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Mensaje obispos Uruguayos: “tiempo de pandemia es tiempo de preocupación" Mensaje obispos Uruguayos: “tiempo de pandemia es tiempo de preocupación" 

Obispos Uruguayos: “tiempo de pandemia es tiempo de preocupación"

En la Fiesta de su patrona, la Virgen de los Treinta y Tres, los obispos concluyeron su Asamblea Plenaria con un mensaje que invita a dirigir la mirada hacia Dios con esperanza en este tiempo de preocupaciones y desafíos ante la pandemia de Covid-19.

Alina Tufani – Ciudad del Vaticano

“Mirando con Dios este tiempo” se titula el  mensaje de los Obispos de Uruguay  divulgado, ayer, en la Fiesta de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay, a conclusión de su Asamblea Plenaria. Los obispos presentes en el Santuario mariano de Florida, junto a los fieles conectados virtualmente, elevaron una súplica por el fin de la pandemia, momento oportuno, según los obispos, para contemplar las preocupaciones y esperanzas de los uruguayos y buscar “interpretar las señales de Dios”.

En 22 puntos, el documento de la Conferencia episcopal de Uruguay (CEU) marca los tiempos de esta coyuntura mundial provocada por la pandemia de Covid 19 como: Tiempo de esperanza, tiempo de preocupación y tiempo, siempre de Dios.

Los obispos encontraron motivos de esperanza en la bondad que Dios hizo surgir en los corazones de las personas en un tiempo “que dejó sin efecto o en suspenso tantos proyectos personales y colectivos, cuyas consecuencias finales todavía no podemos avizorar”; en la “libertad responsable” asumida por la mayoría de los uruguayos, que no necesitaron medidas coercitivas drásticas para cuidarse y cuidar a los demás; en la solidaridad manifestada hacia quienes quedaron en situaciones difíciles; en la  inmediatez y creatividad  de la ayuda para que a nadie faltara el alimento cotidiano o la asistencia sanitaria.

En el tiempo de la esperanza, el mensaje también plantea las innumerables condiciones que desde marzo han pautado los tiempos y las vidas de los uruguayos,  desde la cercanía a las personas mayores para que no quedaran solas y aisladas, hasta los cambios en las formas de trabajo o de la educación de los hijos con instrumentos digitales; desde los recursos e instrumentos usados en las parroquias por  sacerdotes, diáconos, consagrados y agentes pastoral para mantener los vínculos de la comunidad y acompañarlos con la oración, hasta la multiplicación de las obras sociales vinculadas a la Iglesia para asistir a personas en situación de calle e inmigrantes.

El mensaje de los obispos reconoce en este “tiempo de preocupación” los desvelos por la salud, que no es sólo el riesgo al contagio, sino la postergación o cancelación de consultas y asistencia por enfermedades crónicas o mentales o la soledad de las personas internadas en residencias hospitalarias o de ancianos. Un tiempo de preocupación también para quienes tienen situaciones laborales precarias y se sienten afligidos por las inciertas perspectivas de la economía y de sus propios puestos de trabajo,  para las muchas personas que trabajando en el sector de la economía informal no tienen seguro de desempleo o cobertura de salud en una situación de emergencia.

Más allá de la falta entrañable de afectividad, que se materializa en el compartir - “los besos y abrazos, antes cotidianos, ahora restringidos” - con la familia y los amigos, incluso más allá de las dificultades de convivencia familiar con tensiones y discusiones llevadas hasta “formas de violencia doméstica”, está la preocupación por la educación de los hijos que, no obstante los esfuerzos por mantener la enseñanza a través de plataformas digitales, plantean incógnitas sobre el futuro de la educación: “¿Para qué futuro educamos?”. Y para qué presente. Y para qué humanidad”.

“Es, siempre, tiempo de Dios”, último capítulo del mensaje de la CEU, se abre con un pasaje bíblico: “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol” (Eclesiastés 3,1). Los obispos reiteran que este es el tiempo que nos toca vivir: "Hay que honrar el momento: hacerle espacio, darle lugar, no evadirlo” . Con esto los obispos advirten que la actual “cultura de la diversión en que vivimos” se muestra incapaz de dar respuestas en momentos de crisis, incapaz de plantear en profundidad aquello que da sentido a nuestras vidas. Una respuesta que para los cristianos está en Jesucristo resucitado, Su persona y su Evangelio, certeza de alivio y salvación.

“Hay “un tiempo para cada cosa”, pero siempre es tiempo de Dios; tiempo donde Él nos manifiesta su amor y su presencia en diferentes formas. Siempre es tiempo donde es posible amar. Siempre hay un gesto, un servicio, un acto de amor que podemos hacer por los demás” – concluyen los obispos.

Junto al mensaje, la CEU divulgó un comunicado que resume los temas discutidos durante la Asamblea Plenaria, celebrada del 3 al 7 de noviembre,  donde destacan la visita del Nuncio Apostólico, Mons. Martin Krebs y la  presentación,  por parte del  Equipo del Departamento de Educación Católica, del curso sobre “Protección de menores y prevención de abusos sexuales”. Este curso estará dirigido, en distintas etapas, a todos los que en parroquias, instituciones o ámbitos de la Iglesia trabajan con menores o personas vulnerables.

También se analizaron las actividades e iniciativas de la Secretaria ejecutiva de Cáritas y el Secretario del Departamento de Pastoral Social de la CEU, se presentó al  nuevo Equipo de Radio María y se trabajó en la elaboración de las nuevas Orientaciones Pastorales de la CEU, que serán publicadas en la Pascua de 2021. Por último, los obispos decidieron postergar sin fecha el V Congreso Eucarístico Nacional dada la prolongación de la actual situación de pandemia.

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09 noviembre 2020, 15:14