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El Padre Ivan Sichkaryk, en el Santuario greco-católico de Zarvanytsia, Ucrania. El Padre Ivan Sichkaryk, en el Santuario greco-católico de Zarvanytsia, Ucrania.  

Ucrania. P. Sichkaryk: la libertad y el derecho a la vida son los valores esenciales

Seis meses después del inicio de la guerra, todavía no se vislumbra la paz en el horizonte. Los tímidos intentos de negociación que se han llevado a cabo fracasan antes de empezar, mientras que las bombas siguen matando incluso entre los civiles. P. Ivan Sichkaryk, greco-católico: Los ucranianos defienden su derecho a vivir

Svitlana Dukhovych - Ciudad del Vaticano

"Aquí en Ucrania la guerra genera una atmósfera de horror, miedo, incertidumbre y temor por la propia vida. Y mientras en el mundo occidental se extiende la "dictadura del relativismo", para la que todo es indiferente, los ucranianos se enfrentan a una elección decisiva: vivirán o no vivirán, tendrán libertad o no la tendrán, habrá bien o no lo habrá". Así lo afirma el padre Ivan Sichkaryk, sacerdote greco-católico de la archieparquía de Ternopil-Zboriv (Ucrania occidental), doctorado en Teología Bíblica por la Universidad Gregoriana. Comparte con Vatican News sus ideas sobre lo que impulsa al pueblo ucraniano a resistir con ardor a la invasión iniciada por los militares rusos hace seis meses: se trata de valores y convicciones basados también en la experiencia del pasado soviético.

Lo que se ha convertido en esencial

"La guerra -explica el P. Iván- desplaza todo lo no esencial a un segundo plano. Y el primer lugar lo ocupan las cuestiones relativas a la verdad, la bondad, el amor verdadero, el derecho a la vida y la libertad. Por ejemplo, el amor no se expresa ahora con bellas palabras y gestos, sino que significa estar dispuesto a dar la vida para que otros puedan vivir. Para nosotros, la pregunta es: "¿Estamos dispuestos a hacer esto para que nuestros hijos puedan vivir?". Alguien tiene que dar su propia vida para defender la de otros. No tenemos otra opción. Los ucranianos defienden su derecho a vivir, desgraciadamente a costa de sus vidas". Ante la magnitud de la destrucción que se está presenciando en Ucrania, el biblista piensa en la imagen de David enfrentándose a Goliat. "Somos conscientes de que no tenemos las posibilidades físicas, materiales y militares para contrarrestar al invasor - dice -, pero confiamos en Dios.

Unidos para defender los valores

Ya en 1980, el Papa Juan Pablo II escribió en su Mensaje para la XIII Jornada Mundial de la Paz: "Si es cierto que la verdad sirve a la causa de la paz, también es indiscutible que la "no verdad" va de la mano de la causa de la violencia y la guerra". "No se trata sólo de nosotros, los ucranianos", explica el sacerdote greco-católico, "sino de la verdad: no puede ser que alguien que posea más fuerza pueda hacer lo que quiera. Por eso sentimos que defendemos no sólo nuestros valores, sino también los valores europeos y mundiales, los valores cristianos y humanos. Y para defender estos valores, toda nuestra sociedad se ha movilizado a diferentes niveles: los militares en el frente, muchos voluntarios, los jóvenes, los ancianos e incluso los niños, todo el pueblo se ha unido, formando un solo muro que defiende la vida, que es un derecho dado por Dios".

Defender a los que no pueden defenderse por sí mismos

La vida es el mayor regalo de Dios y su conservación es el mayor valor. ¿Cómo se explican las palabras de Cristo: "No hay mayor amor que el que da la vida por sus amigos"? El P. Iván dice que el criterio para entender estas palabras es el derecho de cada pueblo a la vida, a la identidad personal, a la autodeterminación, a la realización de su propia visión. Nadie puede privar a un pueblo de estos derechos. Nuestros soldados - explica el sacerdote -, "no tienen odio y sólo luchan para defender a su pueblo". Sobre todo porque, como hemos visto en Bucha, Iprin, Mariupol y otros lugares, los invasores no perdonan a nadie: ni a los ancianos, ni a los niños, ni a las mujeres embarazadas ni a los heridos. Y en este contexto, estar dispuesto a dar la vida para defender la de quienes no pueden defenderse es una expresión de amor".

La libertad es el núcleo de la vida

El 24 de agosto, Ucrania celebra el Día de la Independencia: hace sólo 31 años, el pueblo ucraniano la recuperó tras 70 años de dominio soviético. Recordando ese pasado, el padre Ivan Sichkaryk, nacido en 1976, lo llama "vida sin vida". Cuenta que de niño respiraba un clima de miedo constante: no podía ir a la iglesia, en Navidad cantaba villancicos a escondidas, si los profesores se enteraban le reñían y se burlaban de él delante de todos. 'Dios nos creó libres', dice el teólogo, 'y la libertad es el núcleo de la vida: si una persona es libre, puede pensar, hablar, moverse, encontrarse con sus seres queridos, desarrollar sus talentos, expresarse en el arte, trabajar y comunicarse con los demás'.

Según el padre Ivan, una parte importante de la libertad es la libertad religiosa. "Cuando miramos la historia del pueblo ucraniano, vemos que Rusia, cuando llegó a nuestro territorio, siempre intentó destruir a la Iglesia greco-católica ucraniana, que mantiene la unidad con la Iglesia católica universal. Y quitar esta libertad tiene un efecto dominó: primero se quita la vida espiritual, la vida eclesial, luego la vida social y personal'. Los ucranianos, según el padre Sichkaryk, no quieren volver a ser víctimas de esta influencia agresiva que quiere transformar sus vidas, negando su identidad, no quieren vivir con miedo a ser ellos mismos.

 

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29 agosto 2022, 12:38