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El compromiso de la Iglesia en Chile por la igualdad social

La Campaña de Fraternidad de la Iglesia chilena, iniciativa que comenzó el Miércoles de Ceniza con el lema "Tu contribución y la nuestra, esperanza para todos", continuará hasta el 5 de abril, Domingo de Ramos. El objetivo es de apoyar proyectos en favor de las comunidades de migrantes en todo el país. Artículo de L'Osservatore Romano.

Una ocasión para recaudar fondos a fin de apoyar proyectos en favor de las comunidades de migrantes en todo el país, en particular en las esferas de la acogida, la protección, la promoción y la integración. Es el objetivo de la Campaña de Fraternidad 2020 promovida por la Iglesia Católica Chilena durante el período de Cuaresma, por segundo año consecutivo dedicado a los migrantes. La iniciativa, que comenzó el Miércoles de Ceniza con el lema "Tu contribución y la nuestra, esperanza para todos", continuará hasta el 5 de abril, Domingo de Ramos.

Con los fondos recaudados en la última edición, se han financiado 39 programas a nivel nacional. En relación con la iniciativa, los sacerdotes y las parroquias del país han recibido un folleto informativo con indicaciones para promover la iniciativa entre los fieles, los movimientos eclesiales, las escuelas y las familias, invitando a todos a participar en el evento, "pensando en los hermanos y hermanas migrantes que nos necesitan". También se invita a utilizar las redes sociales para compartir y sensibilizar sobre el tema, a fin de concretar esa "cultura del encuentro" según los cuatro verbos indicados por el Papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar.

"En los últimos años" -se lee en el sitio web de la Conferencia Episcopal Chilena- "el flujo de migrantes hacia Chile ha crecido considerablemente, superando las posibilidades reales de recepción y atención, especialmente hacia los migrantes más vulnerables, tanto a nivel gubernamental como a nivel de la sociedad civil y la pastoral de la Iglesia". 

La Iglesia local se ha enfrentado a muchos desafíos tanto en el pasado como en el presente, siempre con el objetivo de contribuir a la construcción de un país más justo y solidario, gracias también a una creciente colaboración con las autoridades gubernamentales, a las que, en los últimos días, se les hizo un llamado por parte de Monseñor Luigi Infanti Della Mora, quien encabeza el vicariato apostólico de Aysén, en el sur de Chile, para que desbloquee la reforma de la ley constitucional para decretar el agua como "bien público".

Una modificación de la Carta Fundamental sería, según el prelado, "una señal realmente importante para facilitar cambios profundos también en otras áreas de la sociedad", permitiendo a ésta última abordar de la mejor manera posible todos los problemas emergentes actuales, incluido el relativo a la migración. "En la Constitución de 1980 -subrayó el prelado a la Agencia Sir- el agua es considerada objeto de consumo y el goce de sus derechos se entrega perpetuamente a la propiedad privada", favoreciendo a las empresas multinacionales que en Chile manejan el 82% del agua dulce. No hay que olvidar, añadió, que en muchas zonas de Chile todavía hay una gran sequía, hasta el punto de que de los 346 municipios del país, 134 han sido declarados en emergencia hídrica, 119 en emergencia agrícola y dos, Valparaíso y Coquimbo, como zona de desastre por falta de agua.

Sin embargo, no hay lugar para el pesimismo en las esperanzas de Monseñor Infanti Della Mora, quien cree firmemente en alcanzar el objetivo final "fortaleciendo las motivaciones ético-espirituales vinculadas a estas cuestiones, con la participación de todas las personas de buena voluntad, y especialmente de los cristianos", para llegar a decisiones resolutivas "que conduzcan a cambios profundos y eficaces".

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04 marzo 2020, 15:50