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Covid-19. ¿Cómo la crisis afecta a los maestros en América Latina?

El grupo profesional formado por los educadores o maestros enfrenta la crisis social y educativa generada por el coronavirus con pocas herramientas y muchos deseos. Recordamos a quienes nos han dejado y a aquellos que continúan librando la batalla cada día.

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

En estos tiempos de pandemia hemos agradecido y, con muchísima razón, el trabajo que continúa realizando el personal sanitario y el que atiende los servicios básicos en cada país. Hoy quisiera recordar a otro sector profesional que, muchas veces desde el silencio, sigue laborando por el bien de los niños y jóvenes: los maestros. En algunos países se les recuerda dedicándoles un día especial. Este año, esto no ha sido posible.

Buscar el sentido de las cosas

El Papa Francisco el 5 de junio de este año dirigió un videomensaje con ocasión del Ciberencuentro Mundial organizado por la fundación Scholas Occurrentes y en él decía a los participantes que en medio de esta crisis que vivimos, “educar es buscar el sentido de las cosas. Es enseñar a buscar el sentido de las cosas”.

Encontrar el sentido que la situación actual tiene para nuestras vidas es un proceso que pasa por crear tres actitudes afirma Francisco: “La educación escucha, o no educa. Si no escucha, no educa. La educación crea cultura, o no educa. La educación nos enseña a celebrar, o no educa”.

Quisiera recordar a un profesor universitario salvadoreño que hace un par de días perdió contra el coronavirus, pero ganó la batalla de la educación, a William Mendoza, un matemático que durante muchos años dedicó sus días sábados a reforzar los conocimientos de cientos de jóvenes de las escuelas públicas en los alrededores de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. Sus sueños eran que esos jóvenes fueran capaces de enfrentar la vida de manera eficaz. Era ayudado por una veintena de voluntarios, estudiantes de la universidad, cada año. Esta experiencia resultó ser un sitio de encuentro entre generaciones cercanas, pero también de espacios de conocimiento, de lugares para soñar en el futuro. Un espacio para encontrarle sentido a la vida, en medio de una crisis generada por la desigualdad, la violencia, la presencia de las maras (pandillas).

El maestro debe ayudar a enfrentar los miedos

María Cristina Mostajo, maestra del nivel secundario del área matemáticas, de la ciudad de Porco, departamento de Potosí en Bolivia, cuenta a Vatican News la realidad con sus alumnos: “Mi estrategia es tratar de desarrollar una amplia amistad en el marco del respeto, lo primero que deseo es que los alumnos depositen en mí su confianza, seguidamente trato que los estudiantes lleguen a estimar el área de matemáticas. La dificultad más grande es que vienen con el estereotipo de que las matemáticas es lo más difícil y lo más complicado.  Este oficio no es nada sencillo, tiene que ser una vocación”.  La profesora Mostajo señala que en Bolivia el maestro no es bien valorado.

Raquel Reinos Calderón, directora del colegio Pedro Poveda de Cochabamba relata que “En medio de esta situación tan difícil, los profesores han estado trabajando a través de los medios virtuales. Los estudiantes están trabajando desde la casa. Con el apoyo de los padres está funcionando. La mayoría de niños y jóvenes está participando de las clases. Los padres de familia hacen muchos esfuerzos para que esto sea posible. Los profesores hacen clases virtuales, esto nos permite asegurar el aprendizaje de los chicos y ayuda a mantener la estabilidad emocional de los chicos en medio del encierro. Hemos logrado mucho en este sentido” La profesora Calderón reconoce que también hay dificultades, “quizá la mayor es que algunos no tienen los medios tecnológicos. Esperamos, no dejar a nadie fuera por esta carencia, hemos elaborado planes para atenderlos cuando la emergencia pase. Creo que los profesores están trabajando el doble que antes. Hoy hacen más esfuerzos y dedican más tiempo”.

Desde Perú, la oficina de prensa del Arzobispado de Lima nos comparte este testimonio de Elvia Alva Vergaray, docente y coordinadora de ODEC Lima. Ella admite haber dado un giro de 360° para adaptarse a las nuevas exigencias pedagógicas: “he tenido que replantear las actividades presenciales en virtuales, recurriendo a las TIC’s para trabajar las clases asíncronas y síncronas. El docente del siglo XXI debe estar en permanente actualización para responder responsable, pertinente y oportunamente a los retos que se nos presenten”.

Evangelizar con la propia vida

Para Alva Vergaray, es importante que la enseñanza religiosa cumpla la “misión de ser apóstoles, discípulos y misioneros” en este tiempo de pandemia, como ya ha ocurrido a lo largo de la historia: “hoy nos toca ser la voz de Cristo en medio del dolor, el sufrimiento, la incertidumbre, el miedo, la desesperanza”, precisó.

Monseñor Ricardo Rodríguez, Obispo Auxiliar de Lima durante la Celebración Eucarística por la salud de todos los docentes del Perú, especialmente aquellos que fallecieron a causa del Covid-19, celebrada el 5 de julio afirmó: “El maestro no solo ha estudiado para ser maestro, no solo ha desarrollado estrategias metodológicas, o sabe programar y hablar de competencias, contenidos, no. El maestro es aquel que descubre que enseña con su vida”.

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07 julio 2020, 17:09