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Ecuador. Seminario para periodistas en la primera línea sobre derechos de migrantes

La Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) realizó un seminario de profundización dirigido a editores ecuatorianos y colombianos sobre periodismo de investigación, producción de medios de comunicación y derechos de los migrantes (L’osservatore Romano).

Ciudad del Vaticano

El objetivo de esta iniciativa era dotar a los trabajadores de la comunicación de las aptitudes necesarias para informar a los migrantes y a las comunidades de acogida sobre el acceso al mercado laboral y los servicios básicos, con miras a la integración y la lucha contra la creciente xenofobia.

Durante muchos años, los habitantes de la frontera (Ecuador, Colombia y Venezuela) han sido marginados por sus gobiernos, por lo que se han hundido en la pobreza. Para ellos no hay salud, educación, infraestructura": así lo denunció Ramón Zambrano, periodista de la provincia de Esmeraldas, Ecuador, durante un seminario de profundización promovido por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC), dirigido a editores ecuatorianos y colombianos sobre periodismo de investigación, producción de medios de comunicación, derechos de los migrantes.

"Nuestro principal objetivo -dijo Lorenzo Vargas, director del programa WACC- es contribuir al desarrollo de una narración de los migrantes que sea inclusiva y esté basada en los derechos, para contrarrestar el creciente discurso xenófobo".

A este respecto, el Papa Francisco, con ocasión de la Conferencia Mundial sobre "Xenofobia, Racismo y Nacionalismo Populista en el Contexto de las Migraciones Mundiales" que reunió, del 18 al 20 de septiembre de 2018 en Roma, a dirigentes, exponentes y expertos de diversas Iglesias Cristianas, en un discurso pronunciado ante los participantes, escribe: "Vivimos en tiempos en que los sentimientos parecen volver a la vida y difundirse que a muchos les parecieron anticuados. Sentimientos de sospecha, temor, desprecio e incluso odio hacia personas o grupos juzgados diferentes por su afiliación étnica, nacional o religiosa y, como tales, considerados no lo suficientemente dignos de participar plenamente en la vida de la sociedad".

Desde que estallaron las protestas contra el gobierno en Venezuela, la situación para la población se ha vuelto aún más difícil incluso en los países vecinos. Las medidas restrictivas contra los venezolanos que huyen de la crisis económica y social van en aumento. En los países del subcontinente, hasta hace poco solidarios, las certezas crujen. Por esta razón, la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana intenta con todos sus medios hacer llegar a la opinión pública, a través de los periódicos, la radio y la televisión, mensajes positivos sobre aquellos que buscan refugio y cobijo.

"Los resultados de este proyecto -dijo Vargas- también alimentarán el trabajo de WACC en materia de migración y comunicación en Colombia y Venezuela y servirán para fortalecer la alianza con otras organizaciones de la sociedad civil como el Servicio Jesuita para Refugiados, Cáritas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante (HIAS), una organización judía americana sin fines de lucro que proporciona ayuda humanitaria y asistencia a los refugiados.

En este contexto, los jesuitas han puesto en marcha desde hace algunos años un proyecto de asistencia humanitaria y de emergencia en la frontera venezolano-colombiano-brasileña que proporciona no sólo las necesidades básicas (alimentos, equipo y transporte), sino también acompañamiento jurídico y asistencia sanitaria y psicosocial a los grupos más vulnerables (mujeres embarazadas, niños sin vacunar, personas con enfermedades crónicas). Sin embargo, el proyecto de la Compañía de Jesús va más allá de la mera ayuda humanitaria: la llegada continua de refugiados está creando una creciente incertidumbre entre las poblaciones locales hacia las personas desplazadas. Esta actitud conduce a actos xenófobos que se manifiestan en el abuso continuo de las personas desplazadas. Por esta razón, los jesuitas también están dando vida a una acción cultural que fomenta la hospitalidad.

En este sentido, la Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador (Corape), una organización de la sociedad civil fundada en 1990 que reúne a 36 medios comunitarios y que ha estado durante mucho tiempo a la vanguardia de la lucha por los derechos de comunicación y la democracia en el Ecuador, ha organizado esta serie de talleres con el apoyo de la WACC.

Según Corape, desde 2017, cuando miles de venezolanos huyeron de la crisis económica y política de su país, la situación en las zonas fronterizas entre Ecuador y Colombia ha empeorado sin duda alguna. Si bien la migración desde Colombia disminuyó en 2016, tras el histórico acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), fue sustituida por la migración de venezolanos que tuvieron que abandonar su país a través de la frontera con Colombia. Se estima que, para fines de 2020, unos 659.000 migrantes venezolanos residirán en el Ecuador; muchos de ellos pasarán a pie por Colombia. Según el ACNUR, actualmente hay 4,5 millones de refugiados y migrantes venezolanos en todo el mundo.

Esta migración masiva ha generado tensiones en el país andino y por ello el proyecto WACC-Corape prevé la participación de una decena de medios de comunicación, cuyos periodistas están llamados a producir nuevos contenidos sobre cuestiones de inmigración también desde el punto de vista de los derechos humanos.

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07 julio 2020, 10:09