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Presidente Obispos Paraguay: responsabilidad personal un bien para todos, hoy y siempre

El presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Monseñor Adalberto Martínez Flores escribió un mensaje en relación a la vivencia del Covid-19 en este tiempo de Cuaresma. “Nunca como ahora hemos sido llamados a darnos cuenta de cuánto la responsabilidad personal es un bien para todos”, afirma. “Sería una regla de vida a observar en todo momento, a todos los niveles, pero en la emergencia actual está claro que todos somos solidarios para bien o para mal”.

Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

“Para este tiempo litúrgico que la Iglesia propone a los fieles católicos, como tiempo para la oración, el ayuno y la caridad, por causa del coronavirus, se ha convertido en una CUARESMA UNIVERSAL, al decir en una carta del Abad General Mauro-Giuseppe Lepori. El mundo se ha detenido. Las actividades, la economía, la vida política, los viajes, el entretenimiento, el deporte se han detenido. La vida religiosa pública también se ha detenido. Es como un gran ayuno, como una gran abstinencia universal”. Así comienza la carta del Presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Monseñor Adalberto Martínez Flores, publicada el 18 de marzo, en las vísperas de la Fiesta de San José.

Que el Señor nos ayude a calmar nuestros corazones

Monseñor Martínez Flores llama a los fieles a aumentar las oraciones los unos por los otros, “para no decaer ante los estragos de esta tormenta y superar los miedos que paralizan” y para que el Señor “nos ayude a calmar nuestros corazones”.  En este tiempo, y en este día, el Obispo invita a pedir la intercesión de San José, protector de la familia, y de nuestra madre María Santísima; a rezar el rosario en familia y a realizar novenas. 

Vivir las virtudes teologales

En la misiva, hace el punto en las virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad, "hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad de la persona para ordenar sus acciones a Dios mismo”. La fe – escribe – es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma. “La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento”, añade. “La caridad  - explica por último – es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios”, “un mandamiento central de nuestra fe”.

La responsabilidad personal es un bien para todos, hoy y siempre

Por lo escrito el obispo invita a rezar al Señor para que “en este momento particularmente difícil para todos, podamos redescubrir dentro de nosotros su presencia que nos ama y nos sostiene, y de ese modo ser portadores de su ternura a cuantos nos rodean con obras de cercanía y de bien”. Y sigue:

“Nunca como ahora hemos sido llamados a darnos cuenta de cuánto la responsabilidad personal es un bien para todos”. “Sería una regla de vida a observar en todo momento, a todos los niveles, pero en la emergencia actual está claro que todos somos solidarios para bien o para mal”.

Una lección para el mañana

Antes de finalizar, encomendando a los paraguayos a la Virgen de los Milagros de Caacupé, "defensa, refugio, amparo y defensa ante esta epidemia", Monseñor Martínez da una indicación a los fieles católicos: 

“Anotemos esta lección para los desafíos que nos esperan en trabajar por una sociedad con mayor equidad, con sentido de responsabilidad y solidaridad, pues todos estamos en el mismo tren, sin diferencia de clases sociales, partidos políticos, edad, sexo o religión. Somos todos prójimos y hermanos”.

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19 marzo 2020, 12:30