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Nicaragua. La nación no es un botín para la gloría y enriquecimiento personal

La represión, las medidas tributarias injustas y la pobreza en la que vive la mayoría de la población son denunciadas en un mensaje de la Arquidiócesis de Managua que apoya y defiende a quienes reclaman sus derechos justa y cívicamente.

Alina Tufani-Ciudad del Vaticano

"Si hoy es preocupante en nuestra nación, como lo es también en el resto del planeta, la permanencia del coronavirus, lo es mucho más la permanencia de otro virus endémico en nuestro país, como es la sed de poder a cualquier precio". Con estas palabras inicia el mensaje de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua  que denuncia que  “sombras oscuras” agravan el panorama social, político y económico, con un gobierno que  en lugar de  encontrar soluciones a la problemática del país, impone reglas o “medidas tributarias deshumanizadas que ignoran la situación de pobreza y miseria de la mayoría de la población".

"No podemos compartir la visión de aquellos que consideran la nación como un botín para la gloria y enriquecimiento personal y no como escenario lleno de problemas a resolver. La embriaguez y el ansia del poder es una conducta aberrante; es una droga dura que muchos personajes de la vida política no tienen el firme carácter necesario para contrarrestarla", enfatiza la nota.

El comunicado de la arquidiócesis de Managua reitera que la Iglesia apoya a quienes reclaman sus derechos “justa y cívicamente”, sin embargo rechaza que se consideren “delitos” las libertades más básica y fundamentales de los nicaragüenses por medio de” leyes represivas”  o de acciones “que impiden el derecho a la libre expresión y movilización”.  Una clara referencia a una serie de leyes aprobadas recientemente por la Asamblea Nacional, como la ley que pretende controlar y censurar a los medios de comunicación independientes y usuarios en las redes sociales, por causas tan subjetivas como emitir “falsas noticias”.

Entran en ese paquete, la Ley de regulación de agentes extranjeros que penaliza y obstaculiza el trabajo de protección y promoción de los derechos humanos por parte de personas u organizaciones nacionales e internacionales, y que incluso ponen en riesgo las donaciones que reciben organizaciones o la misma Iglesia dirigidas a los sectores más vulnerables.  La última, aprobada, ayer, establece la cadena perpetua para quienes “cometan crímenes de odio”, una variable discrecional que se teme amanece el libre debate y la disidencia política. En este contexto, la Comisión de justicia y paz asegura su solidaridad y oraciones por los presos políticos y sus familiares.

A todos, fieles y personas de buena voluntad, la Iglesia de Nicaragua, en proximidad del Adviento invita a vivir con la esperanza en Cristo, a renovar sus corazones , abrirse a los que piensan diferente y a construir una sociedad más pluralista y reconciliada.

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12 noviembre 2020, 12:47