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Fallece con 88 años, el padre Juan Carlos Scannone, profesor del Papa

El jesuita argentino, uno de los exponentes de la "teología del pueblo" y profesor de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, murió el 27 de noviembre a la edad de 88 años. Nuestra colega Debora Donnini entrevista al padre Antonio Spadaro, director de la revista jesuita "La Civiltà Cattolica" quien señala la influencia del pensamiento de Juan Carlos Scannone, reflejada en algunos elementos de la Evangelii Gaudium de Francisco.

Ciudad del Vaticano

La amistad entre el padre Juan Carlos Scannone, considerado uno de los padres de la "teología del pueblo", y Jorge Mario Begoglio se remonta muchos años atrás en el Seminario de Buenos Aires, cuando Scannone era profesor del actual Papa Francisco.

Una amistad que perduró en el tiempo hasta que la vida del sacerdote jesuita se apagó el 27 de noviembre a la edad de 88 años, en Argentina.

Después de la elección de Francisco como Sucesor de Pedro, Scannone se trasladó a Roma, donde trabajó durante dos años en "La Civiltà Cattolica". En este contexto, nuestra colega Débora Donnini entrevista al actual director de la histórica revista jesuita, el padre Antonio Spadaro quien comparte su recuerdo sobre Scannone:

«Era una persona muy agradable, agradable, sencilla, pero sobre todo siempre me llamó la atención el hecho de que este intelectual, filósofo, teólogo, con gran experiencia, que siempre había vivido en América Latina pero que se formó en Alemania y enseñó en la Universidad Gregoriana; logró "inculturarse" cuando llegó aquí a pesar de su edad», explica Spadaro.

«Yo veía que sus artículos estaban dirigidos a un público latinoamericano. Así que hablamos largo y tendido sobre ello, hablamos sobre su actividad y me di cuenta de que con el tiempo "aprendió" a "expresar" su mensaje también a un pueblo europeo y a una cultura como la de Europa, cercana pero al mismo tiempo diferente a la que él estaba acostumbrado a dirigirse. Fue, por tanto, un intelectual capaz de sentir empatía y comprender al otro».

- ¿Cuál era el vínculo, a nivel de amistad, entre el Papa y el padre Scannone?

R. - Se conocían muy bien y desde hacía mucho tiempo. Fue una persona con la que hubo una frecuentación de encuentros, es decir un debate también a nivel intelectual, basado en un conocimiento más espontáneo, yo diría que a una edad muy temprana para el Papa. Me parece que son dos figuras que se acercaron mutuamente entendiendo el genio del otro; luego el Papa siguió su camino, que es muy original, pero siempre con este diálogo abierto también con el Padre Scannone, quien posteriormente, después de todo, al final de su vida; vio cómo algunos elementos de su pensamiento se transmitían también en la reflexión del Pontificado, como se puede apreciar en Evangelii Gaudium.

- ¿En qué sentido?

R. - Sabemos que la espiritualidad popular es un tema muy fuerte en el Papa Francisco, pero en realidad es un tema que tiene una raíz lejana, que no tiene nada que ver con un cierto pauperismo teológico, sino que destaca la riqueza que Dios nos ha dado.

Pablo VI habló de ello con gran claridad, luego Aparecida habló explícitamente de la espiritualidad popular y hay un contenido básico que es muy importante, que es quizás el centro de pensamiento propio de la teología del pueblo, que es quizás la teología llevada adelante por el padre Scannone, y que es que la fe siempre se expresa culturalmente: el niño la aprende de los padres, de los maestros, de los catequistas, del medio ambiente... la fe es por lo tanto una gracia divina, pero también un "acto humano", por ello se pueda hablar culturalmente de pueblo, de aprender y de expresar la fe. Nunca es neutral, abstracta. Por lo tanto, ver al pueblo como sujeto de su propia cultura y sujeto de la teología, es un punto fundamental de la teología del pueblo.

- El p. Scannone fue de hecho un exponente central de la "teología del pueblo", incluso con la opción preferencial por los pobres y la gran atención a la fe del pueblo. En su opinión, ¿cómo ha desarrollado esto el Papa Francisco a lo largo de los años?

R. - El elemento fundamental es precisamente la definición de cultura. También se puede ver, por ejemplo, en el reciente viaje a Tailandia y Japón, donde enfatizó de una manera muy fuerte la importancia de la inculturación. Así pues, la cultura popular posee -y éste es también uno de los contenidos fuertes de Evangelii Gaudium- una función eclesiológica además de sociológica, y ya aquí existe una profunda diferencia con respecto a la teología de la liberación -por lo tanto, se marca la diferencia entre la teología del pueblo y la teología de la liberación- e igualmente dentro de un contexto cultural y geográfico similar.

Por tanto, la fuerza que surge de la Evangelii Gaudium y que proviene de la teología del pueblo es el hecho de que el Espíritu Santo fecunda las culturas de los pueblos con la fuerza transformadora del Evangelio: el Evangelio, por consiguiente, transforma las culturas. Y como podemos ver en la historia de la Iglesia, el cristianismo no responde a un modelo cultural único, sino que devuelve el rostro de las muchas culturas y pueblos en los que está arraigado.

Precisamente en Evangelii Gaudium, Francisco menciona explícitamente los sujetos colectivos activos, tal como los define, refiriéndose a los pueblos. Por lo tanto, los pueblos en los que se ha inculturado el Evangelio son sujetos colectivos activos, operadores de la evangelización. Y esta fuerte referencia a la cultura del pueblo viene precisamente de la reflexión que el Padre Scannone también compartió.

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28 noviembre 2019, 19:00