2020.10.12 Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo 2020.10.12 Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo 

Castillo: El Señor nos invita a todos a la conversión sin discriminaciones

Todos estamos invitados al reino de Dios, a un camino de conversión de un Señor que acoge a todos, que no discrimina y que nos llama a vivir esta dimensión de alegría, palabras del arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, en la misa de ayer domingo desde la Basílica Catedral de la capital.

Ciudad del Vaticano

Comentando el Evangelio de Mateo (22,1-14), el Arzobispo de Lima, Mons. Castillo, explicó que Jesús se dirige a los sumos sacerdotes y ancianos a través de una nueva parábola. El Señor nos dice que todos estamos invitados a un camino de conversión para hallar una salida a los problemas juntos: “Jesús persiste en la invitación, persiste en convocar a todos, malos y buenos, para que todos quepamos en este camino del Reino de Dios, para que todos entremos en este camino de conversión”, señaló.

“Este tiempo de retiro ha querido ser también, en medio de la situación difícil, el equivalente a lo que es nuestra procesión del Señor de los Milagros, en donde todos estamos invitados, dijo el prelado, esta fiesta será el 18 de octubre, una fiesta celebrada desde los canales de televisión, para que todos puedan ver, señaló, esa gran convocatoria de un Señor que acoge a todos, que no discrimina y que nos llama a vivir esta dimensión de fiesta para permanentemente alegrarnos juntos, y ser hermanos”, añadió Monseñor Castillo.

Dios nos convoca a ser hermanos

El Señor nos pide nos convoca a ser hermanos, los unos de los otros, como lo recuerda también el Papa, dijo Mons. Castillo, quien ha reflejado en su encíclica ‘Fratelli tutti’, que podamos salir juntos de las cosas, viendo más allá de los prejuicios, de las barreras. La fraternidad aprende a apreciar el valor de ser hermanos, el valor de estar juntos y la alegría de festejar”, indicó el prelado sobre la encíclica.

Dios abre su corazón a todos sin discriminaciones

En la parábola del banquete nupcial, el Evangelio de Mateo da cuenta de un grupo de personas que decidió no aceptar la gratuidad de la invitación: “es decir, no se dejaron llevar por la gracia – explica el Obispo de Lima – esto indigna al rey, porque siente que éstas personas están bloqueadas y eligen reafirmarse en su bloqueo, se emperrechinan en no acoger la maravilla que se les está presentando, son aguafiestas recalcitrantes”, dijo.

El prelado en su homilía, recordó otro momento del texto bíblico que,  menciona a una persona que no está vestida con el traje de fiesta y es expulsada a las tinieblas. ¿Cómo se explica esto?, se pregunta Mons.

 “El Papa Francisco lo explica con claridad en el Ángelus de esta mañana: El rey, que representa a Dios Padre en la parábola, pone, sin embargo, una condición: llevar el traje de boda, que simboliza “la misericordia  que Dios nos da gratuitamente, su gracia, pues sin ella no se puede dar un paso en la vida cristiana. Por ese motivo, no basta con aceptar la invitación a seguir al Señor, hay que abrirse a un camino de conversión que cambie el corazón”, resaltó Francisco. 

Mons. Carlos Castillo Arzobispo de Lima
Mons. Carlos Castillo Arzobispo de Lima

Para Monseñor Castillo es importante que sepamos reconocer la invitación del Señor sin distinción, lo que significa que todos tenemos la oportunidad de transformarnos poco a poco: “la invitación del Señor no consiste simplemente en asistir, sino estar en sintonía con Dios, estar a tono con la alegría, la fraternidad y la amistad”, reiteró”.

Que Dios nos de la capacidad de buscar a los que no han sido invitados

El Señor, deja entrar en la fiesta a todos, malos y buenos, y cuando ve "uno que no estaba "vestido" para la fiesta, que no estaba entonado, dijo el prelado, no estaba sintonizado con la fuerza amorosa del Señor, esto significa que todos tenemos oportunidad, inclusive siendo malos, de transformarnos poco a poco.“Vamos a pedirle al Señor que nos de la capacidad de buscar a los que no han sido invitados, para que sepamos acoger especialmente a los más pobres y sencillos, de modo tal que nadie se sienta excluido o sienta que no hay tarea que hacer, para que nadie sienta que el Señor lo ha abandonado, sino que suscita en nosotros, con su Espíritu, la esperanza de servir, ayudar a los demás y vivir alegremente todos como hermanos”, manifestó el Arzobispo de Lima.

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12 octubre 2020, 12:22