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Día de la Deuda Ecológica: viviendo por encima de nuestras posibilidades

Lo que se recuerda el 29 de julio de este año es que la humanidad está usando los recursos de la naturaleza 1,75 veces más rápido de lo que los ecosistemas de nuestro planeta pueden regenerarse. Estudios recientes explican que este rebasamiento es posible porque estamos agotando el capital natural de nuestro planeta, comprometiendo aún más su futura capacidad regenerativa.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

El concepto de Deuda Ecológica resuena cada vez más en los medios de comunicación que se hacen eco de una realidad concreta y alarmante: la crisis ecológica que sufre el planeta Tierra va en aumento ya que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades.

Los últimos estudios revelan que el 29 de julio de 2019 la humanidad habrá utilizado el presupuesto de recursos de la naturaleza para todo el año, según Global Footprint Network, una organización internacional de sostenibilidad encargada de calcular esta fecha y que ha sido pionera en la métrica de contabilidad de recursos conocida como la Huella Ecológica.

La Huella Ecológica suma todas las demandas de la gente que compiten por áreas biológicamente productivas: alimentos, madera, fibras, secuestro de carbono y alojamiento de infraestructura. 

Naturaleza sin tiempo de regenerarse

En este contexto, el Día de la Deuda Ecológica, conocido en inglés como Earth Overshoot Day, marca la fecha en la cual el consumo de recursos naturales por parte de los seres humanos excede la capacidad terrestre de regenerar tales recursos ese mismo año. Lamentablemete este día se ha adelantado tres meses en los últimos 20 años, hasta marcar el 29 de julio de este año, alcanzando así la fecha más temprana de la historia.

 

La primera vez que llegamos a esta situación de "sobregiro global" fue a principios de la década de 1970. Un hecho que se repetiría de manera progresiva y cada vez a mayor velocidad. Por tanto, lo que se recuerda este 29 de julio es que la humanidad está usando los recursos de la naturaleza 1,75 veces más rápido de lo que los ecosistemas de nuestro planeta pueden regenerarse.

Este rebasamiento es posible porque estamos agotando el capital natural de nuestro planeta, comprometiendo aún más su futura capacidad regenerativa.

Costos de la sobreexplotación ecológica

Los costos de esta sobreexplotación ecológica mundial son evidentes en todo el mundo, en forma de deforestación, erosión del suelo, pérdida de biodiversidad y acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que conduce a consecuencias dramáticas como el cambio climático y a sequías constantemente más severas, incendios forestales y huracanes.

Cambiar modelo de vida y de consumo

Otro de los datos que se observan en estos análisis, es que la actividad humana, especialmente la de los países más desarrollados está provocando crecientes impactos ambientales que no se limitan a los países que los producen.

El creciente uso de materiales de importación para sostener nuestro modelo de vida y el modelo energético basado en el uso de combustibles fósiles, responsable en gran medida del cambio climático; hace que estemos adquiriendo una deuda ecológica con nuestro planeta.

 

Esta deuda contraída exige a su vez una deuda externa creciente que imposibilita un desarrollo sostenible y justo de la sociedad. Por ello, analizar la economía solo desde el punto de vista monetario, ignorando aspectos como el medio ambiente y el social, únicamente nos lleva a realizar acciones que perjudican a gran parte de la población mundial y a los ecosistemas de la Tierra.

¿Qué se puede hacer para ayudar al planeta?

Se trata de un problema que es responsabilidad de todos. Y para sensibilizar a la población sobre estos hechos son necesarias acciones encaminadas, por un lado, a la divulgación de conceptos como el de deuda ecológica, y por otro, a la realización de acciones concretas para reducir estos efectos con aquellos grupos sociales más directamente relacionados con estos conceptos (empresas, consumidores, etc.)

El concepto de deuda ecológica ofrece por tanto, la posibilidad de entender y posibilita acciones por medio del Consumo Responsable y la Responsabilidad Social Corporativa, para mitigar problemas globales como el cambio climático o problemas concretos como los agrocombustibles, la soberanía alimentaria y la extracción de recursos naturales.

Cinco grandes palancas de solución

En este sentido, la organización Global Footprint Network, infoma que podemos revertir la tendencia. Si retrocedemos la fecha del Día del Sobregiro de la Tierra 5 días cada año, la humanidad alcanzará la compatibilidad con un planeta antes de 2050.

 

Estos pasos están conectados a cinco grandes palancas de solución: energía, alimentos, ciudades, población y salud planetaria. Las oportunidades de acción incluyen iniciar una conversación productiva sobre las tendencias demográficas, lanzar programas en su lugar de trabajo tales como la reducción de desperdicios de alimentos, y solicitar a los gobiernos que manejen los recursos naturales de manera responsable.

La voz del Papa: cuidar la Madre Tierra

Y a estas voces ecologistas que piden reforzar una conciencia global sobre el cuidado de la creación, se suma la voz del Papa Francisco en la Laudato Si': la primera encíclica papal que aborda el tema de la ecología.

En ella, el Santo Padre reflexiona de manera teológica sobre el punto central de la encíclica desde tres perspectivas: ver-juzgar-actuar; con el apremiante llamamiento a cuidar entre todos la Madre Tierra, "nuestra casa común" y escuchar su clamor desgarrado ante los abusos y la explotación del ser humano "que no es propietario del planeta sino gerente encargado de gestionar sus recursos de la manera más justa y equilibrada posible".

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29 julio 2019, 14:30