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Audiencia del Papa: Caminar hacia la santidad con Jesús Eucaristía

El Santo Padre recibió en audiencia en la Plaza de San Pedro a un numeroso grupo de feligreses de las diócesis italianas de Bolonia y Cesena, a quienes exhortó "a caminar junto al Señor hacia la santidad"

Sofía Lobos- Ciudad del Vaticano

“Los animo a llevar a sus comunidades la llamada a la santidad que compete a cada bautizado y en toda condición de vida, ya que en la santidad reside la plena realización de cada aspiración del corazón humano”, fue la exhortación del Papa Francisco en su Audiencia del sábado 21 de abril, a un numeroso grupo de feligreses de las diócesis italianas de Bolonia y Cesena, que llenaron la Plaza de San Pedro en una jornada soleada marcada por un ambiente de diálogo y entusiasmo.

Tras escuchar el saludo del Arzobispo de Bolonia, Mons. Matteo Zuppi y del Obispo de Cesena-Sarsina, Mons. Douglas Regattieri, el Santo Padre dirigió a todos los presentes un discurso en el que recordó de modo especial, su visita pastoral a ambas diócesis, la cual definió como “un don de Dios”, y que tuvo lugar el 1 de octubre de 2018 con motivo del 300° aniversario del nacimiento del Papa Pío VI, y en la que también ocupó un lugar importante la figura del Papa Pío VII; dos Obispos de Roma oriundos de Cesena –dijo Francisco-, “que han forjado para esta Comunidad diocesana, una ocasión propicia para reflexionar en el camino de la evangelización recorrido hasta hoy, y sobre las nuevas metas misioneras que les esperan”.


Llamados a seguir las huellas de Pío VI y Pío VII

Asimismo, el Sucesor de Pedro resaltó la importancia del modelo de estos dos Pontífices a quienes describió como “pastores y evangelizadores”, e invitó a todos a seguir los pasos de Pío VI y de Pío VII, “prosiguiendo sobre el mismo camino, empeñándose generosamente en anunciar en Evangelio a los demás, testimoniándolo a través de obras que no necesariamente deben ser grandes".

“Los cristianos son levadura de amor, de fraternidad, de esperanza en tantos pequeños gestos cotidianos”, dijo Francisco, animando a cada uno a amar, precisamente, “estos pequeños gestos y detalles de cada día, que si bien son pequeños como lo es la levadura, crecen y enriquecen la vida de una manera extraordinaria, haciendo tanto bien en el mundo”.

La Eucaristía nos reconcilia y nos une

Por otra parte, el Papa recordó un fragmento concreto de su reciente Exhortación apostólica, Gaudete et exsultate, sobre la llamada a santidad en el mundo de hoy, que resalta el infinito valor de la Eucaristía:

“Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera" (n. 142).

Y en este contexto, el Obispo de Roma hizo hincapié en que la Eucaristía , "es lo que verdaderamente hace a la Iglesia, la fortalece y la une en el vínculo del amor y de la esperanza".

“El Señor, la ha instituído para que permanezcamos en Él y para que formemos un solo cuerpo, para que de extraños e indiferentes, pasemos a ser hermanos unidos, los unos con los otros”, añadió el Papa, puntualizando que la Eucaristía nos reconcilia y nos une, "porque alimenta los vínculos comunitarios y nos inspira comportamientos de generosidad, perdón, confianza en el prójimo y gratitud".

La eucaristía como “acción de gracias”

De igual manera, el Vicario de Cristo explicó que la Eucaristía, que significa acción de gracias, "nos hace sentir la necesidad del agradecimiento: nos hace comprender que somos más bendecidos en dar que en recibir (Hechos 20:35), nos educa para dar prioridad al amor y a practicar la justicia en su forma más plena que es la misericordia; para poder agradecer siempre, incluso cuando no recibimos lo que deberíamos".

Por consiguiente, dijo Francisco, "la adoración eucarística también nos enseña la escala correcta de valores: a no poner en primer lugar las realidades terrenales, sino los bienes celestiales; a estar hambrientos no sólo de alimento material, sino también de aquello que dura para la vida eterna" (Jn 6:27).


Caminar hacia la santidad

Por último, el Santo Padre se despidió alentando a todos a aceptar el “desafío misionero” encaminado a dar un nuevo impulso a la evangelización en sus respectivas diócesis y a "no cansarse de buscar a Dios y a su Reino en cada cosa, por más pequeña que sea"; esforzándonos en el servicio de nuestros hermanos, manteniendo siempre el estilo de simplicidad y fraternidad que nos inspira la Virgen María, "santa entre los santos, la más venerada, aquella que nos muestra el camino de la santidad y nos acompaña a través de él".

Audiencia del Papa Francisco

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21 abril 2018, 15:12