Buscar

Crear conciencia sobre el cuidado de la casa común con amor

Incentivar las jóvenes generaciones a cuidar y curar la casa común, así crearán conciencia. Si un pueblo es consciente del cuidado de la casa común, le solicitará a los gobernantes, que procedan con esa atención, a cuidar la casa común, aprovechando sus recursos, pero con cura, sin explotar y destruir. Entrevista a Fray Antonio Morán, ex presidente de la Comisión Justicia, Paz e Integridad de los Frailes Menores Franciscanos de México.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Cómo crear conciencia entre los gobernantes y la juventud. Vatican News ha entrevistado al fraile, Antonio Morán, de la Orden de los Frailes Menores, ex presidente de la Comisión Justicia, Paz e Integridad de la Creación, JPIC, en la provincia franciscana en México:  “Es difícil, crear y criar en la conciencia. Para crear una conciencia primero debemos desprogramarnos de lo ya iniciado. Los gobernantes no actuaran si su pueblo no se los pide”, dijo el fraile y agregó que con las nuevas generaciones se puede más que “crear”, “criar”, cuidar, curar la conciencia a través de los valores más simples pero los más importante: el amor a Dios y al prójimo (en el prójimo hablemos también de la Madre tierra que nos nutre y nos gobierna, según el Cántico de las Creaturas de San Francisco de Asís), la libertad desde la sabiduría de Dios (Jn 8,32) y la responsabilidad del cuidado del mundo que Dios creó no para someterlo sino para con-vivir en armonía con él y en él.

Frutos del sínodo

Un fruto concreto del Sínodo para Amazonia, fue la creación el pasado 29 de junio de la Conferencia Eclesial. En el momento de su fundación dijo el presidente de la Repam, Cardenal Claudio Hummes,“con el corazón agradecido al Señor y lleno de esperanzas, iniciamos la Asamblea de constitución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía”, y el presidente del Celam, Mons.  Miguel Cabrejos, dijo: “Ha llegado el momento para dar gracias a Dios porque se ha creado la Conferencia Eclesial de la Amazonía, donde la voz de los indígenas en la Amazonía se ha escuchado”.

En el documento de Aparecida se resalta: “Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de la Amazonía para toda la humanidad. Establecer, entre las iglesias locales de diversos países sudamericanos, que están en la cuenca amazónica, una pastoral de conjunto con prioridades diferenciadas para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común” (DAp 475).

 Al preguntarle al franciscano, según su opinión qué frutos ha dejado el sínodo recordó que, en una ocasión, en una reunión sobre la JPIC de los frailes menores, le preguntó a un exponente, el padre Eduardo Agosta qué cosa pasaría si no atendemos los problemas del planeta.  Éste respondió: “¡pues nada! Solo que la dejaríamos a que ella resolviera sus problemas. Por ejemplo, si el calentamiento global es un problema para ella, simplemente se va a sacudir para quitarse el exceso. Ahora, las consecuencias de ese sacudirse, sería lo interesante de analizar”.

Siempre refiriéndose a esa reunión, Fray  Morán señaló el comentario del padre Alberto Franco, que especificó que la Amazonía es bien llamada pulmón del planeta, “de cada 4 respiraciones que hacemos una se la debemos a la amazonia”. “Interesante es saber que contiene un ecosistema de vida, incluyendo al ser humano que convive en armonía”, dijo Román.

Fray Morán, dijo además que los frutos del sínodo para la región pan-amazónica, los estaremos viendo con el paso del tiempo. Quizá el más importante es que desde Roma se logró dar a conocer ese ecosistema viviente con su “modus vivendi”. Pero también se reveló el trato poco adecuado que se le tiene, desde la parte geográfica, flora y fauna, llegando al punto antropológico y espiritual. Lo interesante es que la región Pan-amazónica no sea vista solo como un negocio sino como una fuente de vida. Propuestas e inquietudes fueron muchas, pero lo cierto es que este sínodo fue la ventana desde dónde el mundo conoció la realidad de la Región Pan-amazónica.

La Asamblea del Sínodo se celebró en Roma en octubre de 2019 y en el Documento Final se subrayó la urgencia de abrir nuevos caminos para la Iglesia en el territorio amazónico.

“La celebración del Sínodo logró destacar la integración de la voz de la Amazonía con la voz y el sentir de los pastores participantes. Fue una nueva experiencia de escucha para discernir la voz del Espíritu que conduce a la Iglesia a nuevos caminos de presencia, evangelización y diálogo intercultural en la Amazonía. El reclamo, surgido en el proceso preparatorio, de que la Iglesia fuera aliada del mundo amazónico, fue afirmado con fuerza. La celebración finaliza con gran alegría y la esperanza de abrazar y practicar el nuevo paradigma de la ecología integral, el cuidado de la “casa común” y la defensa de la Amazonía” (DF4).

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

10 octubre 2020, 09:27