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Gruta de San Pablo en Rabat Gruta de San Pablo en Rabat 

San Pablo en Malta, huellas de su paso aún vivas

Hay varios lugares que recuerdan la permanencia del Apóstol de las Gentes, que desembarcó hacia el año 60 tras el naufragio de la nave que lo llevaba a Roma. Acogido por los malteses "con una humanidad poco común", como relata el evangelista Lucas, Pablo se quedó tres meses. Fue el responsable del inicio del cristianismo en la isla.

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

"Una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta": así relata Lucas, en el capítulo 28 de los Hechos de los Apóstoles, el naufragio de la nave en la que Pablo viajaba a Roma. En Roma iba a ser juzgado porque fue acusado por los judíos de haber predicado contra la ley. El Apóstol de los Gentiles desembarcó hacia el año 60 en lo que hoy se conoce como la bahía de San Pablo. Se dice que el naufragio se produjo frente a las rocas de las Islas de San Pablo, pequeños islotes. En el islote más grande, el Selmunett, "el islote del naufragio", se ha erigido una estatua del Apóstol y un altar donde se puede celebrar la misa. En la bahía, la tradición reconoce el manantial (Ghajn Razul) que sació la sed de Pablo nada más desembarcar en la playa. "Los nativos nos mostraron una humanidad poco común; encendieron una hoguera a causa de la lluvía que caía y del frío, y nos acogieron a todos", escribe Lucas, que también cuenta la gran estima que los malteses tuvieron pronto por Pablo. Sucedió, de hecho, que mientras el Apóstol estaba recogiendo ramas para alimentar el fuego, fue mordido por una víbora, pero permaneció ileso. Los isleños se sorprendieron y lo consideraron una persona muy especial.

Los lugares de San Pablo

En Medina, la catedral de San Pablo recuerda el lugar en el que se dice que el Apóstol fue recibido con todas las humanas atenciones por el gobernador Publio y los malteses, mientras que la pequeña iglesia del yacimiento arqueológico de San Pablo Milqi se dice que se levantó en el lugar de la villa del gobernador donde se alojó inicialmente el ilustre náufrago. De la narración de Lucas se desprende que Pablo se trasladó entonces a lo que hoy es Rabat, la capital de la isla. En la ciudad se encuentra el lugar, muy venerado, donde se dice que vivió el Apóstol de los Gentiles durante los tres meses que pasó en la isla, junto con sus compañeros Lucas, Aristarco, Trófimo y otros: es una gruta transformada en capilla, la Gruta de San Pablo. La iglesia construida en las cercanías, hoy una basílica menor, también lleva el nombre del Apóstol, al igual que las catacumbas, que conservan diversos recuerdos cristianos. Fue precisamente la hospitalidad de los malteses la que permitió a Pablo evangelizar la isla, y su naufragio representa el inicio del cristianismo en Malta, que lo celebra con el título de San Pablo Náufrago el 10 de febrero.

El hogar del apóstol

Se han formulado varias hipótesis sobre la permanencia de Pablo en Rabat; según las más acreditadas, fue la cárcel donde el Apóstol estuvo detenido mientras, sin embargo, gozaba de libertad para predicar, instruir, bautizar y curar a los isleños. Los Hechos de los Apóstoles también relatan un episodio que lo atestigua: " "El padre de Publio se hallaba en cama atacado de fiebres y disentería. Pablo entró a verle, hizo oración, le impuso las manos y le curó. Después de este suceso los otros enfermos de la isla acudieron y fueron curados". También se dice que, tras este acontecimiento, el gobernador Publio se convirtió y fue el primer obispo de Malta. A lo largo de los siglos, la Gruta de San Pablo se ha convertido en un lugar de peregrinación, de culto y de oración, y a sus elementos naturales se les han reconocido virtudes milagrosas. Una placa que data de 1743 atestigua que, por prodigio, a pesar de la extracción de tierra y piedras en cantidades considerables, el sitio siempre ha permanecido en el mismo estado. En el siglo XVIII, en recuerdo de la estancia de San Pablo en la isla, se colocó en la Gruta una estatua de mármol blanco del Apóstol predicando. Hoy en día se accede a él desde la iglesia dedicada a él por un tramo de escaleras y aún conserva sus paredes rocosas, alternadas con elementos arquitectónicos barrocos. La Gruta fue visitada por Juan Pablo II el 27 de mayo de 1990 y por Benedicto XVI el 17 de abril de 2010, con motivo del 1950 aniversario del naufragio de San Pablo. Francisco se detendrá allí en oración mañana por la mañana y encenderá una lámpara votiva.

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02 abril 2022, 15:49