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Monseñor Valenzuela invitó a todos los cristianos a "anunciar" y “testimoniar con la vida”, la presencia de Cristo entre los hombres. Monseñor Valenzuela invitó a todos los cristianos a "anunciar" y “testimoniar con la vida”, la presencia de Cristo entre los hombres. 

Crisis en Paraguay: Carta abierta del obispo de Caacupé a los fieles

En un período de graves dificultades sociopolíticas y económicas en el país, Monseñor Valenzuela ha hecho un llamado a cesar las especulaciones sobre las necesidades de los pobres, e invitó a todos los cristianos a "anunciar" y “testimoniar con la vida”, la presencia de Cristo entre los hombres.

Ciudad del Vaticano

"Con afecto de Padre, hermano y amigo": así ha firmado Monseñor Ricardo Valenzuela Ríos, Obispo de la Diócesis de Caacupé (Paraguay), en una carta abierta dirigida a todos los fieles del país, para encontrar una solución a la crisis nacional, en nombre de la justicia y del bien común.

Paraguay "vive un período de hondas preocupaciones, inquietudes y tensiones” que afectan a la sociedad “en el orden político, económico, social y humano", escribe el Prelado, quien ha invitado "a los fieles y a las personas de buena voluntad" a la unidad, a la solidaridad, a la comunión de fe y esperanza. “Nuestro compromiso cristiano es un «imperativo moral» para examinar con «ojos cristianos» las distintas situaciones, comprenderlas, interpretarlas correctamente desde los valores del Evangelio con el fin de participar activamente en la promoción del bien común", dijo Monseñor Valenzuela.

Por el bien de la población

Entre los problemas destacados por el Obispo está, en primer lugar, la autonomía energética del país, especialmente en vista del 2023, año en que se renegociarán los tratados con Brasil y Argentina sobre las represas hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá. El exponente de la Conferencia Episcopal de Paraguay (CEP) espera que para esa ocasión las autoridades actúen con "claridad, habilidad, hondo patriotismo y de cara al pueblo”.

Otro punto esencial mencionado en la carta es la pobreza generalizada que causa condiciones "vergonzosas" de desigualdad. "Mucho dinero en pocas manos y poco trabajo para la gente", escribe Monseñor Valenzuela, señalando que muchos jóvenes, debido al desempleo, se ven obligados a emigrar o "vender su conciencia" por trabajos mal pagados.

"¡Basta de mezquindad con el dinero, basta de acumulación excesiva de bienes improductivos en manos de pocos! ¡Basta de especular con la necesidad y angustia de los pobres!”, expresó el Prelado. La esperanza está en que la economía crecerá para garantizar el desarrollo de las personas y no para alimentar el mercado de contrabando, el tráfico de drogas, la evasión fiscal y la corrupción, todos los crímenes que, según expresó el Prelado, parecen quedar impunes.

Separar la justicia de los intereses políticos

En el centro de la carta abierta del Obispo de Caacupé también está la cuestión de la tierra, con la esperanza de que se encuentre una solución concreta a las necesidades de los agricultores, sin ceder a la degradación ambiental. Monseñor Valenzuela hizo un fuerte llamado a una administración que garantice la paz y la convivencia armoniosa en el país.

"Necesitamos separar definitivamente la justicia de los intereses políticos mezquinos y que la administración de los conflictos de intereses esté a cargo de jueces probos y de fiscales valientes y honestos”, dijo el obispo del CEP. “Sin justicia imparcial no pretendamos lograr la paz. Ni más armas, ni más uniformados, ni más restricciones, represiones o grupos especiales podrá detener la violencia si la vida no se rige por el conducto de la justicia con leyes justas en manos de gente honesta”.

Detener la violencia contra los más vulnerables

Con ello, el Prelado hizo hincapié en la violencia perpetrada contra mujeres, niños y ancianos, con lo cual pidió lanzar “programas de defensa de las personas vulnerables” para “una mejor atención a sus necesidades esenciales”.

Al mismo tiempo, instó a la "reconstrucción moral" de la nación, superando “la atomización de los partidos para abrirse a una colaboración generosa en bien de la patria”. “El uso y abuso de la política y del poder crean un caos socio-político”, afirmó Monseñor Valenzuela. En esta perspectiva, “es una necesidad imperiosa la formación integral de líderes políticos honestos, idóneos, en el desempeño de sus funciones, y eficaces en la gestión del bien común” para “generar la mentalidad de una auténtica política capaz de transformar la sociedad”.

El papel de la Iglesia

Por su parte, la Iglesia, explicó el Prelado, está llamada a “colaborar con la recomposición de la sociedad”, a través de la evangelización, “el anuncio de la Palabra de Dios, la formación de la conciencia y de comunidades que celebran los sacramentos, promoviendo la promoción integral de hombres y mujeres; y superando sus contradicciones y anti testimonios”.

“En esta hora tan importante para el futuro de nuestro país, exhortamos a todos los cristianos a asumir con firmeza y confianza el compromiso de anunciar con la palabra y testimoniar con la vida, la presencia entre los hombres, de Cristo, el Señor de la historia".

Finalmente, dirigiéndose a las autoridades nacionales, el Prelado los invita a mirar el ejemplo de la Beata Chiquitunga, o la Hermana María Felicia de Jesús Sacramentado: originaria de Paraguay y beatificada en junio de 2018, “quien dio su vida por Cristo y por la Iglesia y supo vivir por y para sus hermanos, especialmente los más pobres y necesitados, procurando una vida digna para ellos, viviendo el respeto y la justicia, el trabajo y la solidaridad”.

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18 diciembre 2019, 12:05