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Sri Lanka, carta del Papa: no más odio. Predicadores islámicos expulsados

Las iglesias de Sri Lanka siguen cerradas después de los ataques de Pascua. Los católicos asistieron a la misa televisada en vivo celebrada por el Card. Ranjith quien leyó un mensaje del Papa Francisco. Las escuelas católicas también cerraron

Sergio Centofanti - Ciudad del Vaticano

Por segundo domingo consecutivo, los católicos de Sri Lanka se reunieron en sus familias, en sus hogares, para asistir a la misa por televisión. Las iglesias permanecieron cerradas por razones de seguridad después de los atentados de Pascua, que según el gobierno fueron llevados a cabo por un grupo terrorista musulmán local, aunque fueron reclamados por los extremistas del llamado Estado islámico, y han causado 257 muertos, entre ellos 50 niños, y alrededor de 500 heridos, algunos de los cuales se encuentran en graves condiciones.

Misa celebrada por el Card. Ranjith en la televisión en vivo

La televisión nacional transmitió en directo la celebración eucarística presidida en su residencia por el Arzobispo de Colombo, Cardenal Malcolm Ranjith, quien en su homilía alabó la fe de los católicos que murieron en los atentados del 21 de abril, que afectaron, además de algunos hoteles, a dos iglesias católicas y una evangélica. "Habían venido a la iglesia -dijo- porque tenían un inmenso amor a Dios".

La carta del Papa

Al final de la Misa se leyó una carta del Papa, que llegó anteayer al Card. Ranjith, en la que Francisco ruega al Señor que "los corazones endurecidos por el odio cedan a su voluntad de paz y reconciliación entre todos sus hijos". A continuación, se muestra el texto de la carta según una de nuestras traducciones del inglés:

Tras los brutales ataques a las comunidades cristianas de Colombo reunidas en oración el domingo de Pascua y en otros lugares de Sri Lanka, deseo asegurarles una vez más mi profunda solidaridad y mis oraciones continuas por todos aquellos que se han visto afectados por estos crímenes despreciables.

En unión con nuestros hermanos y hermanas del mundo, encomiendo a los muertos a la infinita misericordia de Dios, nuestro Padre celestial, y ruego al Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte, que traiga sanidad a los heridos y consuelo a todos los que lloran la pérdida de sus seres queridos.

Junto con los seguidores de todas las religiones y los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo, expreso mi horror ante esta indescriptible ofensa al santo nombre de Dios y rezo para que los corazones endurecidos por el odio cedan a su voluntad de paz y reconciliación entre todos sus hijos. En este momento de inmenso dolor, oro para que los fieles sean confirmados en la caridad, consolándose unos a otros en la esperanza nacida de la Pascua y en nuestra fe inquebrantable en las promesas de Cristo.

Consciente de la herida infligida a toda la nación, rezo de la misma manera que todos los habitantes de Sri Lanka estarán decididos a fomentar la armonía social, la justicia y la paz. Con estos sentimientos, con afecto los encomiendo a ustedes y a sus hermanos obispos, junto con el clero, los religiosos y los fieles laicos confiados a su cuidado, al abrazo amoroso de la Virgen, Reina y Patrona de Sri Lanka, y de corazón les imparto mi bendición apostólica como prenda de fuerza y de paz, en el Señor Resucitado.

Las escuelas católicas también cerraron

Hoy algunas personas fueron a las iglesias afectadas para encender velas en homenaje a las víctimas. "Los fieles - dijo un sacerdote citado por la Agencia de Prensa de Francia - están experimentando un trauma espiritual debido a la falta de Misa, de la Eucaristía, de un lugar de oración o de un lugar de culto. Es una tragedia. Aunque las iglesias siguen cerradas, los católicos permanecen unidos, y muchos se reúnen y organizan celebraciones en hogares y centros privados. Pero esto no es posible para todos. Los sacerdotes van de casa en casa, visitan a las personas, especialmente a los heridos, llevan la Comunión a los enfermos, tratando de dar esperanza y consuelo.

Las escuelas católicas también cerraron hasta nuevo aviso, porque siguen llegando amenazas, que también han llegado a la comunidad budista, la mayoría en el país.

200 predicadores islámicos expulsados

Mientras tanto, las autoridades de Sri Lanka han expulsado a más de 600 ciudadanos extranjeros, incluidos 200 predicadores musulmanes, por la expiración de sus visados. La ministra del Interior, Vajira Abeywardena, dijo que "dada la situación actual del país" se decidió "endurecer las restricciones de visado para los profesores de religión". Al gobierno de Colombo le preocupa que los predicadores extranjeros puedan radicalizar a los musulmanes de Sri Lanka e incitar a nuevos ataques.

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05 mayo 2019, 16:35