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Dejémonos “misericordiar” por Dios, pide el Papa

Dejándose ‘misericordiar’ por Dios es que podemos hacer propios sus dones y sus dones son irrevocables, dijo Francisco en la homilía en Santa Marta el 6 de noviembre de 2017
REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

“Dejándose ‘misericordiar’ por Dios es que podemos hacer propios sus dones y sus dones son irrevocables” ha dicho Francisco en la homilía en Santa Marta el 6 de noviembre de 2017.

Los dones que el Papa consideró irrevocables son la elección, la promesa y la alianza y puso como ejemplo a los novios y al matrimonio que se eligen mutuamente con la promesa de llevar la vida  adelante juntos y en alianza. Y es “por esto que el matrimonio esta entre las figuras más perfectas del don de Dios”.

Para sostener la afirmación de que los dones de Dios son irrevocables, Francisco apelo a la Carta a los Romanos donde Pablo (11, 29-36) argumenta que han sido “elegidos” y concluye con las palabras: “la llamada de Dios es irrevocable”. Esta frase es fuerte, dijo el Papa. Es como decir que cuando Dios da un don no lo da hoy y lo quita mañana. Y cuando Dios llama la llamada es para toda la vida. Para retomar el tema de la elección, la promesa y la alianza y finalizar con la propuesta de un examen de conciencia: “Es oportuno que cada uno se haga la pregunta: “¿Como siento yo la elección: mi siento cristiano por casualidad? ¿Como vivo yo la promesa de salvación? ¿Soy fiel a la alianza, como él es fiel? ¿Me siento elegido por Dios? ¿Siento la caricia de Dios en mi corazón? ¿Siento que Dios me ama y me cuida? ¿Y que cuando yo me alejo él va a buscarme?

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01 noviembre 2017, 12:52