Capitulo provincial Scalabrinianas 2018 (Foto de archivo) Capitulo provincial Scalabrinianas 2018 (Foto de archivo)

Misioneras Scalabrinianas junto a migrantes en 27 países: Acogida e integración

Las Hermanas Misioneras de San Carlo Borromeo (Scalabrinianas) evaluaron la situación de sus diferentes comunidades alrededor del mundo, y trazaron un balance sobre la migración y el compromiso del carisma Scalabriniano a escala internacional.

Ciudad del Vaticano

“Es importante establecer redes y cultivar nuevas estrategias para la migración. De este modo somos más fuertes y vivimos los desafíos que se nos ponen por delante. El compromiso que tenemos es una 'gran luz' para nosotras”, explica la hermana Neusa de Fátima Mariano, Superiora General de las Scalabrinianas – en la nota enviada a la Agencia Fides – en la que explica sobre la reunión realizada a través de un webinar, que han realizado las Hermanas Misioneras de San Carlo Borromeo (Scalabrinianas) para evaluar la situación de sus diferentes comunidades alrededor del mundo, ha servido de ocasión para hacer un balance sobre la migración y poner en práctica el compromiso del carisma Scalabriniano a escala internacional. Un compromiso que las ha llevado con los años a trabajar en 27 países y en los lugares fronterizos más difíciles, donde todos los días se viven situaciones de emergencia.

El gran desafío de la migración

Según la nota publicada por la Agencia Fides, en el mundo, solo en 2019, unos 80 millones de refugiados se vieron obligados a migrar. “Tenemos ante nosotras grandes desafíos que van desde la creación de corredores humanitarios para proteger los derechos humanos, a la interrupción de las políticas de construcción de muros, o el compromiso de combatir la trata, creando redes de acogida humanitaria para mujeres y niños en situación de vulnerabilidad”, explica la hermana Neusa, quien agrega: “los migrantes hoy en día provocan un cambio y para nosotras son una oportunidad para confirmar el carisma Scalabriniano”.

El servicio itinerante de Tijuana

Durante la reunión internacional, se ha hablado de tres experiencias similares, pero al mismo tiempo diferentes, llevadas a cabo por las Scalabrinianas en algunas áreas de crisis del mundo. La primera es la de la hermana Janete Aparecida Ferreira, que colabora en el servicio itinerante de Tijuana, en la frontera entre México y los Estados Unidos de América. “Queremos responder a los llamamientos de los migrantes e intentar defender sus proyectos y proteger sus vidas. Estamos en un lugar fronterizo con Estados Unidos, donde millones de personas pasan para tener un futuro mejor”.

Acoger e integrar a los migrantes

La hermana Rosa Maria Zanchin, por otro lado, con sus 43 años de vida consagrada a sus espaldas, está en Messina. “Estoy en una tierra de emigración e inmigración – subraya – aquí hoy hay dos dificultades, una de las cuales es no saber el idioma del migrante que llega. La segunda, por otro lado, es la dificultad del migrante para hacer comprender su historia y su trauma. Los migrantes son creativos, no se rinden, enseñan a revivir la vida”.

El servicio para mujeres refugiadas con niños

La hermana Eleia Scariot, en cambio, se encarga del proyecto Chaire Gynai en Roma, refugios para mujeres refugiadas con niños y en situaciones de vulnerabilidad. “Trabajamos con cada mujer, desde el momento en que ingresa a la casa, con un proyecto personal que parte del sueño que tienen, con proyectos acompañados y controlados”, explica. Y este es precisamente el camino de asistencia a los migrantes promovido por las Scalabrinianas: el cuidado de cada uno, sin tratar a las personas como números, sino siendo conscientes de que detrás de ellos hay una historia siempre diferente.

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09 julio 2020, 10:55