Palabra del día

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Fecha03/02/2021

Lectura del Día

De la Carta a los Hebreos 12, 4-7. 11-15

Hermanos: Todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra el pecado, y ya se han olvidado de la exhortación que Dios les dirigió, como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a los que ama y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues, la corrección, porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que no corrija a sus hijos?

Es cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino más bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos de paz y santidad.

Por eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes; caminen por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino más bien, se alivie.

Esfuércense por estar en paz con todos y por aquella santificación, sin la cual no es posible ver a Dios. Velen para que nadie se vea privado de la gracia de Dios, para que nadie sea como una planta amarga, que hace daño y envenena a los demás.

Evangelio del Día

Evangelio según Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.

Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Palabras del Santo Padre

¿Por qué los compatriotas de Jesús pasan de la maravilla a la incredulidad? Porque segùn ellos  ¡Dios es demasiado grande para rebajarse a hablar a través de un hombre tan simple! [...] Pero Dios no se ajusta a nuestros prejuicios. Somos nosotros los que debemos esforzarnos en abrir el corazón y la mente, para acoger la realidad divina que viene a nuestro encuentro. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo para la gracia de Dios. Muchos bautizados viven como si Cristo no existiera: sólo repiten los gestos y los signos de la fe en forma mecánica, pero no corresponden a una verdadera adhesión a la persona de Jesús y a su Evangelio. Todo cristiano -todos, cada uno de nosotros- está llamado a profundizar en esta pertenencia fundamental, tratando de testimoniarla con una conducta de vida coherente, cuyo hilo conductor será siempre la caridad. (Angelus 8 de julio de 2018)