Foto de archivo Foto de archivo 

Violencia en Antioquía: se crea una misión humanitaria especial

Tras un informe lanzado por las Misioneras de la Madre Laura de la Provincia de Medellín, los misioneros de la Red de Solidaridad Interreligiosa en zonas de conflicto en Colombia piden al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a los diversos actores armados respetar el derecho internacional humanitario y poner fin a la instalación de minas antipersonal

Una misión humanitaria especial que se iniciará en los municipios de Dabeiba y Frontino, con el objetivo de escuchar, acompañar y brindar apoyo moral a las comunidades ante la crisis que atraviesan. Lo ha informado la Red de Solidaridad Interreligiosa en las zonas de conflicto en Colombia en un comunicado enviado a la agencia de noticias Fides. Los misioneros, luego de un informe lanzado por las Misioneras de la Madre Laura de la Provincia de Medellín han realizado un llamamiento urgente, dirigido a las autoridades, destacando a la difícil situación de las comunidades indígenas, afroamericanas y campesinas del occidente del departamento de Antioquia, Colombia. 

Así, además de solicitar a las autoridades advertir sobre los efectos del agravamiento del conflicto armado, mientras surge una disputa territorial entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), respetar el derecho internacional humanitario y el derecho a la paz, los misioneros solicitan la presencia de organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Misión de Verificación del Acuerdo de Paz de las Naciones Unidas en Colombia.

Entre los principales problemas señalados se encuentran el reclutamiento de menores, la instalación de minas antipersonal, amenazas a líderes y comunidades, asesinatos selectivos, desplazamientos, confinamiento y abuso sexual contra civiles. Las organizaciones de la Red – tal como informa Fides - piden al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a los diversos actores armados respetar el derecho internacional humanitario y poner fin a la instalación de minas antipersonal, dadas las graves consecuencias que esto conlleva para las víctimas de estos artefactos. 

La situación en Antioquia parecía calmarse, pero en los últimos tiempos la violencia ha aumentado. La Iglesia Católica en muchas ocasiones ha pedido a las autoridades una presencia efectiva en esta zona. Se recuerda, entre otras, aquella de Semana Santa de los Obispos de las diócesis de Quibdó, Istmina-Tadó y Apartadó, cuando solicitaron a los grupos criminales aceptar el llamado a la paz, con el fin de detener asesinatos, lesiones, secuestros, extorsiones, encarcelamientos, desplazamientos, reclutamiento de menores, amenazas y desórdenes que afectan a comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinos. 

“Las instituciones -escribieron los prelados- deben responder eficazmente al grito de ciudadanía que exige derechos, seguridad y diálogo, y la sociedad civil debe renunciar a cualquier actitud de indiferencia y conformismo para contribuir de manera constructiva a las soluciones requeridas”.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

23 julio 2021, 13:41