Protestas en Nicaragüa Protestas en Nicaragüa 

Nicaragua. Jesuitas: la represión no ha cesado ni un sólo día desde abril de 2018

La excarcelación de casi 500 presos políticos en los primeros meses de 2019 fue una “concesión” de la dictadura, presionada internacionalmente; una medida conveniente para fingir que estaba abierto al diálogo y a la negociación: lo afirma la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, en un extenso mensaje con un llamamiento a la comunidad internacional

Ciudad del Vaticano

“En Nicaragua, la represión por parte de agentes del régimen de Ortega- Murillo no ha cesado ni un solo día desde el 18 de abril de 2018. Ninguno de los excarcelados en 2019 ha sido verdaderamente liberado -  tal como fue el compromiso firmado - porque sus expedientes siguen abiertos. Y se les asedia y acosa permanentemente en sus casas y en sus comunidades”: es la contundente afirmación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL), que a través de un extenso mensaje se solidariza con las víctimas y con “la mayoría del pueblo que resiste”, denunciando a través del mismo las “arbitrariedades del régimen Ortega-Murillo”.

Protestas se han reducido a causa del “régimen del terror”

Los jesuitas señalan que las protestas “se han reducido drásticamente gracias al régimen del terror y el miedo instalado por los despliegues policiales desproporcionados ante el anuncio de cualquier movilización”. En promedio – denuncian – cuatro personas son capturadas diariamente por participar en pequeñas protestas; algunos de ellos acercándose a escuchar,  acercándose a participar. El allanamiento de hogares es práctica recurrente por parte de las fuerzas policiales o por paramilitares. Las víctimas son habitualmente golpeadas, amenazadas, y les roban sus pertenencias. El objetivo es intimidarlas a ellas y a sus familias. El control social es estricto y el espionaje se ha institucionalizado.

Desesperanza y depresión

Asimismo aluden a la crisis económica que definen como “incomparable”, y como producto de la misma a la depresión, ocasionada por la pérdida de trabajo, cierre de empresas y devolución de carros, fincas y casas a los bancos porque la imposibilidad de pagarlos. Los religiosos indican las remesas como medio de sobrevivencia en algunos hogares, pero también el exilio masivo desde abril de 2018, en un país pequeño que cuenta con aproximadamente seis millones de habitantes.

“Nicaragüa es el país más empobrecido después de Haití”

Nicaragüa, recuerdan los jesuitas,  “es el país más empobrecido del continente después de Haití”. Se trata de un país “con una larga historia de violencia política para lograr cambios” y por ese motivo, indican como uno de los rasgos más valiosos de la rebelión desatada en abril de 2018 a la “determinación de una gran mayoría del pueblo nicaragüense de emprender, esta vez, una lucha pacífica y de resistencia cívica para cambiar el régimen”.

Es necesario el respaldo internacional

En dicho sentido señalan como “clara” la necesidad del respaldo internacional, “tanto de la sociedad civil y las organizaciones que luchan desde diversos campos por un mundo más justo, como de todos los gobiernos democráticos de América Latina y del mundo entero”.

De ahí que realicen un nuevo llamado a la comunidad internacional, en particular a los miembros de la Organización de los Estados Americanos, “para que ejerzan sus mejores oficios a través de la diplomacia internacional y se tomen todas las medidas necesarias para rescatar la democracia en Nicaragua y para responsabilizar al régimen actual de los crímenes que ha cometido”.

El Comunicado está firmado por Roberto Jaramillo Bernal S.J. Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América latina y El Caribe, y por Rolando Alvarado S.J. Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Centroamérica. 

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23 septiembre 2019, 18:31