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Escultor Ruiz Montes: El arte sagrado nace de una búsqueda espiritual

“La relación entre el arte y la fe, la importancia de las imágenes sagradas en la religiosidad popular y el esfuerzo por representar en las esculturas el misterio divino”, son algunos de los temas al centro de la entrevista con el escultor e imaginero español, José María Ruiz Montes.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Ahora se puede contemplar al ‘Cristo de Humildad y Paciencia’, y para ello hay que ponerse debajo de Él y buscarle la mirada y cuando el Señor te diga ‘estoy aquí por ti’, es cuando en realidad la imagen cumple esa función que tiene”, lo dijo José María Ruiz Montes, escultor e imaginero español, explicando el significado de una de sus últimas esculturas, “El Cristo de la Humildad y Paciencia”, realizado para la Venerable Hermandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, María Santísima de Dolores y Esperanza y Nuestra Señora de la Aurora, de Málaga, España y que fue presentado a la feligresía andaluza la pasada Semana Santa.

Una de las características de tus obras es acercar el misterio de Dios a los hombres. ¿Cómo realizas estas obras? ¿De dónde nace la inspiración para poder plasmar en estas esculturas ese misterio que es mucho más grande que nosotros?

Pues, el foco de inspiración cuando se trata de escultura sacra es buscar lo que quizás no se ve, no se ve en una morfología humana, o en una composición, en este caso de paño, de figuras entre sí, sino se busca ese punto espiritual que a veces es complicado encontrarlo cuando estamos inmersos, digamos, un poco en el día a día. Hay que despojarse, quizás de uno mismo y encontrar la llamada de que el Señor nos ilumine para poder hacer, pues, un rostro que exprese lo más justamente posible a lo que en esencia quiere transmitir hoy en día a la humanidad.

Cuando empecé, desde los inicios de esta carrera, desde la formación hasta hoy en día, me he ido dando cuenta más que, puedes coger un retrato de una persona, coger un modelo, qué es lo que suelo hacer; pero, quizá ese rostro de idealización que se busca dentro del corazón, de ese corazón no es suficiente, y hay que abrirse a ese despojo que comentaba, a ese abandonarse, quizás hacer un poco de imitación a un pequeño atisbo de lo que Cristo se despojó a la hora de encarnarse, para hacerse como uno de nosotros.

Cristo crucificado, obra de José María Ruiz Montes
Cristo crucificado, obra de José María Ruiz Montes

En este sentido, José María ¿cuál es la importancia de la relación que tú encuentras entre el arte y la fe? ¿Cómo el arte puede ayudarnos a vivir nuestra fe?

El arte y la fe desde la existencia, yo diría que va todo unido. A veces nos abandonamos a esa condición natural. Es verdad que nosotros estamos aquí de pasó y ese pasó, si atendemos a lo que nos rodea nos damos cuenta de la grandeza, del milagro diario que nos sucede en el transcurso del día y la noche. Yo creo que, cuando nos percatamos y miramos desde un objetivo abierto, es cuando nos damos cuenta que el arte va vinculado a la condición humana, es decir, desde que estamos aquí en la tierra tenemos la necesidad de expresar lo que hemos vivido, lo que sentimos. Y cuando unimos esa condición de poder expresarnos a su vez con la fe, es decir, que no estamos aquí solos, no estamos aquí por casualidad, sino que estamos por algo, por alguien, por una fuerza mayor, superior, a nosotros es cuando enlazamos esa cadena que hace necesario para poder plasmar. A fin de cuentas, nuestro trabajo forma parte de nuestra vida y aportemos ese granito de arena al resto de la humanidad.

Una de las últimas obras que ha realizado es el “Cristo de la Humildad y la Paciencia”. Cuéntanos un poco más sobre los detalles de esta última obra que has hecho. Para qué Hermandad lo has realizado y cuándo fue presentado en Málaga, España.

Recordamos aquella visita del año pasado, cuando estuvimos por aquí para la bendición de las Potencias que lleva la imagen de la “Humildad y la Paciencia”. La verdad que, esos previos a la bendición fueron un momento muy bonito y tanto lo vivido a nivel personal, como también por la Hermandad, momentos muy importantes, únicos, históricos. La verdad que, la llegada de la imagen días previos a la iglesia me consta que fueron muy emotivos, muy importantes. Desde que la imagen se terminó de esculpir estuvo en un convento de las Carmelitas en Málaga, hasta que ya se bendijo.

La verdad es que, esta imagen es muy especial y ha marcado un antes y un después. Ha sido todo lleno de alegría, desde que la imagen se bendijo hasta que la designaron para que presida el Vía Crucis de la Semana Santa de Málaga. Es la imagen que procesionó hasta la iglesia de San Julián y de la San Julián presidió dos días después, el viernes, el Vía Crucis que se celebró en la Catedral de Málaga y luego de regreso a su sede en San Vicente de Paúl. Pues, fue un estreno grande en el corazón y yo creo que también lo fue para la Hermandad, y también para Málaga fue algo muy bonito.

Obra de José María Ruiz Montes
Obra de José María Ruiz Montes

¿Qué características tiene la escultura del Cristo de la Humildad y Paciencia? ¿Cuál es el significado que has tratado de transmitir en esta última obra que has realizado?

La imagen en su advocación de “Cristo de Humildad y Paciencia”, en la iconografía lo que representa es el momento en el que Cristo llega exhausto a la cima del Monte Calvario después de haber cargado con la cruz, y agotado se sienta en la cúspide de la pirámide del Monte. El Señor está como abstraído de ese alboroto, de ese caos que lo rodea. Según el relato bíblico esta un soldado que le ofrece la hiel y el vino, el otro que prepara la cruz, los otros soldados que echan a suerte su ropa, estaba anulado el Señor y destaca el tono rojo presentando ese despojo de su condición divina. Además, están un centurión y un comandante que están en ese momento entregándole en la sentencia, el título de la cruz. Y en ese alboroto está el Señor en el centro, como en la cúspide de nuestra fe, en el centro y arriba del todo, con esa mansedumbre y esa humildad y ese despojo. El Señor humano está sujetado por lo divino que sería Dios Padre.

Cuando estuve haciéndolo pensaba que no cualquier persona podía soportar toda esa maldad psicológica, ese dolor físico, que tendría que ser digamos realmente, soportado por el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo en Él. Y me parecía que es algo qué es difícil de explicar con palabras, ese trasfondo del Señor. Entonces, quizás esto era despojarse de cualquier otra obra del transcurso de mi carrera, sabía yo que iba a hacer algo importante y así me lo tomé. Además, pasamos por varias circunstancias de salud, que nos hizo quizás adentrarnos un poco más en un pequeño atisbo de lo que el Señor pudo sentir.

Ha sido una experiencia maravillosa, dura y a la vez gratificante a la hora de poder presentarlo a la gente. Y como yo dije, ahora el Señor está para todos, pasó de un estudio, del tú a tú. Ahora, el Señor está repartiendo esa divinidad, ese amor y esa humildad y mansedumbre a todo el resto de personas que quieran contemplarlo y para ello hay que ponerse debajo de Él y buscarle la mirada y cuando el Señor te diga “estoy aquí por ti”, es cuando en realidad cumple esa función que tiene la imagen.

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08 junio 2023, 20:37