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Mons. Gallagher pide a Naciones Unidas tener mayor liderazgo global y sostenible

“El tema central de esta septuagésima tercera asamblea debe ser acabar con el hambre y lograr la seguridad alimentaria, ya que es uno de los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible”, sostiene Monseñor Gallagher.

José Villanueva – Ciudad del Vaticano

La 73 Asamblea Plenaria de Naciones Unidas celebrada en la ciudad de Nueva York el 1 de octubre, el Secretario para la Relación con los Estados de la Santa Sede, Monseñor Paul Richard Gallagher, emitió un pronunciamiento sobre diversos temas de actualidad internacional, los cuales la Santa Sede insta a la ONU a tomar con mayor responsabilidad.

Respeto y reconocimiento de los DD.HH. de los indígenas

Con motivo de celebrarse el aniversario de la adopción de la Declaración de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948. El Vaticano a través del Arzobispo Gallagher, insta a las Naciones Unidas a reconocer la importancia de la dignidad, el respeto e la igualdad de derechos de la persona, los cuales considera básicos para el desarrollo de la paz mundial.

 

“Hablar de dignidad humana setenta años después de la adopción de la Declaración Universal significa, sobre todo, reafirmar la centralidad y el valor intrínseco de la persona humana y reafirmar los derechos inherentes compartidos por todos los hombres y mujeres…. Es escandaloso ver que los derechos humanos continúan siendo violados hoy siete décadas después de la adopción de la Declaración Universal.

La Declaración afirma que "todas las personas tienen derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas" y, sin embargo, en muchos lugares esos derechos no solo no se respetan, sino que sus violaciones se celebran”.

Refugiados y Migrantes

Sobre el tema de los pactos globales sobre refugiados y migrantes, el Jefe de la Diplomacia del Vaticano, también resaltó la necesidad de que la comunidad internacional vele por el cumplimiento de la seguridad social de las personas que viven en los países que padecen conflictos y crisis humanitaria.

“El artículo XXII de la Declaración Universal afirma que: "todos ... tienen derecho a la seguridad social y ... a la realización de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad". Sin embargo, debido a la guerra y Conflicto, pobreza, desastres naturales y otras causas similares, ese derecho no se puede cumplir en el lugar de nacimiento o residencia. Dichas situaciones incitan a millones a abandonar su lugar de residencia para satisfacer sus necesidades humanas básicas y buscar el bienestar y la felicidad para ellos y para sus seres queridos, resaltó el purpurado.

 

Además, agregó que “el Pacto Mundial para las Migraciones, junto con el Pacto Mundial para los Refugiados, proporciona una protección continua para todos aquellos que se ven obligados a huir de su lugar de residencia, incluidos los desplazados por desastres naturales repentinos y de aparición lenta, el cambio climático y la degradación ambiental, asegurando que nadie se quede atrás.

En conjunto, estos Pactos afirman nuestra responsabilidad compartida, en la búsqueda del bien común, de cuidar a los más necesitados de solidaridad y a aquellos cuya dignidad y derechos humanos fundamentales están en mayor riesgo”.

Lucha contra terrorismo para construir una cultura de paz

Con respecto al tema de terrorismo, Mons. Gallagher informó a la ONU que El Vaticano condena los conflictos armados y guerras que se han venido suscitando en las naciones del Medio Oriente, Nicaragua, Venezuela y los países del África, donde se han cometido las peores violaciones a la dignidad humana y dañado los derechos humanos básicos de millones de personas.

 

“La guerra y los conflictos armados solo se pueden prevenir promoviendo y protegiendo la dignidad de cada vida humana y fomentando una cultura de paz animada por el sincero respeto mutuo, el diálogo y la solidaridad. La Santa Sede sigue preocupada por las continuas tensiones políticas y la inestabilidad en Nicaragua y Venezuela, especialmente con respecto a la crisis humanitaria en este último… Es necesario promover una verdadera conciencia pública sobre ciertas situaciones de conflicto en curso con miras a alcanzar una solución negociada y pacífica, especialmente en Ucrania, Libia y la República Centroafricana, entre otros.

Familia, mujeres y niños

Mons. Gallagher también sostiene que es imposible negar que en el contexto actual se sigue subestimando los derechos de las mujeres por lo que instó a que la ONU, ponga mayor atención a este tema.

“Observamos con gran preocupación que hoy, las mujeres enfrentan una variedad de desafíos y dificultades en varias partes del mundo. Experimentan discriminación en el lugar de trabajo; a menudo se ven obligados a elegir entre el trabajo y la familia; Sufren desproporcionadamente en situaciones de conflicto”.

En su discurso el Arzobispo mencionó algunas palabras del Sumo Pontífice recuerda en referencia a la familia como la figura institucional de la sociedad: “El Papa Francisco nos recuerda que la familia es una escuela de humanidad, una escuela que nos enseña a abrir nuestros corazones a las necesidades de los demás, a estar atentos a sus vidas. La Familia como tal, sigue siendo un modelo, así como una referencia para la promoción de la armonía dentro de la sociedad y entre la "familia de las Naciones”.

Sobre los derechos de los niños, Mons. Gallagher reafirma: “la Iglesia Católica, en todos los niveles, está comprometida no solo a promover la protección de los niños, sino también a crear entornos seguros para ellos en sus propias instituciones, a fin de abordar el flagelo atroz del abuso sexual y la violencia contra los niños”.

Desarrollo integral y medio ambiente

Los últimos que el Secretario de Relación de los Estados de la Santa Sede refiere es sobre el trabajo constante sobre el desarrollo integral, la reducción de la pobreza mundial y los acuerdos relacionados a la preservación del medio ambiente.

“Para la Santa Sede, el desarrollo siempre debe ser "integral ", que, en palabras del Papa Pablo VI, significa que “no se puede restringir solo al crecimiento económico. El desarrollo auténtico debe ser bien redondeado; debe fomentar el desarrollo de cada persona”. La pobreza extrema es más que un problema socioeconómico; también es ético, y se deriva de una globalización de la indiferencia exacerbada por el consumismo.

Este principio de interconexión se encuentra en la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre financiamiento para el desarrollo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. La Santa Sede espera que la COP-24, que se celebrará en Katowice en diciembre, represente un gran paso en esta dirección a través de un avance bueno y efectivo en el Programa de Trabajo del Acuerdo de París”.
 

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02 octubre 2018, 14:40