Foto de archivo Foto de archivo 

Colombia. Día del Niño por Nacer: La vida no puede ser suprimida

Bajo el lema: "Donde hay vida hay esperanza", la iglesia colombiana celebra la jornada, en medio de una fuerte batalla contra el proyecto de legalización del aborto hasta el cuarto mes de gestación.

Alina Tufani - Ciudad del Vaticano

"Hoy más que nunca necesitamos de padres y madres de familia conscientes del valor sagrado de la vida de sus hijos, pues los padres con su entrega esponsal cooperan con Dios para hacer posible el milagro de la vida”. Así concluye la reflexión de los obispos colombianos en la catequesis preparada para la Jornada del Niño por Nacer, que se celebra el miércoles, 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación del Ángel a la Virgen María de su concepción y nacimiento de Jesús.

“Donde hay vida hay esperanza” es el lema escogido por el departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia que, en la introducción de sus subsidios para la Jornada del Niño por nacer, recuerda que es fundamental volver a enfatizar que debemos defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, pues la vida no nos pertenece, es posesión de Dios y ha sido puesta a nuestro cuidado.

“La vida – se lee en el texto  – no puede ser suprimida por ninguna razón, ni sacrificada a favor de otros, aunque sea para salvar a alguien. Si se admiten excepciones a este principio, estamos abriendo la puerta a prácticas que atentan contra nuestra propia dignidad como personas humanas”.

En una nota de prensa del episcopado colombiano, el padre Juan Carlos Liévano, director del departamento Matrimonio y Familia explica que “el Día Internacional del Niño por Nacer busca concientizar sobre el valor de la vida humana, la cual hay que defender y promover desde la concepción en el vientre de la madre hasta su muerte natural”.

El sacerdote se refirió al debate que se plantea en Colombia y en otros países del mundo, sobre los derechos del niño por nacer en el momento en el que se encuentra en el vientre de su madre, pues se pretende despenalizar el abominable crimen del aborto. “Creemos oportuno – dice el padre Liévano  – que nos unamos en una campaña fuerte de oración por todas las familias donde hay mujeres gestantes, sobre todo, con embarazos no deseados, para que puedan valorar el don de la vida y el don de la maternidad”.

La Iglesia colombiana ha emprendido una batalla contra el proyecto que se propuso en la Corte Constitucional para que las mujeres puedan interrumpir el embarazo libremente sin ninguna causal antes de los cuatro meses.

Pese a que la Corte Constitucional, el pasado 2 de marzo, decidió inhibirse y rechazar la propuesta de permitir el aborto hasta las 16 semanas de gestación, el presidente de la Comisión de Promoción y Defensa de la Vida, monseñor Juan Vicente Córdoba, sostuvo que la lucha por la vida continúa. “Lo ocurrido – dijo – ha sido un alto en el camino que nos permite tomar aire y continuar con lo que la Corte todavía no ha solucionado y lo que el Congreso asumirá, que es que la vida se respeta desde la concepción hasta la muerte natural”. En Colombia, desde 2006, el aborto es legal en casos de malformación del feto, riesgo de la vida de la madre y violación.

Desde el pasado 19 de marzo, Solemnidad de San José y hasta el próximo miércoles 25, el episcopado ha invitado a todas las diócesis y parroquias a animar la oración diaria por la defensa de la vida. El subsidio preparado por la comisión de familia y vida de la conferencia episcopal, propone oraciones por los niños no nacidos, por la vida, por los niños que perecen, víctimas del aborto, por las mujeres que han perdido un hijo por el aborto, por los que defienden la vida y una oración de reparación por los abortos.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

23 marzo 2020, 16:01