Palabra del día

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Fecha04/05/2021

Lectura del Día

Del Libro de los Hechos de los Apóstoles 14, 19-28

En aquellos días, llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y de Iconio, unos judíos, que se ganaron a la multitud y apedrearon a Pablo; lo dieron por muerto y lo arrastraron fuera de la ciudad. Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo se levantó y regresó a la ciudad. Pero al día siguiente, salió con Bernabé hacia Derbe.

Después de predicar el Evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.

Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.

Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante tiempo con los discípulos.

Evangelio del Día

Evangelio según Juan 14, 27-31

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.

Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado’’.

Palabras del Santo Padre

"La paz que nos ofrece el mundo es una paz sin tribulaciones: nos ofrece una paz artificial, una paz que más que paz es tranquilidad. [...] En cambio, la paz de Dios es una paz real, que entra en la realidad de la vida, que no niega la vida: la vida es así. Hay sufrimiento, hay enfermos, hay muchas cosas horribles, hay guerras... pero esa paz interior, que es un regalo, esa no se pierde, sino que nos acompaña mientras seguimos adelante llevando pacientemente la Cruz y el sufrimiento de Jesús, sabiendo que una paz sin la Cruz de Jesús no es la paz de Jesús: es una paz que se puede comprar. Incluso podremos confeccionarla nosotros mismos. Pero no es la paz duradera pues se avapora". (Santa Marta 16 de mayo 2017)