San Alonso Rodriguez San Alonso Rodriguez 

Alonso Rodríguez, el santo hermano portero

Presentamos a ustedes la figura de San Alonso Rodríguez. Wenceslao Soto S.J., historiador de origen español, nos muestra las particularidades de la vida de este hermano santo. Artículo publicado en L’Osservatore Romano.

Alonso Rodríguez nació hacia 1531, en Segovia, y comenzó sus estudios en Alcalá de Henares en 1544, pero cuando su padre murió dos años más tarde, tuvo que hacerse cargo del negocio familiar de lana y tela en una casa muy cercana al famoso acueducto romano. Se casó en 1558 y tuvo al menos dos hijos. La vida le sonreía, pero nueve años después el negocio familiar se había arruinado y sus hijos, esposa y madre habían muerto.

Enfrentado a la ruina

Al igual que Job, no se vio abrumado por la desgracia y pudo reconstruir su vida con la ayuda del rector jesuita de Segovia. Intentó entrar en la Compañía, pero sufrió otro fracaso, al no ser admitido por su débil salud, sus muchos años (más de 37) y sus pocos estudios. No se rindió y siguió al rector, su compañero espiritual, a Valencia, donde reanudó sus estudios. En 1570, después de un período como ermitaño en Castellón, pidió ser admitido como sacerdote o hermano, y el provincial se pronunció en contra de la opinión negativa de los examinadores: "Acojámoslo como un santo, porque con su vida y su oración nos hará mucho bien a todos".

Su vida en la Compañía

Entró en la Compañía el 1 de enero de 1571 y en agosto se fue a Palma de Mallorca, donde pasó el resto de su vida. Allí hizo sus últimos votos el 5 de abril de 1585 y ejerció el oficio de sacristán y portero hasta 1615, cuando estaba postrado en cama por una enfermedad. Murió el 31 de octubre de 1617.

El cargo de portero era un puesto de gran confianza y responsabilidad, ya que era la primera cara pública de la comunidad. Se ocupó de muchas personas diferentes, incluyendo al virrey, y fue un guía espiritual para otros, como San Pedro Claver.

Su secreto era una intensa vida interior de oración y ascetismo, que lo llevó a grandes experiencias místicas. Por orden de su rector, los describió a partir de 1604 en las Memorias de algunas cosas que le sucedieron a esa persona. En su obituario se destacan su pobreza, penitencia y sentido de la obediencia, así como su vida espiritual y de oración y su especial devoción a Jesús, María y los ángeles.

Buscó etiquetar a cada uno con la virtud en la que sobresalía (el sabio, el humilde, el trabajador) y buscó descubrir a Cristo en todos los que llamaban a su puerta.

Canonización

Dos años después de su muerte, comenzó el proceso de canonización, que fue interrumpido por la expulsión de los jesuitas de España (1767) y la subsiguiente supresión papal de la Compañía de Jesús (1773). Fue proclamado santo por León XIII el 15 de enero de 1888, junto con su discípulo Pedro Claver y el joven jesuita belga John Berchmans. Para la ocasión, el gran poeta inglés, el jesuita Gerald Manley Hopkins, le dedicó un soneto.

San Alonso era un religioso no sacerdote, como lo es hoy en día para más del 80 por ciento de los miembros de la vida consagrada, incluyendo las congregaciones femeninas. No es así en la Compañía de Jesús, donde el porcentaje de hermanos es inferior al 7%, aunque en países como España es superior al 16%.

La Compañía nació con un grupo de sacerdotes graduados en París, que se pusieron a disposición del Papa para ser enviados donde él lo considerara más oportuno. Pero ya en 1536, en Venecia, antes de la bula fundacional (1540), el primer laico se unió al grupo: Esteban de Eguía, también viudo. Otros "sirvientes" le siguieron, y en 1546 fueron incorporados a la orden como coadjutores espirituales y temporales, para ayudar a los jesuitas profesos en sus tareas espirituales o materiales para llevar a cabo la misión de la Compañía.

El perfil del coadjutor temporal se caracterizó en gran medida por un sentido de "utilitarismo" en continuidad con los empleados laicos, ya que sus ocupaciones eran trabajos "bajos y humildes". Este patrón se fijó en las Constituciones, en lo que se llamó "el destino de Marta", también como un reflejo de una sociedad rígidamente estructurada. A los coadjutores espirituales se les concedió cierto apostolado, pero una de las reglas, que sólo fue derogada en 1995, establecía que "no deben aprender más letras de las que conocían cuando entraron".

San Alfonso encarnó heroicamente esta figura, y muchos hermanos dieron su vida como sirvientes anónimos en casas, cocinas, lavanderías, conserjes, jardines... aunque otros hicieron trabajos más cualificados como arquitectos, pintores, botánicos, maestros, apoderados... Basta con mencionar a los pintores Andrea Pozzo y Giuseppe Castiglione, o al botánico Georg Joseph Kamel (que dio su nombre a la flor de camelia).

Con el Concilio Vaticano II, la Compañía emprendió un cambio de mentalidad que comenzó en la 31ª Congregación General y se desarrolló en la 34ª: "Todos tenemos la misma misión, compartida por sacerdotes y hermanos. De esto se deduce que ya no hay ejecutores y asistentes de misión.

Hoy los hermanos son religiosos laicos profesionales que participan en la misión de la Compañía, al servicio del Reino de Dios, para lo cual llevan a cabo, según su capacidad y preparación, una amplia gama de tareas, con excepción de las estrictamente sacerdotales: promotor vocacional, director del Servicio Jesuita a Refugiados Europa, asistente del maestro de novicios, socio y admonitor del provincial, consultor provincial, profesor (también de teología), catequista, diácono, gerente, director-administrador, técnico, servicio interno/funcionario, etc.

Todos nosotros, jesuitas, sacerdotes y hermanos, debemos dejarnos impresionar por el modelo de disposición, disponibilidad y humildad que asume San Alonso: "(...) si eres un portero y tocas la campana, ve rápidamente al llamado de tu Dios, y luego eleva tu corazón a tu Dios, y di: "Vengo, Señor, y te abro mi corazón, Señor, por ti"; actuando y animando tu corazón al amor de Dios: y al abrir la puerta, deja claro que le abres la puerta a Dios que estaba esperando".

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

04 noviembre 2020, 14:22