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Al final de la visita, los prelados reafirmaron el sueño de una querida Amazonía "que luche por derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida" (Querida Amazonía, 7). Al final de la visita, los prelados reafirmaron el sueño de una querida Amazonía "que luche por derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida" (Querida Amazonía, 7).

Delegación de Episcopado Colombiano visitó Vicariato en la Amazonía

Del 9 al 11 de junio la presidencia de la Conferencia Episcopal Colombiana desarrolló una agenda intensa en el Vicariato de Puerto Leguízamo. Los prelados vivieron una experiencia de comunión y sinodalidad y elevaron su voz contra las injusticias que afectan esta parte del territorio colombiano.

Vatican News

“Les exigimos por el dolor que hemos constatado que respeten el don sagrado de la vida que está por encima de cualquier propósito de lucro y beneficio”: esta fue la petición de los obispos colombianos durante la visita al Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo, efectuada del 9 al 11 de junio, según consigna ADN Celam. Se trata de una jurisdicción eclesiástica que está ubicada al sur de Colombia y comprende los departamentos de Putumayo y Caquetá, además de la región definida para la diócesis de Mocoa – Sibundoy.

La delegación estuvo compuesta por Monseñor José Luis Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC); Monseñor Omar Alberto Sánchez, arzobispo de Popoyán y vicepresidente: Monseñor Luis Albeiro Maldonado, obispo de Mocoa-Sibundoy; el padre Rafael Castillo, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana; y Juan Felipe Martínez, articulador de REPAM Colombia.

Según declaraciones recogidas por la REPAM, la visita fue “un motivo de gran alegría y signo concreto de comunión de la Iglesia colombiana con la Amazonía”. Monseñor Joaquín Pinzón, obispo del Vicariato de Puerto Leguízamo-Solano, afirmó que, “para nosotros, ha sido un momento de comunión, de participación y de fortaleza en la misión, según el espíritu de sinodalidad”. El prelado agregó que “fue un momento importante de acercar a toda la Iglesia colombiana esta Amazonía y para ellos es un aproximarse a este pueblo de Dios que peregrina en esta Amazonía”. También Monseñor Pinzón dio gracias a Dios “por este acontecimiento y le pedimos que el don de esta visita fructifique, fortaleciéndonos todos en la fe”.

Como informa el CELAM, los obispos recordaron a los actores armados que en la guerra no todo se vale y el drama que produce no justifica nada. Esta advertencia fue ante los efectos de las acciones delictivas en el territorio perpetradas por diferentes grupos. “Así la presidencia del episcopado colombiano mostró su cercanía y compromiso con las comunidades residentes en esta parte del país, históricamente abandonada por los gobiernos de turno, vacíos que otros han aprovechado para esclavizar a la población”, señala el reporte en el sitio web del CELAM.

“Actualmente, subraya el artículo del CELAM, la situación de inseguridad para los habitantes de la región se ha intensificado, alejando a las comunidades de la responsabilidad ancestral que tienen frente al cuidado del territorio y más bien considerando la opción de iniciar su vida en otra parte del país, situación que sabemos viene con otras problemáticas para las comunidades desplazadas”.

“Tras el encuentro con los pastores, el presbiterio, las comunidades religiosas, los catequistas, las organizaciones sociales y las comunidades ancestrales, la presidencia del episcopado llamó a quienes tienen responsabilidades de gobierno en el ámbito público para que se frenen las muertes violentas, desapariciones, amenazas y desplazamientos que están direccionadas principalmente a las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes”.

Entre las actividades desarrolladas, se celebró la eucaristía, se hizo una velatón clamando por la paz, la protección de la vida y la paz en el territorio y visitaron la localidad de Bellavista, situada a 52 kilómetros por el río Putumayo y una de las comunidades más afectadas por el conflicto armado. En este sitio, como precisa el CELAM, se bendijo una “cruz de la memoria” y se realizó un momento de oración al interior de la selva, “como símbolo del compromiso por la paz, el cuidado de la casa común y sus pueblos”.

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15 junio 2022, 12:37