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Arzobispo de Lima, Perú: los jóvenes deben descubrir su identidad e intimidad

Ayer, Monseñor Carlos Castillo participó en una conferencia via online, donde reflexionó sobre los grandes desafíos que se avecinan a causa de la pandemia y como la Iglesia, y en especial los jóvenes, pueden ser parte de un cambio más solidario y comunitario.

Ciudad del Vaticano

“Queremos que la juventud sea vivida con el valor humano, como un lugar de enorme capacidad, de identidad e intimidad, que puede generar, luego, adultos sanos”. Así lo afirmó Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo primado de Lima, Perú, durante una conferencia impartida en el marco del ciclo de videoconferencias “Diálogos con el Padre Eduardo”. Esta iniciativa fue realizada por el Párroco Eduardo Humberto Morey, de la Parroquia Matriz La Inmaculada, en Talara.

Dicha conferencia también contó con la participación de cuatro jóvenes que compartieron sus testimonios y reflexiones sobre la actual situación de la pandemia, lo cual tenia como objetivo, como lo dijo Monseñor Castillo, de “hacer un aporte que recoja los elementos comunes y ver más allá”.

Un mundo globalizado

En medio de su charla, el prelado subrayó como la crisis “coincide con el término de una época que ha llegado prácticamente a agotarse”. Del mismo modo, denunció como, en el mundo actual, se vive en medio de intereses financieros, generando el capitalismo, el liberalismo, acelerando la vida, lo cual desbarata todo, “todo se reduce al apetito de ganar”, reduciéndose todo a una sola consigna: “cómo ganamos más en menos tiempo”.

En ese sentido, para Monsenor Castillo, hoy vivimos en un constante deseo por ser acogidos: “el ser humano no puede vivir sin acogida, sin comunidad”, precisó. Con ello, el prelado señaló el gran problema de la globalización, que de alguna manera rompe las relaciones mas fundamentales, lo cual pone a la persona en vulnerabilidad: “Esta pandemia es el primer signo definitivo de que este mundo global, engloba, pero no protege”. Con ello, el Arzobispo de Lima señaló otros problemas graves que ha desenmascarado la pandemia, como lo son el hambre, la desertificación y la destrucción de la Amazonia.

Resucitar la humanidad

Asimismo, recordó “el desafío” que el Papa Francisco ha lanzado: “resucitar a la humanidad, es decir, asumirnos como seres humanos concretos que tienen que resolver problemas concretos, pero mirando lejos, sabiendo que cada tarea que estamos haciendo, es una tarea para mancomunar, revalidar, y recomponer los lazos mundiales entre las poblaciones”, afirmó Monseñor Castillo.

“Está naciendo, por primera vez, la conciencia de que la ciudadanía a nivel mundial, puede ser el factor solidario capaz de controlar el proceso desde abajo, y empezar a ir resanando todas las heridas de la sociedad en el mundo” manifestó el prelado. En ese sentido dijo que la Iglesia también debe entrar en ese proceso de cambio, favoreciendo un verdadero camino de “sinodalidad”.

Trabajar en comunidad ante los problemas

Por otro lado, el prelado advirtió de los momentos difíciles que se avecinan, dentro de la cual muchas personas podrían morir por falta de alimentos. En este sentido, Monseñor Castillo invitó a la organización comunitaria para enfrentar dicho problema. “Eso requiere un pensamiento común entre todos los peruanos, que se organicen bajo algunas ideas elementales que todos propiciemos, para que de esas ideas haya posibilidad de otro tipo de política”, señaló el prelado. Y además hizo un llamado a la Iglesia: “Tenemos que ser iglesias en donde la parroquia, como eje estructurador de los barrios, ayuda en la estructuración de las comunidades barriales, en la comida, en la educación, en la producción y en la fe”.

Jóvenes en salida, jóvenes con identidad

Por último, el Arzobispo de Lima recordó como la juventud se ha visto despierta en medio de esta pandemia, suscitando y apoyando iniciativas solidarias: “ha sido impresionante su salida, inclusive en el peligro, además de otras ideas creativas para la salud, ayuda en asistencia psicológica y espiritual”. Del mismo modo, el prelado indicó que los jóvenes, antes de ser adultos, “deben resolver la identidad y la intimidad; y para ello, necesitan vivir las relaciones humanas a fondo. Sin eso un joven no puede ser un adulto”.

 

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22 julio 2020, 12:55