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Protección de Menores: Obispo Honduras. «Romper los muros del silencio»

Es necesario “romper esa cultura del silencio, respetando a la persona, evitando el sensacionalismo”: lo dice Monseñor Darwin Rudy Ramírez Andino, Representante en el Vaticano para el Encuentro sobre Protección de Menores. Entrevista

Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano

Muchas veces “ha importado el dinero más que las víctimas”

Hablando con el Obispo de Santa Rosa de Copán de los casos de abusos por parte de miembros de la Iglesia en diversas partes del globo, el prelado lamenta que en el afrontarlos “ha importado el dinero muchas veces”, mientras que, en cambio, “eso no tiene que importarnos nada”. ¿Por qué? Porque “tiene que importar cómo recuperamos esa persona, cómo le ayudamos, cómo le acompañamos y cómo le hacemos ver que esto no es un fracaso en su vida; hacerle ver el amor de Dios sobre todo nosotros, que estamos llamados como cristianos a hablar del amor de Dios”.

En Honduras el silencio ante los abusos es tremendo

A partir de su experiencia en la Fundación de la casa hogar “Dios es Amor”, en donde se acude a niños en riesgo social, Mons. Ramírez habla del contexto de su país en relación a los casos de abusos de todo tipo, que se dan en un contexto de silencio que define como “tremendo”:

El contexto de Honduras es tremendo; allí (hay muchos casos en que ndr.) la mamá es soltera, va a trabajar y a veces dejan los niños solos o no se sabe con quién los deja. Es una situación lastimosa. Lo experimento por los niños que tengo en la Fundación Dios es Amor”. "Hay muchos niños abusados, maltratados y golpeados”.

“Romper la cultura del silencio”

Para enfrentar los abusos pues, según el Obispo es fundamental es “romper la cultura del silencio” que se da también en el ambiente intrafamiliar “por evitar el escándalo”, porque por la “honorabilidad de la persona”, es decir, de la víctima, se decide callar para evitar “la opinión pública”. En cambio, es necesario “crear una cultura de la verdad respetando a la persona, evitando el ‘sensacionalismo’”, estima el prelado, “como sucedió en Estados Unidos, que se exigió que se pagaran cantidades de dinero como si eso fuese a devolver la integridad de esa persona y la inocencia que perdió”.

“No tiene que importar el dinero, importante son las víctimas”

“Ha importado el dinero muchas veces y eso no tiene que importarnos nada. Tiene que importar cómo recuperamos esa persona, cómo le ayudamos, cómo le acompañamos y cómo le hacemos ver que esto no es un fracaso en su vida; hacerle ver el amor de Dios sobre todo nosotros, que estamos llamados como cristianos a hablar del amor de Dios, entonces, que el amor de Dios se concretice ayudando a estas personas, acompañándoles y fortaleciendo su fe, su vida, haciéndoles saber que no todo está perdido. Es un trabajo que podemos hacer”.

Centrarse en la inocencia del niño que se destruyó

Esta última situación arriba mencionada se da, según Mons. Ramírez Andino, porque “lo más fácil es tapar, encubrir”. En cambio él exhorta: “¡pensemos en la persona! en la inocencia de ese niño que se destruyó y al que también se destruyó su sexualidad”.

Víctimas y victimarios

El prelado no deja de lado un tema que ha salido también en el curso de la asamblea:  

“Debemos tener presente también que muchas veces los abusadores han sido víctimas […]nadie nace siendo pedófilo/pederasta. El que es víctima, muchas veces se convierte en victimario. Eso (el hecho ndr.) queda allí, y ‘lo que me han hecho a mí’ se busca la venganza y no en la persona que lo hizo, sino en otro”.

Necesaria colaboración con autoridad civil

“La Iglesia está para dar la vida, no para quitarla; para promoverla, llevarla adelante y para que la persona se encuentre con el amor de Dios.  Dios es amor y ama a la víctima, también al victimario: aquí tenemos que colaborar junto con la autoridad civil. Es necesario colaborar, y también los gobiernos tienen que promover la prevención creando condiciones en donde no peligre la vida de los niños”.

Desafíos Iglesia en Honduras

“Estos días hemos estado colaborando unos con otros. Digo colaborando porque estamos escuchando experiencias varios de países donde se ha dado muy fuerte el tema de los abusos a menores por parte de clérigos. Esto nos lleva a prepararnos - en donde no se han dado estos casos - para estar listos para enfrentar esta situación”.

“Se nos invitó a fortalecer la colegialidad de la Iglesia, a crear instrumentos junto con personas especializadas – peritos, psicólogos – y  a formar equipos diocesanos y nacionales que nos ayuden a los obispos, a las familias, a la comunidad a afrontar este problema, y así lograr dar una respuesta y saber dar un acompañamiento. […] Nos han remarcado el daño que tal vez algunos no nos dábamos cuenta, provocados por los abusos a corta edad, cuando son niños o adolescentes". “Creo que eso ha impactado en muchos de nosotros, y en lo personal me anima a estar preparado y listo para cuando se presente un caso”.

“También – concluye Monseñor Ramírez Andino -  trabajar en la prevención es un desafío, que quiere decir trabajar en la comunidad involucrando a las familias - que muchas veces se confían mucho de adultos, y dejan ir solos a los baños por ejemplo -. También lo es la formación de los sacerdotes: necesario es favorecer los primeros años, cuando el seminarista llega al seminario, y ayudarle si viene con una situación de este tipo. Éstos son algunos de los desafíos”.

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23 febrero 2019, 20:45