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Cáritas Ecuador. Migrantes doblemente golpeados por la pandemia de Covid-19

Cáritas Ecuador denuncia que el confinamiento y la paralización de la economía, sobre todo, la informal, ha dejado en la calle a miles de inmmigrantes vulnerados en sus derechos, desalojados de sus habitaciones y sin ayuda concreta para cubrir sus necesidades básicas.

Alina Tufani - Ciudad del Vaticano

Cáritas Ecuador reconoce que la ayuda a los migrantes en medio de la pandemia de Covid-19 es insuficiente, especialmente porque al aumentar la demanda de los ecuatorianos, igualmente golpeados por la pandemia, los recursos a disposición son cada vez más escasos y no pueden cubrir las necesidades básicas de los sectores más vulnerables.

Una crisis que se empeora

“La situación de la población migrante y refugiada en Ecuador es compleja porque si bien antes de la pandemia ya soportaban riesgos de vulnerabilidad de derechos -la mayoría de ellos están inmersos en el trabajo informal y explotación laboral-, ahora con la situación del COVID-19, se ahonda más esta realidad”. Así lo declaró la coordinadora del área de Movilidad Humana de Cáritas Ecuador, Cristina Pancho, en una entrevista publicada en el sitio web de la organización humanitaria.

Familias en vulnerabilidad

La mayoría de la población migrante en Ecuador actualmente proviene de Venezuela, que, en los últimos años, a causa de una crisis social y económica sin precedentes, ha visto emigrar millones de venezolanos, en su mayoría atravesando fronteras hasta el Cono Sur. Según cifras de ACNUR, Ecuador ha recibido a más de 330 mil venezolanos, pero está lejos de ser el mayor receptor de venezolanos, ya que es el cuarto en América Latina y el Caribe, después de Colombia, Perú y Chile.

En los últimos tres años, gran parte de estos migrantes se ha dedicado a la economía informal, por lo que la llegada de la pandemia de Covid-19 y el confinamiento ha representado la interrupción de sus actividades para disminuir los riesgos de contagio. “Esta paralización – subraya Pancho - ha perjudicado a las familias que han dejado de percibir los pocos recursos que obtenían producto de las ventas ambulantes”. Por ende, la calidad de la alimentación de la población migrante ha disminuido tanto que algunos casos las familias priorizan a los niños quienes necesitan comer y en otros simplemente se abstienen.

Falta de insumos para tener vivienda y educación

La dirigente de Cáritas explica que entre las situaciones complicadas que se presentan en estos momentos, están los desalojos forzados por parte de los propietarios de las viviendas, pues al no percibir ningún ingreso tampoco tienen para pagar el arriendo de dos o tres meses que deben. “Otros de los derechos que se han vulnerado – afirma Pancho - es el acceso a la educación, pues al generarse de manera virtual las clases, los niños y jóvenes no cuentan con las herramientas de trabajo como son: el internet, las computadoras y los celulares lo que ha provocado que abandonen la formación”.

Recursos insuficientes

Aunque la funcionaria de Cáritas Ecuador reconoce que los recursos destinados a los migrantes provienen fundamentalmente de la cooperación internacional, antes de la pandemia, ya no eran suficientes y solo permitían complementar las necesidades de las familias. “Con la pandemia –explica - la atención se desbordó y, ahora más que nunca, los recursos no son suficientes para toda la demanda de la población migrante”. De allí la necesidad de priorizar la ayuda que se dirige a familias con menores de edad, enfermos, mujeres embarazadas, quedando fuera mucha población.

A pesar de que hay muchas organizaciones humanitarias que se dedican a los migrantes, los recursos siguen siendo insuficientes y el Estado ecuatoriano no se ha ocupado de este sector. “El gobierno – constata la funcionaria de Cáritas - ha sacado programas como los bonos y la entrega de alimentación que ha estado enfocado hacia población ecuatoriana y local”.

Somos una misma humanidad

Efectivamente, la situación de los migrantes venezolanos que han emigrado a los distintos países de Suramérica no es muy diferente. De hecho, se pueden contar hasta 35 mil venezolanos que cruzan cada semana el territorio colombiano para regresar a su país provenientes de la misma Colombia y de otras naciones.

En este contexto, el llamado de la coordinadora del área de Movilidad Humana de Cáritas Ecuador: “No olvidemos que esta pandemia nos ha recordado que somos una misma humanidad, que las nacionalidades, las etnias, no nos hacen diferentes y que todos en estos momentos nos encontramos vulnerables, por lo que tenemos que mirarnos como hermanos como una sola humanidad que somos. Que abran su corazón para escuchar a los hermanos migrantes y refugiados, seamos más humanos y que juntos podamos salir de esta situación”.

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24 julio 2020, 13:38