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30 de marzo de 2020: ¡Tiempo de prueba, tiempo de Evangelio!

Este lunes 30 de marzo, de la quinta semana de Cuaresma, el padre Rodrigo Cordero nos alerta sobre el riesgo de quedar indiferentes cuando somos interpelados por el Señor. Jesús se dejó conmover por una mujer pecadora que iba a ser cruelmente lapidada, y con su misericordia la salvó no solo de la muerte física, sino que le regaló una vida nueva.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 1-11

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.

Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y Tú, ¿qué dices?”

Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.

Como insistían, se enderezó y les dijo: “Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra”.

E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.

Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos.

Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó:

“Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?”

Ella le respondió:

“Nadie, Señor”.

“Yo tampoco te condeno -le dijo Jesús-. Vete, no peques más en adelante”.

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30 marzo 2020, 06:52