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Shevchuk: Estamos preocupados y rezamos por la heroica Mariúpol

El Primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, al comienzo del tercer mes de la invasión rusa, se une al clamor del pueblo que grita al cielo y al mundo, que pide solidaridad, pide salvación, pide ayuda.

Vatican News

“Oh Dios, bendice a Ucrania. Oh Dios, bendice al ejército ucraniano. Oh Dios, permite que cada uno de nosotros se encuentre Contigo, Contigo Resucitado. Que cada uno pueda conocerte a Ti, en Ti creer y Contigo vivir”. Estas son las palabras con las que el Primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Monseñor Sviatoslav Shevchuk, concluye su videomensaje de, ayer, 25 de abril, Lunes de Pascua para los greco-católicos y ortodoxos de Ucrania. Un lunes que como dice el prelado es por un lado de alegría por la Pascua, pero de gran dolor porque “el enemigo ni un minuto deja de matar incluso en estos días santos”.

Al cumplirse 61 días de guerra, es decir, el comienzo del tercer mes de confrontación y de resistencia a la agresión rusa, monseñor Shevchuk en su cotidiano reporte de la situación habla de los ataques con misiles a la región de Poltava y en las otras zonas de guerra como “la herida Kharkiv que sigue siendo bombardeada y a la que le disparan incluso desde el territorio de la Federación Rusa”.

“Estamos preocupados y rezamos por la heroica Mariúpol. Ya es el tercer mes que sigue en pie. Van tres meses que se mantiene. Mariúpol es en efecto una ciudad mártir. Vemos cómo los ocupantes de la ciudad empiezan a cavar nuevas fosas comunes para miles de personas que arrojan en ellas”, afirma monseñor Shevchuk. Además, recuerda que en la siderúrgica de Azovstal todavía hay mucha gente, mujeres y niños, escondidos y que no han podido ver la luz del sol durante un mes y medio.

“Mariúpol clama por la paz: – ¡Paren esta guerra! Hagan todo lo que puedan para salvar la vida de la gente…”, exclama el primado de la Iglesia greco-católica ucraniana. También denuncia que “los ocupantes están desmantelando masivamente” las fábricas y empresas en los territorios que han ocupado y las “convierten en campos de concentración donde llevan a cabo las así llamadas acciones de filtración: algunos son fusilados, otros son deportados a Rusia, otros son movilizados a la fuerza al ejército ruso”.

Una vez más, monseñor Shevchuk subraya que “el pueblo ucraniano clama, grita al cielo y al mundo: pide solidaridad, pide salvación, pide ayuda”.

La catedral de Kiev

En su reflexión del Lunes de Pascua, el prelado ucraniano dedica unas palabras a la Catedral Patriarcal de la Resurrección de Cristo en Kiev. “Esta Catedral es el templo principal de nuestra Iglesia y es el corazón de la comunidad mundial de ucranianos. “Esta catedral -dijo - es un verdadero regalo de Dios para el pueblo ucraniano”. Y al hacer un recorrido por la historia del templo, recordó que en el Maidán, la Revolución de la Dignidad, se convirtió en un refugio de calor para sus hijos: Lugar donde se vendaban las heridas, se curaba a quienes necesitaban atención médica de urgencia. También durante la pandemia, explica monseñor Shevchuk, fue centro de vacunación y de aplicación de oxígeno, y ahora, al comienzo de la guerra “sus criptas se convirtieron en refugio antibombas donde rescataron, vistieron, calentaron, alimentaron y trataron a unas 500 personas, casi cada día y cada noche”.

“Esta catedral realmente nos reúne y es un regalo de Dios para nosotros. Es un testimonio de cómo la Iglesia, como Madre, sirve a su pueblo. Predicar la Palabra de Dios, predicar la fe en Jesús Resucitado. Dar a la gente protección y esperanza".“Hoy rezamos por todos los benefactores de nuestra Catedral Patriarcal – concluye el primado greco-católico ucraniano-. Hoy también rezamos por todos los que necesitan la fuerza espiritual que irradia esta Catedral Patriarcal”.

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26 abril 2022, 19:41