El barco Open Arms, visto desde la costa italiana en Lampedusa El barco Open Arms, visto desde la costa italiana en Lampedusa 

Reacciones ante decisión desembarcar niños del Open Arms

La decisión de permitir desembarcar a menores de la nave Open Arms es positiva, pero también lo es la protección de 103 niños en el Ocean Viking, afirmó el organismo de las Naciones Unidas en Italia, UNICEF

Ciudad del Vaticano

Las declaraciones del portavoz de UNICEF en Italia, Andrea Iacomini, expresan que “UNICEF acoge con beneplácito la decisión del Gobierno italiano de hacer desembarcar a menores de edad en el buque Open Arms en nuestro país. Pedimos protección para todos los menores, acompañados y no acompañados.

Esperamos que se tome una decisión similar para los 103 menores que se encuentran a bordo del Ocean Viking; entre ellos, queremos recordarles que parece que sólo 11 están acompañados por un padre o tutor, los demás han llegado solos”.

Prioridad salvar vidas

El portavoz insistió en que la prioridad “es salvar y proteger la vida de los niños, muchos de los cuales han huido de la violencia, los conflictos y las atrocidades.

Esperamos que los recientes avances hacia un plan de mayor solidaridad y responsabilidad compartida entre los gobiernos europeos puedan continuar y que se tomen cada vez más medidas a nivel regional que puedan salvar vidas y poner fin a más sufrimiento.

Ningún niño debería volver a quedar atrapado en el mar o arriesgarse a ahogarse frente a las costas de Europa”.

Iglesia española

José Luis Pinilla, director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal, subrayó que “Europa tiene que ser consecuente con la defensa de los Derechos Humanos”. Recordó que “los niños son los más indefensos” y pidió una respuesta de altura.

Son 134 personas las que están sufriendo en la cubierta del Open Arms. Ante esto, insistió Pinilla, “Hace falta una respuesta”.

Álvaro Lobo, SJ, afirma en un artículo titulado “Así no”: “Como europeos somos capaces de hacer grandes cosas, pero no solo no atinamos a la hora de solventar uno de los mayores problemas sociales de nuestro tiempo, sino que miramos para otro lado. El coraje y el entendimiento que tantas veces nos ha caracterizado se ha convertido en egoísmo, silencio y pasividad. En los momentos críticos se demuestra la grandeza de las personas y las naciones, cuando las palabras no cuentan tanto y solo valen los hechos. Pase lo que pase, conviene recordar que cerrar los ojos significa convertirnos en cómplices de una tragedia que sí se puede evitar”.

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18 agosto 2019, 10:29