro Gisotti - Ciudad del Vaticano

Faltan dos semanas para el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín, con la participación del Papa Francisco, que eligió como tema para el evento "El Evangelio de la Familia: alegría para el mundo". En Irlanda será particularmente significativa la presencia de familias italianas, que participarán en el Encuentro después de una jornada catequística centrada en Amoris laetitia. Sobre este camino y las expectativas por el evento de Dublín, Vatican News entrevistó al P. Paolo Gentili, de la Oficina Nacional para Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Italiana:

R. - Hay una densa actividad en los últimos años, especialmente ligada al camino que realizado por la pastoral familiar. Los dos Sínodos, pero más aún las dos consultas del pueblo que precedieron la reflexión sinodal sobre la familia y que luego -a través del corazón del Papa Francisco- generaron Amoris laetitia, diría que "pusieron en marcha" la pastoral familiar. Y esto sobre todo sobre el tema del Evangeli,  que produce alegría. Poco antes de conocer el tema del Encuentro Mundial de Dublín, nosotros decidimos dedicar dos años de reflexión al tema "Caminos de la felicidad en la alianza entre hombre y mujer". Nos parecía la temática que reúne el verdadero espíritu de Amoris laetitia.

P.- ¿Puede decirnos brevemente cómo será la presencia italiana en Dublín?

R. - La Conferencia Episcopa lItaliana ha ofrecido también  la posibilidad de viajar cubriendo los gastos de los niños menores de 14 años. Hay muchos que se han inscrito, somos unos 250, pero también hay muchas otras familias italianas que participan con sus respectivas diócesis o también simplemente como familias.

P.- El Papa pide que las familias cristianas sean levadura en una sociedad cada vez más herida y básicamente replegada sobre sí misma. ¿Cómo hacer frente a este desafío?

R. - Creo que es precisamente esta la tarea de las familias que  como "un río de gracia" pasarán por  las calles de Dublín.  La idea es que el Evangelio se transmite por ósmosis, casi por el aire, ¡en el perfume! En una ciudad como Dublín, donde los solteros son la mayoría, porque también están las mayores empresas europeas y a menudo el trabajo rompe la familia o incluso impide crearse una familia, una ciudad que también ha experimentado la secularización , pero aún más los dramas de los escándalos recientes, y además la cobertura de los escándalos recientes, ¡es un nuevo florecimiento! Hay un gran deseo de volver a ver las razones de la alegría que están en el amarse entre marido y mujer, entre padres e hijos... ¡y también con la suegra!

P.- Francisco espera que el encuentro de Dublín profundice el contenido de Amoris laetitia. ¿Cómo valora, según su experiencia, la recepción de este documento entre las familias italianas?

R. - Es como si el documento hubiera pasado primero entre las manos de las familias, incluso antes de ser impreso, porque cuenta la historia de la vida familiar. El Cardenal Bassetti tendrá una reunión (el 24 de agosto) sobre cómo acompañar, discernir e integrar el amor humano cuando está herido. Es un tema que  ha incomodado a alguno, incluso en la forma en que Amoris laetitia lo enfrenta. Entonces, probablemente,  hay un poco que reelaborarse y retomar el Evangelio, realmente radicalmente, con todo el empuje a la misericordia que el Evangelio promete!

P.- Por último, como sacerdote que acompaña a las familias en su camino desde hace muchos años, ¿qué es lo que más le llama la atención de las enseñanzas de Francisco sobre la familia?

R. - Diría precisamente lo concreto, lo que más llama la atención también de este texto de Amoris laetitia, diría también conjugado con  Gaudete et exsultate, es esta santidad de gusto cotidiano y familiar. ¡Concreción! Paradójicamente, la espiritualidad parece  que aparentemente  te saca de la realidad y, en cambio, te ayuda a vivirla de una manera aún más bella. Así también el don de sí mismo. La altura espiritual se combina con el compromiso social con los pobres, de manera especial, pero no "desde arriba", sino como hermanos, como compartir, como descubrimiento en el rostro pobre de Jesús para encontrar. Y la pobreza está a menudo en la familia porque hay un esfuerzo diario para mantener a las familias unidas y a veces también para ir más allá de las pequeñas y grandes traiciones. ¡Pero ésta es la belleza y la promesa del Evangelio.

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06 agosto 2018, 12:00