Mons. Carlos Ñáñez Arzobispo de Córdoba Mons. Carlos Ñáñez Arzobispo de Córdoba 

Argentina. Monseñor Ñáñez: padecemos el virus de la corrupción

El virus de la corrupción perjudica "a los más débiles y pobres", los "usa", les da "migajas" sin importarle nada su verdadero bienestar y dignidad. Es un verdadero escándalo en un país potencialmente rico como la Argentina: así el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Cárlos Ñañez, en la homilía de la misa en el domingo 19 de julio, exhortó a no “transar con la mentira”, ni “pactar con el mal”, y a no “aceptar” los “escándalos” de los que habla el mismo Jesús. Debe haber - dijo Ñáñez - una decidida voluntad social de oponerse a la corrupción, reflejo de las actitudes personales.

“En nuestra Argentina, y desde hace ya muchos años, padecemos otro virus tan o más grave”, (que el coronavirus), a saber, “el virus de la corrupción”: fue la denuncia del arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de Córdoba, Argentina, Monseñor Carlos Ñáñez, en su homilía del domingo 19 de julio.

“La corrupción – dijo Ñáñez – hace llamar bien al mal y mal al bien, animando al que cede a ese vicio a obrar en consecuencia”. “Nuestro drama como argentinos es que por momentos pareciera que no hay disposición de luchar contra este virus de la corrupción. Es como si nos afectara la ceguera o la sordera, de la que hablaba Jesús el domingo pasado”, continuó.

No hay que "transar con la mentira"

El arzobispo de Córdoba aseveró que se necesita “una decidida y constante reacción personal”, para luchar contra el virus de la corrupción: no hay que “transar con la mentira”, ni “pactar con el mal”, y no hay que “aceptar” los “escándalos” de los que habla Jesús. Y más aún: no hay que “aprobar lo que es incorrecto, ilegal, no festejar de ningún modo al que obra de esa manera”.

Debe haber una "decidida voluntad social de oponerse a la corrupción"

Junto a la reacción personal, -subraya Ñáñez - debe haber también una decidida voluntad social de oponerse a la corrupción, reflejo de las actitudes personales. Se debe reconocer la presencia de este mal y no permitir que la conciencia, ante él, se adormezca, se anestesie, lo naturalice. No se debe tolerar de ningún modo. No se debe buscar “sacar ventajas” de la corrupción, en sus diversas concreciones, en provecho propio. Al contrario, se debe forjar entre todos un clima común que impulse y anime a vivir en la verdad y a practicar el bien, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes e importantes. “El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho”, dice el Señor Jesús (Lc 16, 10).

No apoyar con el voto a quien no se compromete contra la corrupción

Es cuando se discierne y se emite el voto en las elecciones, el momento en el que debe manifestarse “la responsabilidad social para superar la corrupción”, señaló el arzobispo, afirmando con fuerza que “no se debe apoyar con el sufragio al que no se compromete a luchar contra la corrupción o transa con ella”. Además, “a quien resulte elegido, se le debe pedir cuenta, respetuosa y legítimamente, de ese compromiso”.

El virus de la corrupción "usa" a los más débiles y pobres

“Pidamos a Dios nuestro Señor el fin de la pandemia que aflige a nuestra Patria y a muchos pueblos en el mundo”, concluyó Ñañez. “Pero pidamos, también, la fortaleza para superar el virus de la corrupción que perjudica a los más débiles y pobres, que los usa, que les da migajas sin importarle nada de su verdadero bienestar y dignidad, que no los socorre, ni mucho menos los promueve de veras, sacándolos de la pobreza, que es un verdadero escándalo en un país potencialmente rico, como el que Dios nuestro Señor, en su Providencia, nos ha regalado a los argentinos”.
 

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22 julio 2020, 10:34