Palabra del día

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Fecha29/05/2021

Lectura del Día

Del Libro de Sirácida 51, 17-27

Te doy gracias y te alabo, Señor,
y bendeciré tu nombre para siempre.

Desde mi adolescencia, antes de que pudiera pervertirme,
decidí buscar abiertamente la sabiduría.
En el templo se la pedí al Señor
y hasta el fin de mis días la seguiré buscando.
Dio su flor y maduró, como racimo de uvas,
y mi corazón puso en ella su alegría.

Mi pie avanzó por el camino recto,
pues desde mi juventud seguí sus huellas;
tan pronto como le presté oídos,
la recibí y obtuve una gran instrucción.
La sabiduría me ha hecho progresar,
por eso glorificaré al que me la concedió.

Decidí ponerla en práctica,
busqué ardorosamente el bien
y no quedé defraudado.
Luché por ella con toda mi alma,
cumpliendo cuidadosamente la ley.

Levanté mis brazos hacia el cielo
y deploré conocerla tan poco.
Concentré en ella mis anhelos
y con un corazón puro la poseí.
Desde el principio ella me conquistó,
por eso jamás la abandonaré.

Evangelio del Día

Evangelio según Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?”

Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”.

Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de Dios, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron?’, y ¿si le decimos que de los hombres?” Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.

Palabras del Santo Padre

No sólo Pilato se lavó las manos; estos (los jefes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos) también se lavan las manos: "No lo sabemos". Deciden no meterse en la historia de los hombres, no meterse en problemas, no luchar por hacer el bien, no luchar por curar a tanta gente necesitada... Mejor no. No nos ensuciemos. […] Cuántas veces escuchamos a cristianos tacaños que ante una persona que pide limosna no le dan nada y se justifican diciendo: "No, no, yo no doy porque luego esta gente se emborracha". Se lavan las manos. (...) ¿Y qué pasaría si el Señor se lavara las manos con nosotros? ¡Pobrecitos de nosotros! (Homilía Santa Marta 16 de diciembre de 2019)